No es broma, es una pregunta que requiere pensar bien su respuesta.

Actualmente, desde hace tres años y medio, tengo la encomienda de la Dirección de la Biblioteca Pedro Arrupe, SJ. de la Universidad Iberoamericana Puebla, misma que se define como unidad académica de servicio transversal, especializado en la gestión de la información para el conocimiento. Cuando se me asignó esta función, me sentí privilegiado y reconocido; muchos me felicitaron, sin embargo, hubo quien, con preocupación amistosa, me preguntaban de diferente forma: ¿Qué hiciste para que se te castigara?

Mi primera reacción fue despreocuparme de esta mirada implícita que sobre la biblioteca se tiene por algunas personas; sin embargo, conforme avancé en mi gestión, mi atención a esta apreciación fue siendo más puntual y profunda, generando una nueva pregunta para mí: ¿Las bibliotecas tienen utilidad hoy?

Un primer elemento encontrado en literatura y opiniones generales, es que una biblioteca es una suerte de bodega en donde se guardan libros; nada más equivocado, la biblioteca es un espacio privilegiado, que ofrece un ambiente propicio para el conocimiento, en su acceso, pero también para su creación. Su relación con el conocimiento, la hacen un espacio indispensable de acción transversal en toda institución educativa de nivel superior, pero también para la sociedad en general, ya que representa un espacio de oportunidad, para todo aquel que asiste a ella.

Se dice que es memoria de la sociedad, es cierto, sin embargo, no una memoria que nos ancla al pasado, sino que, sobre su base, nos proyecta al futuro, a su construcción día con día; nos brinda insumos intelectuales y emocionales para conocer y comprender nuestro pasado, de tal forma, que nos permite vislumbrar nuevos escenarios por construir.

Sostengo, que toda biblioteca tiene fuerte responsabilidad con la sociedad en la que se encuentra, para el caso nuestro, en Puebla México, señalo dos fundamentales:

1.- La democratización del acceso al conocimiento. El libro como mercancía, alcanza precios tales, que impiden que el grueso de la población tenga la posibilidad de adquirirlos y llevarlos a casa, es entonces, que las bibliotecas representan esa oportunidad, pues al pagar por ellos, está en la posibilidad de imaginar formas diversas para compartirlos con la población. Esta situación se multiplica, cuando se habla de recursos electrónicos, cuyos precios son prohibitivos, incluso para algunas instituciones; y

2.- Referido a la decisión de qué es lo que se publica y distribuye, las bibliotecas tienen parte de la responsabilidad de rescatar y difundir el pensamiento y sentimiento local y regional, ese, que es pertinente para el contexto en donde se genera, abandonando la simple réplica dirigida y decidida de editoriales y organizaciones de la materia.

Ya en la dimensión de la Ibero Puebla, dos tareas fundamentales emergieron: la primera, fortalecerla como Biblioteca Universitaria, no solo escolar, con bibliografía básica de soporte a los programas académicos, sino verdaderamente universal, incluyendo materiales necesarios para la formación integral de la persona; la segunda, revertir la participación cada vez más tangencial en la vida de la Universidad, con una presencia transversal a todo proceso formativo que se desarrolla dentro de ella. Hoy se define un tercer reto, que consiste en la vinculación con organizaciones externas, involucradas en propuestas sociales promotoras del bienestar de la población; en esas andamos.

Por no dejar, lo pretendido en nuestra biblioteca es la convivencia armónica y complementaria, entre los recursos impresos y los electrónicos. Ambos representan el mismo aporte para la biblioteca, aun cuando tengan diferencias funcionales.