Salvando a Peña Nieto

  • Juan Luis Hernández Avendaño

La propaganda política es y seguirá siendo una estrategia de los gobiernos para legitimar sus decisiones, acciones y omisiones. La propaganda no ofrece razones, sólo símbolos y frases hechizas que generen opinión pública. Cuando la propaganda es buena, es decir, cuando se juega adecuadamente con los valores, símbolos, creencias, expectativas y logros de una sociedad, los gobiernos no necesitan ni la coerción ni la coacción.

La portada de la revista Time con la efigie de Enrique Peña Nieto es un acto de propaganda política. Es el signo con el que se está caracterizando este gobierno. Ya el 31 de diciembre pasado nos enteramos que otra revista, The Banker, había puesto al actual secretario de Hacienda como el ministro de hacienda o finanzas del año. La razón, aducía la revista, eran los contenidos de la recién aprobada reforma hacendaria, financiera y fiscal. Es de todos conocido que si hay una reforma de las aprobadas el año pasado que no gozó ni de consenso ni de estatura legislativa, fue justamente la reforma hacendaria.

Aún más, el gobierno tuvo que reunirse con los empresarios y empezar a trabajar una operación cicatriz por todos los descontentos de dicha reforma, aunado a los desaciertos del SAT en publicar a los deudores del fisco pero ocultar a los beneficiarios de las condonaciones fiscales. ¿Eso merece salir en una revista internacional como el personaje del año?.

Algo así ha ocurrido con el Presidente de México. A un año de su gobierno Time parece premiarlo prematuramente. Aún no se ven los hipotéticos beneficios de las reformas y ya se ensalza desde el extranjero lo hecho en las reformas, particularmente la energética. No obstante, festinar anticipadamente con el audaz y atrevido título de “Salvando a México” no parece ser otra cosa que un buen acto de propaganda bien preparado desde México para salvar al propio Peña Nieto.

¿De qué hay que salvarlo? Justo de los magros y malos resultados de su primer año de gobierno. Estos días el número uno de Amnistía Internacional se ha encargado de señalar que México sigue siendo un lugar donde los derechos humanos no importan, donde el Estado mexicano sigue enviando la señal de que la impunidad es nuestra moneda corriente, de que nuestro entramado institucional de derechos humanos no ha cambiado prácticamente nada la relación entre quienes denuncian violación a sus derechos humanos y las acciones del gobierno para evitar que sucedan.

En el año del regreso del PRI a Los Pinos aumentó el secuestro y la extorción, nuestro territorio sigue siendo el peor lugar para el tránsito de migrantes, el tráfico de personas se ha vuelto el negocio más rentable del crimen organizado, el gobierno de Obama, como ningún otro gobierno, ha deportado a miles de personas a México creando un auténtico drama humano sin que este gobierno defienda su dignidad y sus derechos.

Y hablando de reformas, un juez de lo civil del Distrito Federal literalmente con una “hojita” detiene una decisión del Instituto Federal de Telecomunicaciones que se supone, producto de la reforma constitucional, es el encargado de poner orden y autoridad en el sector. Mientras ello ocurre, Slim y el duopolio televisivo protagonizan otra faceta más de su guerra para no perder lo ganado en años de dominio de mercados. ¿Eso es lo que premian de Peña Nieto?.

Hasta ahora no hay una sola evidencia práctica de que el bienestar de los ciudadanos mexicanos haya mejorado con las reformas. Y lo es así porque falta toda la legislación secundaria y en el caso de la reforma educativa que ya la tiene es absolutamente parcial para afectar todo el sistema educativo. En este sentido, ¿por qué festejar anticipadamente? Pareciera ser que la respuesta es que se necesitan algunos apoyos desde el extranjero para aupar lo que dentro no se alcanza a ver con buenos ojos. Ya no digamos la reforma energética, que es la reforma con la que los intereses donde se cocina Time están saboreando.

Pero este juego de los prestigios y los desprestigios a los que se someten los medios y los políticos deriva en una pregunta: ¿Time prestigia o desprestigia a Peña Nieto? ¿Peña Nieto prestigia o desprestigia a Time?.

El gobierno mexicano parece necesitado de apoyos simbólicos internacionales que alaben lo que adentro cuesta mucho apoyar. Parece legítimo que el gobierno busque esos apoyos. Pero en esa estrategia propagandística puede salir peor el caldo que las albóndigas. “Salvando a México” no sólo ha merecido burlas en las redes sociales que no lo aprecian como algo serio, sino que ha despertado dudas respecto a todo lo que en realidad este gobierno está necesitando para legitimar un ejercicio gubernamental que no termina por convencer a la mayoría de los mexicanos.

“Salvando a Peña Nieto” parece ser la estrategia de este gobierno. Entonces deberemos estar preparados para cinco años de propaganda política de todo tipo.

  • Politólogo, profesor investigador de ciencias políticas de la Ibero Puebla.

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Juan Luis Hernández Avendaño

Politólogo, director general del Medio Universitario de la Universidad Iberoamericana Puebla y profesor-investigador de Ciencias Políticas por la misma institución.