Negligencia del conocimiento

  • Oscar Gómez Cruz
La información que se repite más de una vez es más fácil de procesar para nuestro cerebro...

Nuestro cerebro se vuelve flojo, deja de verificar los hechos y simplemente acepta lo que es más fácil de entender, incluso si alguna vez supo o comprendió, que alguna información no era cierta en absoluto. 

Este fenómeno científico es por demás importante para comprender muchas de nuestras decisiones diarias, algunas que casi no tienen importancia, como comprar un shampoo, u otras por demás relevantes, como elegir a un gobernante o apoyar a un gobierno o régimen. 

La información que se repite más de una vez es más fácil de procesar para nuestro cerebro. Esto se debe a algo llamado “Efecto ilusorio de la verdad”.

Mientras más veces escuchamos algo, más rápido puede procesarlo nuestro cerebro, así que incluso si sabemos que una declaración es falsa al principio, entre más la escuchamos, nos resulta más familiar y cuando nuestro cerebro procesa que ha escuchado eso con anterioridad, tiende a creerlo un poco más con cada repetición. Y así es como se presenta la “Negligencia del conocimiento”.

Si hablamos de algún producto o servicio, cuando lo que se ofrece y comunica para procesamiento en la mente de los consumidores, tiene algo o mucho de verdad en cuanto a funcionalidad, duración, calidad o efectividad, logrará que la “Negligencia del conocimiento”, haga que estemos cómodos una vez que encontramos algún producto o servicio que nos sirva.

Todos tenemos marcas favoritas que usamos hace años y que no necesariamente son las mejores o posiblemente ya existe un producto que las supera, pero como nos sentimos cómodos, nuestro cerebro discrimina los mensajes de otras marcas que buscan que cambiemos nuestra preferencia hacia ellas.

Lo malo para una sociedad, si hablamos de políticos o de gobiernos, es que este fenómeno también aplica para los votantes y posteriormente para los gobernados.

Si lo mencionado en el mensaje de algún político tiene gran contenido de verdad, por ejemplo:  

  • "La corrupción es el peor mal que aqueja en algún momento a esa sociedad".

  • Esto genera "que nada funcione bien en un Estado de Derecho"

  • "Se va a terminar definitivamente con la maldita corrupción, porque todos los anteriores gobernantes han sido ladrones".

Ante mensajes poderosos como éstos, repetidos una y otra vez, el cerebro de muchas personas cae en el “Efecto ilusorio de la verdad”, porque a sabiendas de que nadie puede terminar con la corrupción de un día a otro, como su cerebro se vuelve “flojo” y deja de procesar información, acepta el discurso y la persona que lo emite, apoyando ciegamente sin importar que el político en cuestión no cumpla lo ofrecido ni dé resultados basados en sus propuestas. Es decir, tenemos a un porcentaje de la población que cae en “Negligencia del conocimiento”.

Si la decisión está en cambiar de shampoo o mantener el que una persona usa, no tiene mucha relevancia para una sociedad en su conjunto, pero cuando la decisión y aceptación está en elegir y sostener a un gobernante, el tema alcanza dimensiones diferentes.

Todos, sin importar el estrato socioeconómico y cultural, caemos en el “Efecto ilusorio de la verdad” y en “Negligencia del conocimiento”, pero es evidente que mientras mayor preparación académica y acceso a fuentes diferentes de información tenga la persona, tenderá a aceptar que se equivocó de marca de shampoo o en su elección de Presidente o Primer Ministro.

Por lo tanto, es fundamental que la información sea adecuada y oportunamente comunicada, para evitar que el cerebro se vuelva flojo y se mantenga "cómodo", llevando con ello a países enteros a la ruina.

Ahí está Venezuela.

https://es-la.facebook.com/2Tres15/

https://www.instagram.com/2tres15/

https://twitter.com/DosTresQuince

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Oscar Gómez Cruz

Maestro en Asuntos Internacionales de Negocios Universidad de Columbia. Maestro en Administración Pública INAP. Egresado de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard. Es presidente de 2TRES15