Buenos deseos

  • Jesús Manuel Hernández
El reto de hacer grande a Puebla requiere de una agenda de riesgos

Hace algunas décadas Guillermo Jiménez Morales, entonces gobernador, mostró su preocupación por las denuncias recibidas contra un cercanísimo colaborador; este reportero estuvo ahí a bordo del autobús del gobernador en una gira por Tecamachalco.

Guillermo reflexionó y dijo: “Nunca sabes cómo es la gente hasta que le das poder”.

El recuerdo viene ahora por la cantidad de “buenos deseos” que inundan la agenda política poblana cuando apenas llevamos quince días de mando del Ejecutivo con más votos jamás conseguidos en la entidad.

En los círculos poblanos de la capital se habla mucho de si Alejandro Armenta podrá conseguir todo lo expresado en su toma de posesión, es decir, si esos buenos deseos se convertirán en realidades.

Hay quien ve un gabinete sin experiencia para enfrentar el corto plazo y asumen, quienes así lo ven, la necesidad de relevos en poco tiempo, quizá un poco fundamentados por aquella frase de Jiménez Morales.

Una buena parte del gabinete está probándose a sí mismo y siendo vigilado por el Ejecutivo, al menor fallo habrá rectificación, sin duda, piensan esos mismos.

Y se citan casos y se argumentan razones cuando por lógica, en tan poco tiempo, no se puede calificar si han sido acertados o no los nombramientos. Apenas es el arranque.

Gustave Flaubert escribió algo sobre el deseo: “A un alma se le mide por la amplitud de sus deseos, del mismo modo que se juzga de antemano una catedral por la altura de sus torres”.

Armenta ha dejado la impresión de querer pasar a la historia como el mejor gobernador de Puebla y nos ha puesto enfrente el deseo de construir una catedral.

Sin embargo, siempre hay un pero. En el camino sus colaboradores tendrán que pasar varias pruebas, habrá “asentamientos”, y “aflorarán” los deseos personalistas de quienes ven un espacio para la revancha, para el crecimiento personal, para construir una agenda propia, personal.

Y he aquí que dentro de unos días el panorama de Puebla podría verse modificado y no para bien. A estas alturas, después de seis meses de electo, Armenta debe contar sine qua non con una “agenda riesgos” donde figuren todos los escenarios posibles de su mandato, como la ausencia por enfermedad de algunos colaboradores, los factores externos ajenos a las decisiones locales, etc.

Baste un ejemplo. Qué sucederá si el 20 de enero Donald Trump firma los decretos que ha soltado como amenaza; acaso alguien se ha puesto a calcular ¿cómo afectará a la industria automotriz local? La planta laboral en riesgo alcanza los 55 mil trabajadores. ¿El tema de la migración, deportaciones masivas, podrían alterar la convivencia y la economía locales? Bien es sabido que el tema de migrantes poblanos tiene agenda propia en Estados Unidos.

Otro asunto es el de la seguridad pública. El crimen organizado asoma ya el cuerpo, no solo la cabeza y el Estado debe dar muestras de capacidad de resolver el problema.

Una buena agenda de riesgos contempla muchas variables en el corto y mediano plazo, desde el arranque, los imponderables, el tema presupuestal y por supuesto el combate a la corrupción.

Y por supuesto en esta agenda también debe figurar la eficiencia del gobierno de la capital. Un buen presidente municipal ayuda al gobernador, un mal presidente, arrastraría al gobernador; de ahí que el Ejecutivo no puede dejar de lado lo que pase en la capital, y en caso necesario, intervenir. Y los primeros escenarios se dan en la presencia del comercio informal y la seguridad pública.

“Una imagen muestra de un vistazo lo que requiere más de diez páginas de libro para exponer”, dijo el escritor ruso Iván Turguénev. Coloquialmente decimos “una foto vale más que mil palabras”, pero un gobierno no puede sustentarse solo en un trabajo de buenas fotografías para conservar el sueño, el deseo, de hacer de Puebla una entidad más fuerte y segura para lo que se necesitan acciones medibles, es decir que puedan evaluarse.

Así que, en muy poco tiempo, el 20 de enero, los mexicanos y los poblanos, enfrentaremos una realidad diferente, y el reto de conservar los buenos deseos.

O por lo menos, así me lo parece.

Y como decía un gran amigo en estas fechas: ¡Feliz salida y mejor entrada!

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Jesús Manuel Hernández

Periodista en activo desde 1974. Ha dirigido, conducido y colaborado en diversos medios de comunicación escritos, radiofónicos y televisivos. Actualmente dirige el portal losperiodistas.com.mx y escribe Por Soleares, espacio de análisis político. Autor del libro Orígenes de la Cocina Poblana.