El 7 de diciembre de 2023, en “‘La Barredora’ del CJNG”, apunté que la llegada de la Marina Armada a Puebla con el propósito de participar en la acción de gobierno (no política pública) denominada campanudamente, “Fuerza por Puebla”, iba a ser un rotundo fracaso.

También señalé que el estruendoso derrumbe de las acciones de los marinos no se daría por ausencia de competencias o información de éstos, sino por algo más simple. Apunté: “La razón del fracaso estribará en dos motivos: el primero es la obscena filtración de la delincuencia organizada en las corporaciones municipal y estatal de lo policiaco. Antes de que los marinos salgan de su Base, tendrán alrededor más halcones que banquetas”.

Así fue y así será. Antes de entrar en materia, le comparto los golpes que la Marina Armada ha hecho en Puebla desde que llegó y que han sido divulgados ad nauseam vía boletines:

En 42 días analizados con base en los boletines correspondientes en ocho eventos, la Marina Armada participó en la detención de tres encargados de narcomenudeo: uno, en una zona de Puebla capital (San Ramón), uno más en Palmar de Bravo y otro en Tepatlaxco. Agregar la detención de otros cinco criminales de poca monta no parece tener sentido.

En realidad, así hubieran detenido a cien narcomenudistas, ésa no era la tarea a cumplir.

La detención del 15 de diciembre a los integrantes de una parte del “Operativo Barredora CJNG” no parece haber puesto de rodillas a la estructura en Puebla del cártel más poderoso de México. Un mes después, el 15 de enero de este año, circuló largamente un video de un nuevo roster de dicho “Operativo…”.

Un conjunto de hombres uniformados, con equipamiento táctico y la indicia correspondiente a CJNG, aparecieron atendiendo como invitado a Juan Daniel, “El Lobo”, un personaje con operaciones en Santa María Xonacatepec, dedicado al robo de gas LP, secuestro, cobro de piso, homicidio y narcomenudeo.

“El Lobo” es un personaje conocido en Santa María Xonacatepec, pero su palmarés delictivo incluye a San Miguel Canoa y San Miguel Espejo, además de Amozoc. Si las autoridades buscan, encontrarán trazas de su operación en Tepexco y Cohuecan.

El mensaje producido por el “Operativo…” no solamente señala que habrá más violencia en Puebla capital y Tlaxcala, sino que ajustarán cuentas con otros personajes.

Los amigos y su servidor comenzamos a redactar una lista de los alcaldes, funcionarios estatales, candidatos a puesto de elección popular, reporteros, miembros de la fiscalía e integrantes de la Secretaría de Seguridad estatal que cabrían en la hipótesis de ser ejecutados por apoyar a los contras del grupo protagonista del video.

La conclusión unánime fue que si eso ocurriera, será pronosticable la preparación de una fosa clandestina con las dimensiones del Estadio Cuauhtémoc para atender la demanda.

Regresando al tema principal, en Puebla, a la Marina Armada la halconean desde que canta el gallo hasta que brinca el grillo.

El colmo se dio el pasado 17 de enero, cuando un grupo de marinos arribó a la zona de los Mercados Unión, Hidalgo y La Cuchilla. Cuando los marinos y un modesto contingente de gerifaltes estatales dieron señales de que se enfilaban al Hidalgo, el primer cinturón exterior y otro móvil, de halcones, fueron activados.

Como es de su conocimiento, en esa zona hay tres cinturones de halconeo fijo más uno móvil: de los fijos, el primero cubre distintos establecimientos del Boulevard Norte; el segundo, hace lo propio sobre la 15 norte y el tercero, de igual manera sobre Héroes de Nacozari.

El cinturón móvil se integra por choferes de microbuses que se desplazan por la zona y que envían mensajes por celular. Éste cinturón es el más efectivo porque rompe con cualquier inhibición de señal.

Cuando llegaron a los recintos comerciales, los marinos fueron el jamón del sándwich: de un lado, grupos de alto impacto y del otro, sus acompañantes, sin óbice que una porción de sus guías está acostumbrada a robar lo que se encuentra en el camino cuando salen de operativo. A ese tipo de saqueo, un camarada de la Policía Federal lo llamaba “botín de guerra”.

Tras la vaina de “no producir un enfrentamiento” (dictum incubado por Alfonso Durazo en “El Culiacanazo”), los federales se retiraron de La Loma y los gendarmes se encogieron de hombros. ¿Qué opciones tenían los marinos? ¿Disparar a los comerciantes? Peor aún, ¿Cómo discernir cuáles eran comerciantes y cuáles delincuentes? ¿Los sicarios portan gafete?

En las calles se aprende que hay tres tipos de superioridad en un enfrentamiento: fuego (calidad y cantidad de armamento); personal (cantidad y entrenamiento de los agresores) y, territorio (conocimiento y dominio del lugar). Los marinos tenían superioridad de armamento pero no conocen La Loma a profundidad; en minutos serían aplanados por docenas de delincuentes y comerciantes.

Van tres al hilo: levantaron y mataron a un militar encubierto en la Central de Abasto; el arquitecto de la toma de Puebla por CJNG anda en las calles de nuevo y ahora, a los marinos les pusieron una zapatería completa en La Loma. Alguien en el CIS no entiende o no quiere entender que cuando se retire, ya no habrá nada que entregar porque la plaza está en llamas. A menos que esa sea su intención, claro.

No menos preocupante resulta el hecho que un industrial de raíces sirio-libanesas al que le gustan tiernitas (eximia frase de Carmelo Vargas) y que apuesta fuerte en Las Vegas, se ha dado una vuelta por los principales cenáculos de la política poblana.

Si a todo lo anterior se le agrega que hay lodos pestilentes que se están moviendo intensamente entre candidaturas al gobierno estatal y a las alcaldías, los marinos solo son parte de un menú que ataca los sentidos: el del Estado Canalla. Qué más.