La palabra en combate

  • Atilio Peralta Merino
Al parecer, el dominio de la palabra ha de revestir quizá tanta importancia como el de las armas

En 1937 en las páginas de su Teoría del Estado, Herman Heller definía a la opinión pública como toda expresión “publicada de cualquier manera”, y aludía a su importancia en el desenvolvimiento del acontecer estatal.

Las consideraciones vertidas en 1937 resultan de especial relevancia ante lo escrito por Marshall McLuhan en La Aldea Global, en la que avizoraba un futuro, en el que estamos instalados en el momento actual, señalando que el alud de contenido digital puede fácilmente desestabilizar un gobierno nacional.

Un momento, avizorado a su vez también de tiempo atrás por Giovani Sartori en el que, la permanente intervención de todo individuo crea una enorme confusión al expresarse criterios de una multitud que, movida exclusivamente por la inmediatez y la ausencia de rigor conceptual, ha perdido el sentido de la reflexión profunda.

Pueden leerse publicados comentarios que lo mismo señalan que, el titular saliente del Ejecutivo tiene en los mandos de las fuerzas armadas un enorme espacio de influencia, que los que afirman lo contrario, que, con los nombramientos respectivos, la nueva titular de la Presidencia ha dejado asentado su propio espacio de mando.

La verdad de las cosas, dijera San Agustín de Hipona: “Tan sólo Dios la sabe”, lo que resulta por demás significativo, es la manifiesta experiencia en el ámbito de la comunicación social de la que goza Ricardo Trevilla Trejo.

Nos enfrentamos a un panorama internacional en el que, en una de sus extremos no puede descartarse por ningún motivo un desenlace nuclear con todo lo que ello lleva aparejado, o en contrapartida el eventual colapso de los Estados Unidos y de Europa con repercusiones que pueden equipararse a la de la Gran Depresión de 1929.

La sucesión de poderes en el país del norte en medio de una aguda polarización, ha encontrado un tópico de concordancia en el combate al cártel de Sinaloa, resucitando a la memoria el teatro de operaciones referido por Caspar Weinberger en los años ochenta por aquel entonces, titular del Pentágono bajo la administración Regan.

Ante el eventual surgimiento de tensiones en sus matices más variados, entre un fuerte liderazgo saliente y el inicio de un nuevo ciclo político, y en tanto el enfrentamiento de bandas desborda la violencia en Sinaloa, Chiapas, Michoacán y Puebla, el pleno dominio de la “opinión pública” no deja de resultar un hecho de especial relevancia, en tanto que nos enfrentamos ante un choque de poderes en virtud de la denominada reforma judicial y un juez de distrito en Guanajuato ordena reabrir expedientes de los sucesos acaecidos en los años setenta en la Sierra de Guerrero.

La primera experiencia de la utilización de medios de prensa con fines bélicos, al decir de los conocedores, se desplegó en la Guerra de Crimea al retrasar un tanto la imagen de la fotografía de daguerrotipo, situación a la que, en forma indirecta alude Julio Verne mediante la creación de los corresponsales de prensa británico y francés, a saber Harry Blount y Alcide Jolivet, personajes de la trama de su novela Miguel Strogoff.   

El dominio de las naciones por medio de sus fuerzas sigue hoy, como siempre desde los tiempos de Polibio, Maquiavelo o Carl von Clausewitz, desplegándose en la capacidad de enfrentamiento hombre a hombre en el territorio, no obstante, juega un papel preponderante en los días que corren las diatribas en el ámbito de las mentes

El General Secretario ha estado en fechas por demás recientes al frente del “Estado Mayor” del Ejército, desempeñándose  años atrás como jefe de comunicación social en la que diera pleno seguimiento a sucesos por demás significativos, bien pudiera avizorarse que se desempeñará con el claro y diáfano sentido institucional que corresponde, en medio, eso sí, de un universo que pudiera llegar a ser caótico y en el que, al parecer, el dominio de la palabra ha de revestir quizá tanta importancia como el de las armas.

albertoperalta1963@gmail.com

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Atilio Peralta Merino

De formación jesuita, Abogado por la Escuela Libre de Derecho.

Compañero editorial de Pedro Angel Palou.
Colaborador cercano de José Ángel Conchello y Humberto Hernández Haddad y del constitucionalista Elisur Artega Nava