A un día de la conferencia de prensa del vocero y otros dirigentes de la sección 7 de la CNTE, con sede en Chiapas.

Sin sorprenderme las palabras de estos miembros de la CNTE, pero con profunda tristeza por mi país... nuestro nivel de civilidad es lamentable; tan primitivos éstos como los representantes del gobierno que sobre la base de la ley del garrote realizan "sus negociaciones". Me atribulan recuerdos de los 60, 70 y 80, con el agravante de que estamos en 2016, hoy ni los métodos ni los discursos que descubren un pobrísimo nivel de análisis y comprensión de realidades complejas son aceptables.

El discurso por sí solo, una mina para el análisis de especialistas del lenguaje y de las ciencias políticas y sociales, además de las de la mente y de la filosofía... “slogans” compartidos como botón de la presencia de un refinado proceso de adoctrinamiento; discurso “incrustado” en una postura teórica ya superado que si fuera actualizado les aportaría categorías más adecuadas para lograr aproximarse a la comprensión de la realidad, pero parece mucho pedir. Las amenazas… mención aparte, solo he de decir que nada tienen que ver con un maestro.

Hoy, ante la evidente incompetencia de los partidos políticos que usurpan las dos cámaras de "representantes de la sociedad", requerimos de un diálogo abierto entre el magisterio y nuestros empleados de gobierno, para tratar sobre la problemática de la educación en general y sobre el sistema educativo mexicano que haría posible salir del hoyo en el que nos encontramos. Rechazo la pretendida "negociación en lo obscurito" Gobierno-CNTE pues debe ser diálogo incluyente y sobre todo transparente, es decir: abierto y de frente a la sociedad.

Profesores, hay que convertir este momento de desgracia en un momento de oportunidad, urge repensar el movimiento sindical del magisterio, hoy es tiempo propicio para dejar atrás las estructuras anquilosadas que los flagelan; hoy es tiempo propicio para hacer visible lo que en la realidad sucede al interior de la propia CNTE: la disidencia activa y auténtica dentro de la "disidencia institucionalizada".

Un sindicato horizontal, acorde con su más profunda vocación del magisterio, es imperativo para responder a los despropósitos y descréditos que detienen a la educación de nuestra gente y atentan sistemáticamente contra la dignidad de la profesión; no estoy seguro de lo que sucederá en este País, pero lo que sí puedo asegurar es que sin los profesores, no será posible tener la esperanza de un País mejor.

Creo en la magnífica oportunidad que hoy se presenta para el resurgimiento del movimiento magisterial. Creo en el movimiento popular como la alternativa de los profesores auténticos para reconfigurarse como fuerza de organización y resistencia. Creo en un movimiento magisterial libre que se erija como respuesta a la estructura nefasta que hoy los humilla y sujeta; la democracia que les caracterizó debe ser recuperada.

Confirmo: ¡No estoy con los Maestros! soy profesor, No pretendo dirigirlos ni orientarlos ni mucho menos defenderlos, los acompaño en un andar que no puede ser sino en común. Si algo he aprendido de ellos, a lo largo de casi treinta años, es la honesta entrega a una tarea a veces ingrata que se endulza con el solo gesto o palabra de un alumno. De ninguna manera cuestiono la auténtica acción de los profesores auténticos que convencidos de la importancia de resistir ante un entorno deshumanizante se identifican como ese agente que lo hace posible cotidianamente.

No apoyo a los profesores, los respeto y aprecio, los reconozco como la clave para que la esperanza que representa la educación, sea posible; los considero seres humanos en pleno ejercicio de su libertad, eligiendo hacer y ser para los demás. Los concibo y necesito libres; no los apoyo, estoy con ellos, y si se me permite soy en ellos.

El autor es profesor de la Universidad Iberoamericana Puebla.

Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.com

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