El lunes 14 de octubre, la revista buzos publicó la entrevista que la periodista Francis Martínez le realizó al maestro Aquiles Córdova Morán, líder nacional del Movimiento Antorchista. La entrevista lleva como título “Andrés Manuel López Obrador no tocó al neoliberalismo, porque la pobreza y la desigualdad continúan en México”. El mismo lunes, el periodista Gerardo Pérez, director de Foro 21, publicó en su periódico una entrevista que le hizo al secretario general de Antorcha, que se llama “El combate a la pobreza de AMLO ‘está haciendo agua’ y no es sustentable a largo plazo”.

Hoy quiero hablar de ambas entrevistas, porque el pensamiento de Aquiles Córdova es muy profundo y sabe analizar, con mucha precisión, los problemas del país y, sobre todo, cómo hacer para mejorarlos de manera radical. No se trata, pues, de un ataque oportunista al expresidente de México ahora que ya dejó formalmente el poder -como si antes no lo hubiéramos analizado-, sino que se trata de un balance realizado por una organización social sobre lo que un partido político, Morena en este caso, prometió que resolvería al país al inicio del sexenio y cómo es que esos problemas quedaron al final.

Tomo algunos fragmentos de la entrevista, que quiero subrayar, porque nos ayudan a entender por qué la lucha del Movimiento Antorchista está correcta:    

En 1974, cuando Antorcha nació, el problema fundamental del país era la desigual distribución de la riqueza nacional, que a su vez se traducía en las características de la economía mexicana de entonces. Había, por un lado, una gran población empobrecida y padeciendo mucha miseria y, por otro lado, un pequeño grupo de personas con una riqueza incalculable.

El neoliberalismo se traduce en una redistribución de la riqueza al revés: pasar el dinero de los obreros, de los trabajadores y de las grandes masas populares de México, hacia las clases altas, que son las que tienen fortunas gigantescas, extraídas de la fuerza de trabajo de millones de mexicanos todos los días. Esa es la esencia del neoliberalismo, mismo que sigue vigente en México, a pesar de que AMLO lo “eliminó del país” según sus propias declaraciones.

Y la pobreza, la miseria, están acompañadas por males que la sociedad mexicana padecía y padece en grado notable, como los problemas educativos, los de salud, la mala o pésima alimentación, la falta de vivienda digna o de servicios públicos básicos. Por esas razones, en 1974 nació Antorcha Campesina, para luchar contra estos flagelos.

Al final del sexenio de Andrés Manuel López Obrador sigue existiendo el mismo problema que antes teníamos y la riqueza se ha concentrado mucho más. El problema de la desigualdad económica y la pobreza y los males que la propia pobreza acarrea no se han modificado en lo fundamental. Es más, se han agudizado.

Esos son, pues, algunos fragmentos de las entrevistas realizadas por la periodista Francis Martínez en la revista buzos y por el periodista poblano Gerardo Pérez de Foro 21. Las dos están impresas y están disponibles para leer en internet, en las redes sociales.

Así que mi llamado de hoy, para aquellos que amablemente leen esta columna, es a que las estudien. ¿Por qué los invito a eso? Por una razón muy sencilla: si conocemos el mal, podemos buscarle una solución adecuada; es decir, si sabemos que el mal de México es la pobreza, unámonos a la organización que lucha contra esa pobreza.