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Vandalismo y sexo: la otra cara del concierto de Queen en Puebla
El vandalismo, los desnudos y el sexo en público también marcaron la presentación de la banda legendaria de rock “Queen” en Puebla el sábado 17 de octubre de 1981, recuerda uno de los asistentes al evento de nombre Fernando Pérez.
A 35 años del mítico concierto que se realizó en el hoy remodelado estadio “Ignacio Zaragoza”, en Los Fuertes, Fernando mencionó a e-consulta que el concierto sirvió para sacar a flor de piel esas inhibiciones que existían, pues antes de que iniciara el concierto, hubo algunas mujeres que comenzaron a bailar y a desnudarse, lo que provocó que muchos de los asistentes que estaban en las gradas, bajaran a la cancha para acercarse a las chicas.
Refirió que al momento en el que Freddie Mercury apareció en el escenario, todos se empezaron a amontonar en frente y debajo del estrado, ya que no había vallas de protección ni elementos de seguridad.
Indicó que si bien la mayoría de los fanáticos aprovecharon para ver a la agrupación británica, hubo otros que aprovecharon la noche y la falta de elementos policiacos para tener relaciones sexuales a vista de todos.
“Ya cuando iba a empezar el concierto se apagaron las luces y salió Freddie Mercury, vestido con un pants blanco y chamarra amarilla. No había ninguna valla de protección pero nadie intentó subirse al escenario. La parte que estaba vacía era el extremo opuesto al escenario y en algunas zonas había parejas teniendo intimidad tapados con cobijas”, rememoró.
Fernando Pérez relató que una vez finalizado el concierto, gran parte de los asistentes –que en su mayoría eran jóvenes no originarios de la ciudad de Puebla- caminaron en dirección al zócalo de la capital poblana para buscar un lugar donde quedarse.
Sin embargo, dijo que por la falta de dinero y por la gran cantidad de personas que caminaban, la multitud aprovechó su paso para saquear una panadería y comerse toda la comida que había en el lugar sin rendirle cuentas a nadie.
Además, detalló que los asistentes rompieron los cristales de una tienda departamental -en aquel entonces ubicada en el portal Hidalgo- y se llevaron sin pagar ropa, zapatos, entre otros artículos.
Comentó que fue tanto el fervor del concierto y la necesidad de ver a la banda de rock, que los asistentes durmieron en plena calle sin que nadie les dijera algo al respecto.
Escupitajos con agua de Mercury detonaron la molestia del público
Fernando Pérez recuerda que al regresar de un intermedio del concierto, Freddie Mercury apareció en el escenario con un sombrero de palma (parecido a los que se usaban en la Revolución Mexicana), lo que generó que los asistentes lo tomaran a burla y se molestaran. Tal hecho, dijo, también ocasionó que los fanáticos le comenzaran a arrojar a Mercury calcetines llenos de tierra y zapatos, por lo que el artista contestó al concluir la presentación “Muchas gracias Puebla, gracias por los zapatos”.
Sin embargo -a consideración de Fernando- relata que lo que realmente detonó la molestia del público fue que tomaron como una ofensa el que Freddie Mercury les arrojara y escupiera agua de un vaso en el que tomaba.
Aunque, refirió, que dicho acto del cantante era común en sus conciertos, a los mexicanos les pareció que los denigraba.
Un concierto con vigilancia mínima y con decenas de grabadoras recogidas
Fernando recordó que uno de los motivos por los cuales Queen se presentó en Puebla fue porque en la Ciudad de México no se cumplieron alguno de los requisitos que solicitó la banda de rock. Mencionó que el costo del boleto fue de 300 pesos (antes que se devaluara), siendo zona general el único vendido.
Refirió que tenía 14 años cuando asistió al concierto y que el acceso fue complicado debido a que la zona era de terracería y el estadio solo contaba con una entrada.
“Llegamos a las dos, pero no sabíamos que en la Ciudad de México se vendieron también boletos por medio de la empresa boletrónico. Fue tal la demanda de boletos de autobús para Puebla que se agotaron y mucha gente se vino de “aventón”. Cerca de las cinco de la tarde abrieron la puerta y cuando entramos nos sorprendió la cantidad de grabadoras portátiles recogidas”, comentó.
Fernando relató que durante el concierto no se permitió el acceso con grabadoras de audio portátiles, por lo que se formó una montaña de estos aparatos que se arrojaron en el piso. Detalló que la vigilancia era mínima tanto fuera como dentro del estadio.
No obstante, a pesar de esto, aseguró, los asistentes se mantuvieron tranquilos hasta que se escucharon los acorde de la canción “Another one bites the dust”.