Necesario que el obispo Rangel diga la verdad

  • Miguel Ángel de la Rosa
Es exigible saber lo que ocurrió y descartar un atentado del crimen organizado o un crimen de Estado

Este 29 de abril en la tarde se vivieron momentos de mucha incertidumbre por la desaparición del obispo emérito de Chilpancingo-Chilapa Salvador Rangel Mendoza. El Episcopado Mexicano emitió un comunicado en donde daba a conocer que no se sabía de su paradero y se especuló sobre el terrible escenario de que apareciera sin vida.

En ese momento había una indignación generalizada si se confirmaba un posible homicidio. Como lo comenté en este mi espacio este hipotético acontecimiento hubiera tenido una repercusión más grave que la que se tuvo con el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo el 24 de mayo de 1993, en donde se presume hubo una confusión y en este supuesto atentado del obispo emérito de Chilpancingo hubiera ocasionado una crisis social nunca antes vista en México y enrarecido el proceso electoral de este 2024.

Afortunadamente este panorama no se presentó. El obispo Salvador Rangel Mendoza apareció con vida y se encuentra ya en su domicilio en Jiutepec, Morelos, lo cual celebro principalmente por su vida. Sin embargo, está desaparición no tiene nada que ver con las primeras versiones proporcionadas a los medios por el fiscal estatal de Morelos Uriel Carmona, el que aseguró que se trataba de un secuestro exprés. La versión que se dio el miércoles 1 de mayo de 2024 por varios medios de comunicación contradice todo lo que se había dicho. Estas versiones desmienten que el obispo, que fue reportado como desaparecido el lunes, hubiera ingresado voluntariamente el domingo al Hospital General de esa capital.

Al parecer paramédicos lo recogieron en un hotel en Ocotepec, a una media hora donde el obispo vive, fueron quienes lo llevaron al hospital, y se dice también que hay reportes oficiales que señalan lo siguiente: “Mencionan los paramédicos que lo recogieron inconsciente y desnudo en una habitación del Hotel Real de Ocotepec. Los paramédicos presentan las pertenencias del paciente en una bolsa negra, la cual se le recoge, y es un pantalón de vestir gris oscuro, una camisa de cuadros morada, un gel lubricante íntimo y un estuche pequeño color negro con seis condones (uno abierto) y cinco pastillas azules”.

Se dice también que los resultados de los exámenes toxicológicos, que mostraron presencia de cocaína y benzodiacepinas que es un opiáceo que requiere prescripción médica para tratar alteraciones como la ansiedad, sin encontrar marcas en el cuello o el tórax. También se dice con base en la bitácora que muestra que ingresó al hospital a las 10 de la mañana del domingo, poco más de 12 horas después de que lo vieran en una pizzería al sur de Cuernavaca y un día antes de que las autoridades lo localizaran, “con deterioro neurológico, a expensas de estupor, sin pertenencias y con blíster de dos pastillas de Sildenafil”, un medicamento que trata la disfunción eréctil y estimula sexualmente a quien lo toma.

Sobre estos hechos el gobernador interino de Morelos, Samuel Sotelo, señaló que fue localizado el obispo y que no se trataba de un secuestro exprés. El comisionado estatal de Seguridad Pública también de Morelos, José Ortiz Guarneros, aseguró que Rangel Mendoza entró al hotel por “voluntad propia” y acompañado por un hombre que “después se retiró”. El Hotel Real de Ocotepec tiene servicio de hotel y de motel, no registró al obispo porque, dijo un dependiente, estaría por corto tiempo.

Sobre todo, por la notoriedad que el obispo emérito de Chilpancingo-Chilapa ha tenido en las últimas semanas en razón de las polémicas declaraciones que ha realizado en varios medios nacionales sobre la participación del crimen organizado en pasadas elecciones federales; y además de su mediación para pacificar la región de Guerrero de la lucha interna del crimen organizado que lo han hecho un hombre público.

Lo que está emergiendo a través de filtraciones de documentos oficiales a la prensa obligan a Rangel Mendoza y al Episcopado Mexicano, a decir la verdad de lo que ocurrió. La vida personal de cada quien es respetable siempre que no se viole la ley. Sea arquitecto, abogado o sacerdote, para mí cada quien puede hacer lo que quiera, siempre que no sea delito. Pero es hasta exigible saber lo que ocurrió para descartar un atentado del crimen organizado o algo peor que sería un crimen de Estado.     

 

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Miguel Ángel de la Rosa

Político, abogado y contador público certificado. Nacido en Puebla. Como periodista ha sido colaborador en radio, televisión y periódicos locales. Expresidente Estatal del PRD. Presidente Estatal de Iniciativa Galileos APN. Rector del Instituto de Ciencias Ecuestres. Amante de los caballos.