En el pádel y en la vida: reglas para un buen saque

  • Eduardo Tovilla
Más que el golpe con que inicia el juego, el saque es la carta de presentación de un jugador

El deporte es parte fundamental de la vida; es más que un pasatiempo o una herramienta de salud. Nos enseña disciplina, nos exige esfuerzo y nos confronta con nuestros propios límites. En ese constante desafío, encontramos lecciones que trascienden el ámbito deportivo y se infiltran en cada aspecto de nuestra existencia, convirtiéndose en un modo de vida y en un poderoso consejero que nos guía hacia el éxito en todas nuestras empresas diarias.

Por ello, cuando recibí la generosa invitación a participar en esta columna, no dudé ni un segundo en hacerlo desde la visión y las experiencias que he adquirido al jugar pádel, juego que, junto con mi familia, le da sentido a mis días y me ha permitido aprender muchas lecciones para el buen vivir.

En el pádel como en la vida, hay momentos difíciles, y en ambos hay que mantenernos honestos, dar el golpe perfecto para comenzar bien y cerrar con fuerza, porque al final, se trata de un deporte de carácter y decisión, donde sin importar el marcador, lo que otorga la victoria es el temple y la convicción.

Como todo deporte, el pádel no promete siempre el triunfo, pero nos da las herramientas para levantarnos, mejorar y reponernos en el marcador. Así que permítanme compartir con ustedes algunas de las reglas y experiencias que he aprendido en este apasionante deporte que estoy seguro que, al igual que a mí, les serán de utilidad en la vida diaria.

El principio del juego se encuentra determinado por el saque, que es mucho más que el golpe con que inicia cada punto. El saque es un punto de partida estratégico, tanto en el aspecto físico como en el anímico. Es la carta de presentación de un jugador con la que comunica la intensidad y el carácter que tendrá el juego.

Por ello, en el pádel como en el vivir, la posición desde la que se comienza el juego, determina el ritmo y el resultado del mismo, y nos recuerda la importancia de comenzar desde una posición sólida, lista para afrontar los desafíos que se avecinen. Esta regla es tan innegable que hasta la hemos convertido en dichos como el que dice que: es preferible “ir en caballo de hacienda” a apostar que “caballo que alcanza gana”.

De igual forma, al realizar un saque, una de las primeras recomendaciones es elegir el lugar adecuado.  No importa el ánimo, la preparación o el contrincante, sin una buena posición de salida siempre se requerirá el doble de esfuerzo para remontar esta desventaja.

En este sentido, el saque no es sólo el inicio de un intercambio de golpes; es el momento en el que se establece el tono y la dirección del juego. Una mala elección de ubicación puede comprometer la capacidad de controlar la cancha y dictar el ritmo del partido.

Por ello, la preparación y el posicionamiento adecuados son fundamentales. Se trata de anticiparse a las jugadas del oponente, evaluar el terreno y elegir estratégicamente el punto de inicio más favorable.

Después, hay que visualizar el saque o lo que es lo mismo, tener un plan de ataque. En la vida poco se puede lograr si no se tiene clara una meta y los pasos que hay que dar para conseguirla. La frase “10 minutos de planeación sirven más que 20 de trabajo” no es mentira.

Un buen saque incluye también mantenerse en la postura correcta, física y mentalmente. La actitud es fundamental, grandes planes se han arruinado debido a la actitud incorrecta, ya que es el motor que impulsa nuestras acciones y determina el resultado de nuestros esfuerzos.

Así, una actitud positiva y proactiva no sólo mejora nuestro desempeño en la cancha, sino que también tiene el poder de influir en nuestro entorno y en las personas que nos rodean. Por el contrario, una actitud negativa puede sabotear incluso los planes mejor elaborados.

Finalmente, ha llegado el momento de pegarle a la bola y en ello también hay grandes lecciones. Transferir el peso entre las piernas es el consejo para dar estabilidad al golpe inicial de pádel. Este concepto es más comprensible en la vida diaria si lo llamamos “delegar”.

Muchas veces el pedir ayuda o confiar ciertas tareas a otros es percibida como una muestra de debilidad cuando en realidad, en la mente triunfadora, es el secreto que nos permite concentrarnos en lo más importante.

Delegar no implica falta de capacidad, sino sabiduría para reconocer dónde y cuándo necesitamos apoyo. Al liberarnos de tareas secundarias, podemos centrar nuestros esfuerzos en lo esencial, maximizando así nuestra eficacia y alcanzando un equilibrio sólido en la búsqueda de nuestros objetivos.

En última instancia, aprender a transferir el peso en el pádel y delegar en la vida cotidiana son lecciones que nos enseñan a confiar en nuestro equipo, a reconocer nuestras limitaciones y a enfocarnos en lo que realmente importa.

Así, teniendo en cuenta estos sencillos consejos, tanto en el pádel como en la vida, estableceremos un punto de partida desde el que nos sea más cómodo y seguro alcanzar el éxito.

Es por todo esto que, sin dudar, decidí emprender esta columna cuyos temas serán tan variados como los cambios de clima y los altibajos del ánimo humano. Sin embargo, su núcleo permanecerá inmutable: compartir la invaluable sabiduría que el deporte otorga a aquellos que dedicamos parte de nuestro tiempo a su práctica.

Juntos descubriremos a un maestro silencioso que nos enseña lecciones profundas sobre la vida misma. El pádel es un juego de estrategia, pero también de carácter, es un juego en el cual es importante dónde abres, pero también cómo cierras, es un deporte donde el ser un buen jugador es tan importante como el ser un gran estratega.

A través de esta columna y de las subsecuentes mi objetivo será transmitir esas lecciones, reflexiones y experiencias que el deporte me ha enseñado, porque en cada competición y en cada momento del juego hay una oportunidad de crecimiento personal y aprendizaje que merece ser aprendida, asimilada y compartida.

En el pádel como en la vida, se juega para ganar y, a veces, se gana por talento, pero casi siempre por esfuerzo.

 

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Eduardo Tovilla

Economista egresado del ITAM y maestro en Administración de Negocios por la Universidad de las Américas Puebla. De 1995 a 2019 se desempeñó como funcionario público. Su conexión con el pádel se fusiona con una exitosa carrera empresarial y su compromiso filantrópico.