La sobrerrepresentación, va

  • Héctor Guerrero
La luz de estos acontecimientos sume de a poco en la obscuridad nuestra joven democracia

Se agotaron los recursos legales. Ya no hay vuelta de hoja para evitar que Morena y sus rémoras se hicieran de la mayoría absoluta en el Congreso.

La reciente votación del Tribunal Electoral de cuatro a uno que ratificó la polémica decisión del Congreso de otorgar una representación desproporcionada a Morena puso punto final a poner un contrapeso al Ejecutivo.

La luz de estos acontecimientos sume de a poco en la obscuridad nuestra joven democracia, ahora vamos sobre el sendero de la dictadura.

Este fallo refuerza el dominio del partido oficialista, pasando sobre la representación popular y sienta un peligroso precedente de concentración de poder en manos de una sola fuerza política. La aplanadora, el dinosaurio está más vivo y pleno que nunca.

Los magistrados que votaron a favor de esta medida han sido cómplices de un atropello institucional. Sus votos reflejan sumisión total a las presiones políticas del Ejecutivo, pero lo más importante cometen traición al deber fundamental de proteger la integridad del proceso democrático.

El concepto de sobrerrepresentación se refiere a una situación en la que un partido político obtiene un número de escaños en el Congreso que supera en mucho el porcentaje de votos que recibió en las elecciones. En el caso de México, la Constitución establece un límite del 8 por ciento en la sobrerrepresentación para evitar que un partido concentre demasiado poder, es decir, un partido que obtenga el 40 por ciento de los votos no debería tener más del 48 por ciento de los escaños.

Hoy Morena y sus aliados tienen 364 diputados al servicio del Ejecutivo. Saquen ustedes las cuentas.

Sin embargo, en las elecciones recientes, Morena ha sido beneficiado por esta sobrerrepresentación, recibiendo el 73 por ciento de los diputados para ampliar el espectro de su representación a costa de la proporcionalidad del voto ciudadano.

Este fenómeno distorsiona el principio de representación democrática, ya que permite que un partido ejerza un poder desmedido en relación con el apoyo real que recibió en las urnas.

La jugada política maquinada desde las más altas esferas del poder, consolida, confirma el talante autoritario del presidente Andrés Manuel López Obrador y los magistrados del Tribunal Electoral en lugar de fallar a favor de la medida, en lugar de actuar como un contrapeso al Poder Ejecutivo, parecieran haber sucumbido a las presiones políticas, tendiendo la cama a un escenario que favorece la perpetuación del dominio de un solo partido. La sombra de la extorsión y el soborno político se cierne sobre esta decisión.

La influencia de AMLO sobre el proceso es innegable, y su constante hostigamiento a las instituciones que no se alinean con su visión autoritaria es un claro indicador de las tácticas de presión que se están utilizando.

La política de “o estás conmigo o contra mí” hizo metástasis ya en nuestro país.

Felipe de la Mata Pizaña, votó a favor de la medida. En su justificación, de la Mata argumentó que “la decisión del Congreso es constitucional, ya que se encuentra dentro de sus facultades redistribuir la representación política”.

Por otro lado, la magistrada Janine Otálora Malassis, una de las voces disidentes en esta decisión, expresó una posición firme y justa. “Esta resolución vulnera el principio de proporcionalidad y favorece de manera indebida al partido en el poder”, afirmó, destacando que el fallo no solo desvirtúa el equilibrio democrático, sino que también pone en peligro la confianza pública en las instituciones electorales. Otálora Malassis añadió que la decisión “establece un precedente peligroso que puede ser utilizado para justificar futuros abusos de poder”. Su voto en contra se ha convertido en un símbolo de resistencia a favor de la independencia judicial en México.

Además de las controversias dentro del Tribunal, es importante destacar las manifestaciones de preocupación que han surgido al interior de la Corte por parte de empleados y funcionarios judiciales.

El futuro de la democracia en México es frágil sin duda. La reciente votación del Tribunal Electoral ha abierto una puerta peligrosa, una que podría llevar al país por un camino de autoritarismo y concentración de poder, un que episodio marque el inicio de una oscura etapa en la historia democrática de México.

Es esencial considerar las implicaciones de este fallo en un contexto más amplio. La política mexicana está en un momento crítico, donde las decisiones judiciales pueden determinar el rumbo del país.

Hoy en México, aquellos encargados de impartir justicia, sienten que el equilibrio de poderes está siendo subvertido.

Noroña es ahora el presidente del Senado.

Y vamos por el segundo piso.

Tiempo al tiempo.

@hecguerrero

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Héctor Guerrero
Periodista con más de 30 años de experiencia. Fue coordinador de Gestión Informativa y Corresponsales del periódico Reforma, además de director de Tiempo Real y PoliticaMx, entre otros cargos. Apasionado y en línea con la política y el deporte.