El clima de violencia generado por la delincuencia y la inseguridad en el estado de Puebla le ha ganado la agenda pública a los candidatos a la gubernatura, a las alcaldías y a las diputaciones.

Las campañas electorales están marcadas con el asesinato de un candidato a presidente municipal, por el atentado a otro más que resultó herido, así como por los delitos de homicidios dolosos contra un expolicía estatal y los posteriores de siete más, hallados en el Periférico Ecológico.

El primer caso directo fue el asesinato político del candidato de Morena a la alcaldía de Acatzingo, Jaime González Pérez, que se suma a una larga lista de crímenes contra otros candidatos a diferentes cargos de elección popular en los estados.  

Se trata de un municipio donde se terminó la paz por el crecimiento de la delincuencia y los grupos criminales del llamado “Triángulo rojo” que se extendió al corredor de Huixcolotla, Tepeaca, Amozoc y al oriente de la ciudad capital.

Adquiere relevancia este municipio porque se trata justamente de una demarcación donde fue alcalde el ahora candidato oficialista de la coalición Morena-PT-PVEM, Alejandro Armenta Mier.  

Lamentablemente este clima de violencia con atentados a políticos se extendió el domingo 7 de abril, en el municipio de Ajalpan, donde sufrió un atentado el abanderado opositor a la presidencia municipal Mario Franco Barbosa.

El candidato opositor de filiación perredista, oriundo del municipio con predominio del extinto gobernador Miguel Barbosa Huerta, es esposo de la candidata de la misma alianza opositora "Un mejor Rumbo para Puebla" conformada por el PRI-PAN-PRD, Mariela Amil Torres.

Estos hechos delictivos son el contexto de los atentados contra políticos y el incremento de los índices delictivos en el estado, que se han metido ya a las campañas, no solo por la naturaleza de los hechos, sino porque el electorado esperaría propuestas y soluciones a fondo.

Una y otra vez el gobierno estatal intentó acallar la problemática de la inseguridad pública del estado censurando a los partidos políticos a no abordar ese tema, es decir, no “politizar” (sic) la inseguridad pública, como una manera de evadir el problema en las campañas electorales.

Empero ha sido la delincuencia organizada la que se ha metido a las campañas electorales, no solo por los atentados contra candidatos, donde la autoridad encargada de procurar la justicia debe dar con los responsables.

El crimen organizado se ha metido en las campañas electorales con la comisión de delitos como homicidios dolosos, como el múltiple hallado en el Periférico Ecológico, imponiendo la agenda a balazos con actos delictivos.

No existe hasta el momento una propuesta ni respuesta clara y precisa de los candidatos a la gubernatura para ofrecer una estrategia para abatir los índices delictivos con políticas públicas preventivas en materia de seguridad pública, de procuración e impartición de justicia.

Tanto el abanderado opositor Eduardo Rivera Pérez como el candidato del oficialismo Alejandro Armenta Mier, solo abordan grave problema de la delincuencia con generalidades, sin ofrecer hasta el momento proyectos concretos para implementarlos, para regresar la paz en el estado.

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FB: Pablo Ruiz Meza
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