Mucho pueblo para tan mal gobierno

  • Ana Teresa Aranda Orozco
Ha sido grande la presión al subsecretario López Gatell, tanto que no tuvo más remedio que declarar
La semana que acaba de pasar estuvo de pronóstico reservado. Y es que la 4T no deja de
sorprendernos, así como hace unos días pasamos del no hay de que preocuparse a guárdense de
inmediato en sus casas, ahora pasamos del no hay más infectados que los que estamos contando, a...
"bueno, es que nuestro modelo matemático sólo da cifras de los que podemos certificar con pruebas
que a veces se tardan en llegar quince días (y algunos, nos ha quedado claro, fallecen antes de que
estén los resultados, por lo tanto no entran en la cuenta). Los asintomáticos no los medimos, ni los que
no buscan apoyo en clínicas u hospitales". (Esto también es una gran mentira, pues ha quedado claro
que cientos, si no es que miles de hermanos nuestros han pedido ayuda en esos nosocomios y si no los
ven gravemente enfermos no los reciben, los mandan a su casa sin siquiera haberles hecho la prueba
que descarte el contagio.
 
Ha sido grande la presión al subsecretario López Gatell, tanto que no tuvo más remedio que declarar,
ante la insistencia de un medio internacional, que los números que ofrece el gobierno federal no reflejan
la realidad, que había que multiplicarlos por 10 o por 12. Luego ya en confianza, con los de casa,
disminuyó el factor a 8.2. Se escuda en que en ningún país los datos oficiales son los reales. Eso es
verdad, solo que parcialmente, porque entre más pruebas se hagan a sintomáticos y asintomáticos,
más reflejarán los números el tamaño del reto a enfrentar. Pero en México, siendo tan escasas las
pruebas que se aplican (lo más seguro es para que se ajusten al modelo, no a la realidad), difícilmente
podremos saber cuántos y quienes son los infectados, así que el drama que estamos a punto de vivir
será de proporciones dantescas. No es lo mismo 5,000 que 43,000, ni llegada la fase 3 será lo mismo
50,000 que 430,000.
 
Ya comienzan a saturarse los hospitales públicos y no importa que el gobierno se empeñe en declarar
que desde hace tres meses están preparados para la epidemia, los médicos, enfermeras,camilleros
siguen quejándose de falta de equipo de protección, de protocolos y capacitación. Los brotes y
contagios masivos dentro de los hospitales, son cada día más frecuentes. Se siguen escondiendo las
causas de muerte detrás de influenza o neumonías atípicas.
 
La verdad acabará por imponerse, la demostración de que así será nos la acaban de anunciar con
bombo y platillo, este lunes en la mañanera. Si están tan preparados como presumen, entonces no
habría necesidad de firmar un convenio de colaboración con los servicios privados de salud, quienes se
están comprometiendo a ceder 3,000 camas, para que los centros hospitalarios del gobierno, incluidos
IMSS, ISSTE; Insabi, Sedena y Semar atiedan sólo a pacientes de Covid19. Considero que nadie le ha
comentado a López Obrador, que esos convenios, no son nada nuevo. Precisamente así el Seguro
Popular podía garantizar cobertura. Había convenios firmados con entidades privadas que cobraban
por los servicios prestados lo mismo que le costaba al Sistema de Salud atender esos pacientes en sus
instalaciones, ahora escuchamos esto como si fuera algo inédito. De exclusiva creación del gobierno
actual, que desestimó todo lo que se hacía en sexenios pasados y no se ha cansado de estigmatizar a
la iniciativa privada. No cabe duda, que los malevolamete perseguidos hoy le dan al presidente una
cachetada con guante blanco.
 
Bien por ellos, bien por los bancos (salvo Banco Azteca) que sin que haya mediado intervención de
autoridad gubernamental alguna, han anunciado apoyos y prórrogas sin intereses a sus
cuentahabientes. Bien por las empresas que están mandando a sus casas, con goce de sueldo, a sus
 
trabajadores. Bien por las que cumpliendo una función estratégica, han demostrado igual solidaridad
con quienes forman parte de grupos de riesgo. Bien por los gobiernos estatales y municipales que
están anunciando planes y programas para apoyar a las Pymes a pesar de la negativa del gobierno
federal de voltear a ver siquiera a quienes sostienen el empleo en el país. Bien por los periodistas, por
los de a deveras, los que no aceptan la verdad oficial, que todos los días nos mantienen informados y
alertas. Bien por las organizaciones de lo sociedad civil, que nos convocan cotidianamente a la ayuda
generosa y desinteresada. Bien por los médicos, enfermeras y todo el personal de salud, que
arriesgando su vida, nos dan ejemplo de entrega y profesionalismo.
 
Bien por los ciudadanos de bien. Resultamos ser mucho PUEBLO para tan mal gobierno.

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Ana Teresa Aranda Orozco

Luchadora social. Madre de 6, abuela de 21. Diputada Federal, Titular DIF Nacional 2001, Secretaria Sedesol 2006, Subsecretaria de Gobernación 2008.