Historias de poblanos en Europa

  • Alberto Pacheco Márquez
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A través de los años, crecemos escuchando muchas historias de éxito y desventura de aquellos seres queridos, amigos, conocidos o simplemente paisanos que en busca del sueño americano dejan la tierra que los vio nacer, algunos de ellos hoy son un referente, ya sea por sus logros económicos y profesionales, algunos otros por su incansable lucha social y muchos más simplemente ahí, viviendo el día a día de un sueño llamado Norteamérica. Sin embargo ahí está el ojo mediático, los reflectores, siguiendo el día a día de las promesas de reformas migratorias, o si la patrulla fronteriza detuvo a un tráiler repleto de indocumentados mexicanos o en líneas más positivas, que si ya tenemos algún otro rey de X o Y producto mexicano triunfando en ese gran mercado.

Pero ¿y qué hay de los mexicanos que se brincan el charco, hacia destinos casi inexpugnables?, adónde no se encuentran guetos de paisanos que nos ayuden a encontrar algún empleo, que nos brinden el cobijo de la calidez mexicana, que nos ofrezcan un plato de frijoles en esos días de incertidumbre.

Y sí, siempre me preguntaba, qué hay de los paisanos que están en tierras adónde el lenguaje en principio no es ni remotamente similar al nuestro, adónde las costumbres, estilos de vida, el mismo clima, son como salidos de otro mundo totalmente ajeno a nuestra percepción de lo cotidiano. Pues bien, es momento de hablar de ellos, de contar esas pequeñas grandes historias, de los pocos que están haciendo mucho y de lo mucho que debemos seguir aprendiendo sobre nosotros mismos como mexicanos.

Esta primera historia, es acerca de un poblano de nacimiento,  historiador, emprendedor y promotor de nuestra cultura en la bellísima ciudad de Cracovia en Polonia, dueño del restaurante ALEBRICHE (Alebrije) puesto que en polaco el sonido de la CH es el de la J en español y quien desde hace más de 3 años transmite día a día los mejores valores de nuestro país y es que si bien al pensar en un restaurante mexicano, pensamos exclusivamente en las bondades del sabor, es en principio tan solo la plataforma de algo que va mucho más allá.

Martin Lara, un hombre de aspecto relajado, sobriedad y elocuencia irrefutable  en cada uno de sus argumentos, me recibe con un vaso de agua de auténtico sabor poblano, un vaso de una deliciosa agua de Jamaica traída de la mixteca y me invita a tomar asiento en uno de los confortables sillones de una de las áreas de su restaurante, que también es una galería de artesanías mexicanas.

Poblano de nacimiento, patriota exacerbado y crítico contundente del quehacer político de México, comenzó su aventura por Polonia  tan solo hace poco más de 3 años, sin conocimiento alguno de una de las lenguas más difíciles del mundo, sin idea del engranaje social y mucho menos, siquiera con una noción de lo que le estaba por esperar, pero contradictorio a la vez, con una ventaja sutil, poseer la nacionalidad polaca gracias a su señora madre.

Dedicado de manera exitosa al comercio de joyería y con importante presencia en Puebla, parecería ilógico tomar una decisión como la de dejar México, sin embargo como él nos cuenta con tristeza, “en México, el éxito es ahora un factor de riesgo para el ciudadano promedio, aquel que debe ser anónimo para preservar de cierto modo la paz familiar y adónde si quieres seguir creciendo, lo debes hacer bajo la protección de una máscara de anonimato total, de lo contrario, quedas expuesto al flagelo de la delincuencia en alguna de sus interminables variantes y que hoy en día incluso se llama GOBIERNO”.

Y fue precisamente lo anterior, lo que movió su voluntad de sacrificar su zona de confort, sus interacciones sociales de toda una vida y cambiarlo por algo infinitamente más valioso que se llama LIBERTAD. Y categórico nos dice “Polonia es un país adónde tener nombre y apellido es motivo de orgullo, adónde la gente sabe lo que haces y lo celebra, adónde caminas sin temor” y eso ya es muchísimo cuando llevas años de esclavitud sin cadenas, aquella a la que nos ha condenado el estado fallido en el que vivimos en nuestro país.

Como cada nuevo emprendimiento en un mercado global, fue un reto sumamente cuesta arriba. Posicionar una alternativa culinaria tan distinta a lo que habitualmente se encuentra en Polonia, la manera de llevar los verdaderos ingredientes hasta Polonia y no perder la esencia pura del sabor y más aún, enfrentar un paradigma establecido sobre la idea de lo mexicano, que de manera errónea en este lado del mundo, está más asociado al tex-mex, los burritos, los nachos con jalapeños, los frijoles con salsa dulce entre otros y no a platillos como el mole poblano,  el pipián, las chalupas, el agua de horchata o Jamaica. “Sí, fueron muchos los retos, pero cuando la voluntad de un hombre es mayor al miedo, y se asocia con un alma noble, el resultado solo puede ser positivo” afirma Don Martín.

Pronto, el restaurante se empezó a posicionar, se convirtió en la referencia de todo buen mexicano y/o latino que llega a pasar por la majestuosa ciudad de Cracovia y anhela probar algo del sabor de su propia tierra, pero más sorprendente aún, el 90% de su clientela leal son polacos, polacos que llegan y pronuncian con total fluidez algunos de los variados platillos y bebidas que se ofrecen en Alebriche y que han hecho de los totopos de auténtica tortilla de maíz con guacamole y pico de gallo, la mejor manera de snackear previo al platillo fuerte o mientras disfrutan una bebida.

Don Martín es tajante, “No solo espero que el comensal venga y disfrute de un delicioso platillo, sino que conozca nuestras raíces y lo maravilloso de nuestra cultura en todas sus formas” y no se equivoca, pues Alebriche cautiva al cliente de inmediato con la bellas artesanías que nos presenta el restaurante, desde el clásico alebrije, pasando por la talavera y juguete navideño de Amozoc, hasta piezas prehispánicas y prendas típicas de lugares como Tepoztlán o Chiapas y sin dejar de lado el ambiente que se adorna con los colores típicos de nuestro México, rosa mexicano, amarillo, verde y por supuesto la música, alguna cumbia, mariachi, boleros etc. Sonando y engalanando la experiencia de comer allí.

Alebriche es hoy por hoy el único lugar verdaderamente mexicano en todo Cracovia y muestra del reconocimiento intangible de los polacos, es que se ubica en el top 10 de restaurantes culturales, siendo considerado por ellos mismos como referencia de su ciudad. No obstante lo anterior, Alebriche no se duerme en sus laureles y sigue evolucionando constantemente, ampliando la oferta culinaria y sobre todo con planes concretos para seguir promoviendo a ese México del que todos nos sentimos orgullosos y que como él dice, “cada mexicano que migre a otra nación, debe ser embajador de los valores que realmente describen a México, de esa nobleza sin igual, de nuestra calidez insuperable y sobre todo, que en México estamos a la altura de los retos globales y los enfrentamos con valor y honestidad” 

Por tal motivo Don Martín está trabajando para posicionar productos de México, de su Puebla querida como los cacahuates, la flor de Jamaica, el café, artesanías y mucho más.

Al preguntarle sobre nuestro país, Don Martín sonríe y tiene fe en que sea algún día cercano, conducido por gente capaz y con valores, por un gobierno innovador y honesto y que entonces el migrar sea una decisión de nuestro espíritu aventurero y no de las consecuencias de una sociedad saqueada por quienes en teoría deberían velar por nuestro bienestar y nos pone de ejemplo precisamente a Polonia y las historias que de manera paralela sucedieron a ambas naciones.

“Mientras México entraba al Salinismo después de un fraude, Polonia un país destrozado, empezaba su aventura post-comunismo, México aún con altos índices de desarrollo y Polonia tratando de reinventarse desde sus cenizas, fue entonces que en México comenzó la política de saqueo total y en Polonia la de la inversión en sectores clave, pero no en el discurso sino en los hechos, en México se empiezan a exacerbar los problemas sociales, narcotráfico, corrupción, pobreza y en Polonia a través de la Educación se empieza a construir un verdadero estado de bienestar y que tan solo en poco menos de 30 años se refleja en los dos tipos de situación, por un lado México cada vez más y más destrozado, con más de 60 millones de pobres y Polonia que genera el PIB que un solo estado en México genera, es hoy por hoy uno de los países con mayor índice de desarrollo humano, con una sociedad equitativa y un país en paz, con unos de los mejores sistemas educativos del mundo y adónde las diferencias sociales apenas y se pueden percibir”

Don Martín no se equivoca, en plena contienda presidencial en Polonia, si hay un cartel publicitario cada 2 kilómetros igual y es mucho, puesto que las campañas se desarrollan a nivel de propuesta y no de grilla, por lo que queda de manifiesto que la Educación siempre es y será el camino más seguro para el bienestar.

Por otra parte Don Martín afirma que Polonia es un centro estratégico para promover negocios que beneficien a los paisanos, puesto que se encuentra en el centro de Europa y con inmejorables conexiones a los principales mercados de la UE, pero por otro lado advierte que para aprovechar este panorama es necesario que el gobierno y sociedad trabajen realmente sin interese oscuros y que los paisanos se atrevan a dejar de lado los arraigos que les suelen pesar demasiado. “Polonia es un gran consumidor de cacahuate que importan de India y China principalmente y el kilogramo con cáscara ronda de los 11 a los 15 ZL. (Casi 50 pesos), por lo que es tan solo un ejemplo de las tantas oportunidades que de este lado aguardan” añade Don Martín.

Por último, Don Martín invita a todo aquel productor, artesano, emprendedor a que se atrevan a romper paradigmas y que en él, tienen a un aliado para desarrollar ideas y proyectos, por lo que se pone a disposición de todo aquel poblano o mexicano en general para estrecharse la mano en la bella Cracovia. “Los mexicanos debemos dejar ser asociados al cangrejismo y es nuestra obligación, alentar los talentos naturales que tenemos los mexicanos”

Y bien, así es como llegamos al final de nuestra primera historia, una de las muchas que seguiremos descubriendo….

“Si visitas la majestuosa ciudad de Cracovia, no te olvides pasar a comer a ALEBRICHE en Karmelicka 56.”

 

 

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Alberto Pacheco Márquez

Especialista en Desarrollo Regional y Gestión de Inversión Extranjera y Conferencista. Se desempeñó en el sector público y privado en México como en el extranjero. Dedicado a la vinculación entre México y Polonia