La demanda de electricidad en emergencias

  • Lorenzo Diaz Cruz
La red eléctrica está diseñado para satisfacer una demanda promedio en México

Estas semanas hemos experimentado un aumento en la temperatura del medio ambiente, algo más allá de los promedios típicos. Esta situación pone a prueba algunas certezas en las que basamos nuestro sistema social y económico.

Muchas veces decimos que hace mucho calor, y científicamente es correcto decirlo así, pues según la termodinámica, el calor es en realidad un flujo de energía, ese flujo va de los cuerpos calientes a los fríos, lo que se usa para definir de la manera intuitiva el concepto de temperatura.  Así pues, es justamente esa energía del medio ambiente que se transfiere a nuestro cuerpo, lo que hace aumentar su temperatura.

Junto con las molestias e incomodidad típicas, también se han registrado en algunos estados cortes en el suministro de la energía eléctrica, alias “se fue la luz”. Esto sucede porque la demanda de energía para hacer funcionar el aire acondicionado de las ciudades, es muy alta, lo que somete la red eléctrica a un pico inesperado que no se puede atender, provocando los famosos apagones. En la opinión pública se critica al gobierno como responsable de estos problemas.  ¿Es posible atender la demanda de electricidad en situaciones críticas, como un calor extremo, o el frío de las tormentas invernales?

El hecho de que el Estado sea responsable de la generación, y suministro de la electricidad, lo hace en automático responsable del estado de la red eléctrica. Sin embargo, es conveniente preguntarnos si es posible tener un suministro a prueba de calamidades ambientales.

Para matizar nuestra opinión sobre el hecho de que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sea una empresa paraestatal, habría que recordar que hace unos años se presentó un problema terrible en Texas durante una tormenta invernal, que provocó fallas en el suministro de la energía, misma qué dejó sin calefacción a mucha gente, causando incluso muertes.  En ese caso se trataba de una empresa privada la encargada de la red eléctrica, lo que quiere decir que ese problema puede pasar hasta en las mejores familias.

Así pues, hay algo inherente a la forma cómo funciona el consumo de energía eléctrica, que hace difícil enfrentar dichas emergencias. Pareciera que, dentro del sistema capitalista, la solución sería contar con una capacidad adicional de generación de electricidad, algo por arriba del consumo promedio. Pero, ¿cómo recuperar lo invertido en esas plantas que estarían ociosas durante el tiempo que el consumo esté en los niveles promedio? La única solución sería darles un subsidio, como una especie de seguro, pero eso debería venir de algún lado, por ejemplo pagarlo entre todos los consumidores, subiendo las tarifas un poquito. Pero si nos cuesta a todos, ya no sería muy popular y el gobierno en turno quedaría mal.

Lo que podemos decir finalmente es que al margen de que la empresa sea privada o estatal, se debería tener un margen para enfrentar estas anomalías, más aún cuando estamos viviendo las consecuencias del cambio climático, sea natural o inducido por la actividad humana.

Es una decisión difícil, que requiere soluciones creativas. Por ejemplo, se podría fomentar el uso de paneles solares para que las familias puedan ahorrar en el costo de su consumo, de modo que no les fuera tan oneroso pagar su consumo tradicional, mismo que incluiría esa especie de seguro eléctrico, con lo cual la sociedad estaría en mejores condiciones para enfrentar esas emergencias.

En sexenios pasados se buscó basar parte de esa demanda en las empresas privadas, mismas que invertían para tener su propia generación de electricidad, y luego vender sus excedentes al Estado. Eso suena bien en principio, el problema surgió cuando se descubrió que el Estado pagaba un costo muy alto por la electricidad. Ese es otra cara del problema de la corrupción en nuestro país, que funciona como un líquido que se adapta y saca ventaja de muchas situaciones.

Así pues, contar con una capacidad de prevención y respuesta ante situaciones de consumo de electricidad en situaciones de emergencia, no es gratis, nos costará a todos. Sin embargo, los costos de una posible tragedia son tales que vale la pena que como sociedad estemos dispuestos a pagar por ese “seguro energético.

 

Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente la línea editorial de e-consulta.

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Lorenzo Diaz Cruz

Doctor en Física (Universidad de Michigan). Premio Estatal Puebla de Ciencia y Tecnología (2009); ganador de la Medalla de la DPyC-SMF en 2023 por su trayectoria en Física de Altas Energías. Miembro del SNI, Nivel lll. Estudios en temas de educación en el Seminario CIDE-Yale de Alto Nivel (2016).