Un desastre llamado INSABI

  • Marisol Calva
Las ocurrencias salen caras.

Si estás leyendo esto es porque seguramente en los últimos días has escuchado o leído sobre el INSABI (Instituto de Salud para el Bienestar) en todos los medios de comunicación o en las redes sociales. Sí es un tema en la agenda pública de inicio de 2020, pero también es un punto de quiebre para el sistema de salud mexicano.

El INSABI, en palabras del Presidente López Obrador, sería una medida para democratizar la salud pública de los mexicanos a través de un esquema de salud universal y gratuito, todo eso claro, en la cabeza del Presidente, porque la realidad es totalmente lejana a esta romántica concepción.

El INSABI entró en funciones el 1 de Enero de 2020, hace apenas unos días, y anunciado con bombo y platillo luego de la desaparición del Seguro Popular, muchos esperaban que el INSABI cumpliera la promesa presidencial, pero tremenda decepción se llevaron miles de mexicanos, que hoy denuncian un cobro de cuotas excesivo, desabasto de medicamentos, falta de personal médico y muy lamentables casos como los de los niños con cáncer que se han quedado sin recibir un tratamiento que les permita mantenerse con vida.

Pero, ¿Qué pasó? ¿Qué está fallando?. La verdad es que la inoperancia del INSABI, lleva el sello de la casa: la improvisación de la 4T. ¿Cómo se puede defender una ocurrencia? Ni siquiera los diputados de Morena saben, y miren que no es grilla como dirían coloquialmente, para muestra un botón:

“Proporcionar servicios de salud de manera universal y gratuita es por ahora solo una aspiración, el INSABI no puede comprometerse a eso, no está en su ley y no tiene presupuesto suficiente”  Miroslava Sánchez Guzmán. Diputada Federal de MORENA

Sin embargo, el Presidente, contradice totalmente a la diputada, pues todavía en la mañanera del 9 de Enero declaró:

“Queremos un sistema de salud pública de primera y gratuito porque la salud como la educación, no son privilegios, son derechos” al ser cuestionado sobre el INSABI.

Por si estas contradictorias posturas no fueran suficientes, el Director del INSABI, Juan Antonio Ferrer Aguilar, un  personaje muy cercano a López Obrador pero que no tiene ninguna experiencia en el sector salud, también emitió un comunicado que  contradice lo dicho por el Presidente, pues aseguró que los servicios de salud de primer y segundo nivel son gratuitos pero que los de tercer nivel sÍ requieren el cobro de cuotas. Sin embargo fueron muchas las denuncias sobre el cuotas onerosas en consultas médicas que pertenecen a servicios de primer nivel. Consultas que costaban 70 pesos con el seguro popular, reportaron costar hasta 500 pesos con el INSABI.

Sino se ponen de acuerdo ni para declarar de manera uniforme lo que debería estar clarísimo por ley, como es el funcionamiento del INSABI, ¿Qué esperamos para que atiendan a miles de enfermos en institutos nacionales de salud y hospitales federales?

El INSABI responde a un capricho personal, a una necesidad de concentración y centralización del poder, más que a una eficiente estrategia de salud para los mexicanos. ¿Por qué desmantelar un sistema de salud como el Seguro Popular que ya atendía a más de 57 millones de mexicanos? En la lógica del presidente, porque no se le ocurrió a él, porque fue diseñada e implementada en el sexenio de Vicente Fox, en el sexenio del PAN, de los conservadores, de los malos del cuento, de la mafia del poder.

Pero más allá de la demagogia de la narrativa presidencial, los hechos son muy preocupantes, el INSABI se vendió como gratuito y en realidad cobra mucho.

Se desmanteló un sistema de salud eficiente por un instituto que además de burocratizar más a la administración pública, no está atendiendo a la gente, no tiene medicinas, no brinda tratamientos, no tiene una campaña de comunicación para explicar cómo funciona. ¿De qué sirve que te endulcen el oído diciendote que solo necesitas tu CURP para afiliarte si cuando llegues enfermo o herido a urgencias nadie te va a atender?

A 13 días de su entrada en vigor, todo parece estar mal de pies a cabeza, y sí hablar de la cabeza en este caso es muy importante. Mientras durante la creación del Seguro Popular el titular de la Secretaria de Salud era un especialista egresado de la UNAM, Consejero de la Fundación Bill y Melinda Gates, decano de la escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard y Secretario de Investigación de la Organización Mundial de la Salud, hablo del Doctor Julio Frenk. A la cabeza del INSABI tenemos a Juan Antonio Ferrer, un administrador de empresas cuya experiencia en el sector público se limita a la administración de zonas arqueológicas de Tabasco en el INAH. ¿Qué tiene de malo? Pues que el Presidente puso a un incondicional en un rubro donde un especialista con experiencia y  preparación en el sector salud era primordial. Si así está la cabeza del INSABI, ¿Se imaginan como estarán las entrañas del recién nacido Instituto? Las ocurrencias salen caras y a miles de mexicanos ya les está tocando vivir en carne propia las consecuencias de una mala desición de gobierno, de un gobierno revanchista que usando un utópico discurso de democratización de la salud, está armando un Frankenstein para concentrar el poder, la operación y obvio el negocio que representan los servicios de salud en México.

Marisol Calva

@Marisol_ Calva

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Marisol Calva

Politóloga, Maestra en Gobierno y Administración Pública, Secretaria de la Comisión Nacional de Redes Sociales de Movimiento Ciudadano. Ex candidata a Diputada Local