Embarazo infantil en Puebla

  • Marisol Calva
Más que fotos para redes, queremos acciones que garanticen los derechos de las infancias

Cuando se habla de embarazos de niñas de entre 10 y 15 años, se hacen comentarios llenos de prejuicios, clasismo y estigmas. Se dice que las niñas “se embarazan” como si se tratara de mujeres promiscuas que buscan el embarazo a propósito, se les señala por ser precoces (a ellas) y por irresponsables, también a ellas, pero nunca a los hombres. A ellas se les imputa la carga total del embarazo, como si ellas se embarazaran solas. Pero esos análisis huecos, y llenos de prejuicios, no hacen nada más que minimizar una creciente problemática entre las niñas de México y principalmente de Puebla; una cruda realidad que muchas y muchos se niegan a ver, porque no la entienden o porque no quieren hacer nada para combatirla, y me refiero a el abuso sexual infantil.

En los últimos seis años, el abuso sexual contra menores de edad aumento un 140% en el estado de Puebla. Pasaron de de 135 casos en 2015 a 324 en 2020, y en lo que va de 2021 se ha contabilizado en promedio, un caso diariamente.

El 90% de los agresores sexuales de niñas, se concentran en su seno familiar y en su entorno más cercano. Con la pandemia, el aumento de embarazos infantiles de disparó y no es sorpresa, las niñas estaban confinadas con sus agresores, lo que provocó que fueran víctimas de violencia sexual y muchas de ellas quedaran embarazadas, producto de violaciones.

Puebla ocupa el quinto lugar nacional en embarazo infantil. De acuerdo a cifras del Grupo Interinstitucional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (GIPEA), 22 municipios del estado concentran los más altos casos de embarazos de niñas de entre 9 y 15 años, y estos son, en orden de más casos a menos: Puebla capital (100), Tehuacán (20), Ajalpan (18), San Martín Texmelucan (13), Tepeaca (11), Xicotepec (11), Atlixco (10), San Pedro Cholula (10), y así hasta sumar más de 275 casos.

Considerando que nuestro estado ocupa el quinto lugar nacional en nacimientos de madres niñas entre 10 y 14 años, así como, séptimo lugar nacional en muerte materna infantil no podemos seguir replicando discursos que revictimizan. Las niñas no se embarazan, las embarazan. Los embarazos infantiles son productos de violencias sexuales, si seguimos partiendo de que las niñas de 10 años tienen relaciones sexuales de manera voluntaria estaríamos justificando la pedofilia. Las niñas merecen que sus derechos humanos sean protegidos, el derecho a tener una infancia plena y libre de violencias donde no se les obligue a ser madres.

Es importante recordar que en Puebla no se ha despenalizado el aborto, y que si alguna de esas niñas quisiera interrumpir sus embarazos voluntariamente no podrían hacerlo, lo que les estaría obligando a parir.

Aún en caso de que con una denuncia por violación acudiera a una institución pública de salud del estado a solicitar una interrupción del embarazo porque las causales del Código Penal poblano para realizar abortos lo permiten en caso de violación, no podría acceder a él porque se calcula que en Puebla el 90% del personal médico es objetor de conciencia; situación que ahora ya es inconstitucional pues la Suprema Corte de justicia de la Nación determinó que todas las instituciones públicas deben garantizar tener siempre personal que pueda practicar abortos legales y seguros.

Desafortunadamente en Puebla estamos muy lejos de mirar con una perspectiva feminista el embarazo infantil, muy lejos de garantizar el acceso a una educación sexual integral a todas las niñas, niños y adolescentes para que estén informados y sepan detectar abusos sexuales, donde sepan que el consentimiento y el deseo son fundamentales para iniciar una vida sexual, que sepan que nadie les puede tocar sin su permiso aún cuando se trate de su propia familia.

Es lamentable que aun cuando se estan vulnerando los derechos de miles de niñas en el estado, se sigue cayendo en el discurso fácil y revictimizante donde ellas, las niñas de 9 a 14 años, son responsables de “embarazarse”, cuando en realidad deberíamos estar yendo detrás de los agresores sexuales que las violentaron, darles toda la protección y garantías de reparación del daño, y el acceso a un aborto legal seguro y gratuito, porque queremos niñas, no madres, porque queremos verdaderas políticas que erradiquen el embarazo infantil que de ninguna forma puede ser justificado y tolerado. Más que fotos para las redes y discursos para eventos, queremos acciones en concreto, medibles y fiscalizables para garantizar los derechos de las infancias.

 

 

 

Marisol Calva García

@Marisol_ Calva

 

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Marisol Calva

Politóloga, Maestra en Gobierno y Administración Pública, Secretaria de la Comisión Nacional de Redes Sociales de Movimiento Ciudadano. Ex candidata a Diputada Local