Epidemia y rebelión reaccionaria

  • Carlos Figueroa Ibarra
A este colapso y a una enorme mortandad le está apostando la rebelión reaccionaria.

El viernes 17 de abril TVAzteca rompió públicamente las hostilidades contra el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Apuntó a un objetivo estratégico en el contexto de la epidemia, Hugo López Gatell. No se equivocan quienes han comenzado a socavar al  principal vocero gubernamental sobre las medidas de salud pública para enfrentar el SARS CoV-2: se ha convertido en un ícono en pocas semanas porque tiene eficaz comunicación,  credibilidad científica, maneras suaves y atractivo. Para los enemigos del gobierno resulta necesario destruir su imagen y la confianza que despierta. Por ello, el vocero de Ricardo Salinas Pliego  puso en cuestión las cifras que éste diariamente  proporciona y llamó a la desobediencia con respecto a las medidas sanitarias que se están implantando en el país para mitigar lo más posible el Covid-19.

Lo que dijo Javier Alatorre, es expresión de una rebelión de carácter reaccionario que ha estado creciendo durante marzo y abril. Le da continuidad al golpeteo que han tenido el grupo de gobernadores panistas además del que mantienen los gobernadores Enrique Alfaro, Jaime Rodríguez, Miguel Riquelme, Silvano Aureoles de Jalisco, Nuevo León, Coahuila  y Michoacán respectivamente. De manera insólita, Jaime Bonilla desde Baja California se une a la rebelión reaccionaria desautorizando a López Gatell. Resulta insólito porque  Bonilla supuestamente es un gobernador impulsado por Morena y está en el puesto en gran medida por la simpatía que le tuvo López Obrador. Se unen al coro reaccionario los comentaristas y comunicadores  neoliberales de la radio y de la televisión, los intelectuales orgánicos del neoliberalismo forjados y pagados por los dos sexenios anteriores. Además comentaristas que hasta hace poco eran imaginados como progresistas porque escondían su conservadurismo.  En el exterior participan entre otros, los dos principales diarios estadounidenses (Washington Post y New York Times), un influyente periódico británico (Financial Times), El País (España), CNN  y toda la prensa reaccionaria de América latina.

Los temas del desprestigio han sido: el carácter autoritario (e ignorancia) de López Obrador  que lo iguala a Trump en torpeza para enfrentar la epidemia y subestimación de la misma;  contradictoriamente, el retraso en aplicar la cuarentena y el que se esté aplicando la cuarentena; las deficiencias hospitalarias que exhibe el sistema de salud pública; la dotación de insumos y equipo médico de baja calidad que se está repartiendo; la negativa a practicar masivamente las pruebas rápidas; la ocultación de las cifras reales de la enfermedad y últimamente el que esté planeando dejar morir a los adultos mayores cuando el virus colapse al sistema hospitalario. A este colapso y a una enorme mortandad le está apostando la rebelión reaccionaria. Así las cosas, las fakenews abundan y las imágenes dantescas han empezado a difundirse: un hospital con muertos envueltos y tirados en el suelo que se dijo que eran de un hospital de Chihuahua  en realidad eran de Guayaquil.

Los argumentos de los enemigos (que no adversarios) del gobierno de López Obrador, parten de la idea de que éste encarna un populismo autoritario de consecuencias funestas en el contexto de la epidemia. Las medidas tomadas por el gobierno distan mucho de ser autoritarias. No  ha recurrido al Estado de Excepción ni a medidas de control violatorias de los derechos humanos como hemos visto en otros países. ¿Se imagina usted las disposiciones que se tomarían en cualquier país contra una televisora que llama a desobedecer las medidas sanitarias en el contexto de una grave epidemia? El gobierno mexicano solamente emitió a través de la SEGOB un suave apercibimiento. Las medidas de distancia social y encierro se han asentado sobre todo en la persuasión que ha tenido resultados positivos en el país:   el manejo vehicular disminuyó en un 60%, el transporte público en 73% y el tránsito peatonal en 66%. Esto pese a una economía que tiene entre 60 y 70% de informalidad. El gobierno ha estado actuando con eficacia y ha logrado evitar el escenario catastrófico de una epidemia desbocada con colapso hospitalario que  se preveía podría haber sucedido entre el 26 de marzo y el 9 de abril. En vez de eso se prevé una epidemia con curva aplanada que se extendería hasta la tercera semana de julio de 2020. Los cálculos matemáticos hechos por siete grupos científicos también prevén una curva epidémica que no rebasará la capacidad hospitalaria instalada, aumentada y reconvertida para enfrentar la crisis. Todo esto se logrará “si y sólo si”  la población sigue manteniendo con disciplina las medidas de distancia social y encierro. Eso es más eficaz que las “pruebas rápidas” que no sirven para nada. Por lo demás, estas medidas sustentadas en la persuasión solo podrán ser mantenidas  si se informa con veracidad lo que está sucediendo con la peste. La 4T  marcha forzadamente para enfrentar el desastre que los neoliberales dejaron en el sistema de salud pública. Busca aumentar la infraestructura hospitalaria, suministro de medicinas, número de médico/as y enfermero/as para no llegar al escenario terrible y extremo de dejar morir a los viejos. Lo cual sucedió en España, Italia y Estados Unidos.

¿Cuáles son los motivos de TVAzteca y Salinas Pliego para unirse a la rebelión reaccionaria? Salinas Pliego estuvo apoyando hasta hace algunas semanas a López Obrador como lo hizo desde 2018. Le gustaba que el presidente no hubiera adelantado la distancia social y el encierro. Dijo sus motivos: la epidemia era sólo una gripe, no era para tanto, lo peor sucedería si se afectaba la economía con el encierro. Cuando este encierro fue dispuesto, el amigo se volvió enemigo  y Javier Alatorre dijo lo que Salinas le dijo que tenía que decir. No le gusta al magnate, como no le gusta a buena parte de los capitalistas que necesitan  significativamente de mano de obra, que las empresas se cierren temporalmente para que la muerte no se disemine. Algunos empresarios prefieren la muerte diseminada antes que ver mermadas sus ganancias. También se ha dicho que no le gusta el apremio gubernamental para que pague impuestos, puesto que estaría entre los grandes contribuyentes  que deben al fisco decenas de miles de millones de pesos.

Y en el marco de toda esta confrontación, no deja de sorprenderme la eficacia de la derecha para difundir una imagen del gobierno de la 4T ineficiente, mendaz e irresponsable. Sobre todo en el exterior, aun personas progresistas parecen esponjas para absorber las mentiras y medias verdades que los enemigos del gobierno difunden. Y estas mismas personas parecen tener una capa de teflón para aceptar  lo que el gobierno de López Obrador informa y desmiente. ¿Por qué? Confieso que esto es tan complejo, que tiene que ser de materia de reflexión aparte.

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Carlos Figueroa Ibarra

Sociólogo, profesor investigador de la BUAP, especializado en sociología de la violencia y política. Doctor Honoris Causa por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Fue integrante del Comité Ejecutivo Nacional de Morena (2015-2022).