¡Escritores de Puebla, uníos!

  • Antonio Madrid
La reseña de un encuentro de letristas en Puebla y ese arte de ser feliz de tiempo completo

Acudimos a una reunión con escritores y escritoras de todo el Estado, convocados por Beatriz Mayer, quien logró esta hazaña, pocas veces lograda, toda vez que acudieron perfiles no solamente de la capital, sino de la entidad misma.

Uno de los primeros ponentes, Gabriel Sainos, de la zona de Teziutlán, habló sobre el escaso apoyo que hay para publicaciones en general, pero mucho más para aquellas escritas a través de lenguas originarias. Sobra decir que, aparejado de esto, estas lenguas están desapareciendo a pasos agigantados. Otros ponentes como Alberto Cipriano y Elizabeth Damián, coincidieron.

Otro de los ponentes, Leonel Quiroga Cázares, de la zona de Xicotepec, se quejó de lo mismo, sobre todo de espacios para el desarrollo de aquellas raras avis que trabajan en las letras locales, como es el caso de un grupo que formaron hace más de veinte años, el “Taller Literario de Xicotepec”, que –dixit Quiroga Cázares- a veces han tenido que sesionar en una Casa de la Cultura, interrumpidos -¿O acompañados?- por música de clases de zumba, que evidencian la escasa, escasísima sensibilidad de los encargados del Ayuntamiento, para entender la diferencia de ambas actividades.

Después, escritores de la capital, como Fredo Godínez, Víctor Baca y Jaime Carcaño, entre otros, coincidieron en que habrá que poner manos a la obra para cambiar la realidad del mundo de las letras en Puebla, al tiempo de reconocer que se ha alejado de la gente para dedicar a llorar sus penas en su pequeño círculo.

Ya para finalizar, aunque un tanto ignorado luego de la larga fila de ponentes, fue Alejandro Palma Castro, académico de la BUAP quien puso la cereza del pastel haciendo valiosas propuestas que debió recoger María José Farfán Ortega, secretaria Técnica de Arte y Cultura del Equipo de Transición de Alejandro Armenta Mier (y próxima directora de Museos Puebla), quien ojala y de un giro de timón para que la cultura en general y las letras en particular, tomen un nuevo rumbo en la Puebla.

Mientras tanto, vaya desde aquí una felicitación para Beatriz Mayer por este esfuerzo.

Raymundo Cisneros Estrada y ese raro arte de ser feliz de tiempo completo

En días pasados tuve la fortuna de conocer a un hombre feliz, que ya es mucho decir en este planeta. Caminaba por el Barrio del Artista y me detuve a ver a un hombre que pintaba aparentemente de manera despreocupada un cuadro al óleo. Este hecho parece ser común en esta zona –lo de pintar, no lo de ser feliz-, pero este hombre parecía eso: estar despreocupado. Me quedé mirando y en un momento dado volteó y me saludó. Le comenté que me parecía raro que no usara delantal ni nada por el estilo y que hiciera su labor con una vestimenta tan pulcra. Me dijo que no la necesitaba, pues trabajaba con espátula y no se manchaba ni un ápice. Continuamos conversando y por alguna razón me reveló los inicios de su trayectoria, aquel momento en que decidió dejar su anterior empleo, para dedicarse ciento por ciento a la labor que más disfruta: pintar. Cuando eso ocurrió su familia puso el grito en el cielo al cuestionarle, no con escasa razón, si le iban a ser suficientes aquellas ganas de querer destacar en el arte para sobrevivir y además mantener a una familia. Hoy, luego de más de treinta años de haber tomado aquella decisión, sabe que no se equivocó. Y por ello se le puede ver feliz, haciendo lo que tanto le gusta.

¿Cuántos de nosotros tendremos el valor para dejar un empleo que no nos agrada para lanzarnos a la aventura de vivir para ser felices, haciendo lo que realmente queremos? Sin duda pocos, y esa premisa va por los jóvenes, que muchas veces olvidan el verdadero objetivo de la vida, este de ser felices, no solamente de pensar en ganar mucho dinero realizando la actividad del día a día.

El nombre de este personaje es Raymundo Cisneros Estrada, es un artista de tiempo completo y está cerca de cumplir setenta años de mover el pincel y la espátula, con la alegría de un niño jugando futbol en el estadio de su felicidad.

 

 

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Antonio Madrid

Comunicador y periodista. Reportero, corresponsal y columnista (La Pasarela) en diversos medios poblanos. Ha ejercido su labor reporteril en radio, televisión y prensa escrita en medios de Huauchinango y Xicotepec.