“Considero va a ayudar mucho a la economía nacional, por que  significa inversiones, significa empleos, significa mejorar nuestras relaciones económicas y comerciales”.

AMLO

La ratificación del TLCAN, ahora como T-MEC, es quizás el logro más significativo del Gobierno de la Cuarta T. Es también,  el de mayor aceptación, en la medida  que dará aliento al  crecimiento económico y al empleo.  Contribuirá, así, a hacer  viable –en el mediano plazo- el proyecto nacional  en curso que, por esta asignatura pendiente y por la inseguridad,  estaba  ya en zona de riesgo.

El nuevo tratado se firma a finales del gobierno de  EPN  con la aceptación del gobierno electo. Antes de su ratificación, el Congreso de los EU, solicitó su revisión a la que accede  el nuevo  gobierno de México. Puede resultar paradójico que el producto más emblemático del neoliberalismo, el tratado de libre comercio; sea rescatado de esta manera tan convencida, eficaz y  esmerada. Desde luego, la 4T ha puesto su impronta al incluir una reforma laboral, propuesta por el Partido Demócrata y los Sindicatos de EU, ampliamente reivindicada por Ángela  Pelosi.

Venturosamente estas exigencias  fueron  compatibles con  la iniciativa de democracia sindical del gobierno de México. La reformas y medidas presupuestales en materia laboral,  fueron oportunamente aprobadas por el Congreso mexicano.  Además de otros  temas de importancia, que todas las partes han reivindicado, como el de ecología,  y limitaciones geográficas y reducción de periodos de ajuste respecto a la importación y exportación  de acero y aluminio.

Al final, es un buen signo de realismo político reconocer que, sin este instrumento renovado, producto del neoliberalismo, sectores como el automotriz, tan caros a Tlaxcala y Puebla,  entrarían tarde que temprano en una crisis probablemente irreversible.

El impacto en la política nacional es trascendente. Después de los efectos de la suspensión de la obra del NAICM, y su cambio a Santa Lucía, y del riesgo permanente de polarización la aprobación del T-MEC como instrumento del libre comercio constituye un elemento de equilibrio y unidad. Lo es también,  el reciente acuerdo con los empresarios para coinvertir en materia de infraestructura. Incluso el reciente reconocimiento a la labor positiva de los centros de rehabilitación , auspiciados por la Fundación Televisa, es   signo de un movimiento táctico de la 4T que parece volver a mirar hacia el centro del espectro político nacional.

Habrá que esperar como resuelven Republicanos y Demócratas en EU la ratificación del protocolo modificatorio al tratado. Por ahora, en los hechos, más allá de la retórica se acepta que no todo lo hecho por los gobiernos pasados, es desechable, lo cual es bueno para todos.