El despojo cultural

  • Patricio Eufracio Solano
El desprecio hacia la cultura por el morenovallismo.

A diario nos enteramos de nuevas y elaboradas satrapías cometidas durante los periodos gubernamentales pasados. Asombran las intrincadas y maquiavélicas tramas que algunas sustentan, como los casos –clásicos de horror hoy en día- del Centro Integral de Servicios y el Museo Internacional del Barroco. La perversidad contractual y su mefistofélico clausulado sorprenden y auguran una intrincada y laberíntica ruta para sanearlos, que nos hace levantar la ceja con sorna, sobre si, finalmente, conservarán su utilidad y vocación; aunque, a la fecha, lo único cierto es que terminaremos pagándolos hasta el último maldito centavo.

A la par de estos latrocinios, están las burdas y ofensivas simulaciones: como los complejos anti delincuentes que se yerguen insultantes en las carreteras del estado, en los cuales todo es pantomima; y, desde luego, no son menos lacerantes los robos descarados y cínicos despojos patrimoniales, como aquellos que sufrió el sector cultural.

De la infinidad de casos que fueron, vienen a la memoria tres: 1. La Galería de Arte Contemporáneo “Ángeles Espinosa Yglesias”, transformada en oficina de trámites burocráticos recaudatorios, 2. La casa del escritor obsequiada al Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Puebla, y, 3. El Patio de los azulejos, usufructuado por la sospechosa empresa titular del encuentro Smart City. Resarcir el control y utilización de estos espacios a la renaciente Secretaría de Cultura, sería lo decoroso, lo sano, lo loable, lo justo, lo bien hecho. De esa forma, la SC recuperaría parte de su anatomía expoliada por la guadaña de Rafael. Asimismo, podrían revitalizarse acciones culturales hoy relegadas.

De tal suerte, en la antigua galería podría fundarse La Casa del Huehue, establecimiento este que mediante talleres y cursos difundiría el arte y las técnicas que sustentan sus trajes y aditamentos. De igual manera, el espacio permitiría el montaje de un pequeño museo de sitio que resguarde objetos, vestimentas, fotografías y documentos relacionados a esta veta cultural poblana. Los jardines aledaños serían un escenario ideal para la práctica –tanto de artistas como de público interesado-, de los bailes, piruetas y bamboleos que caracterizan a esta actividad cultural.

Por su parte, la antigua Casa del Escritor puede transformarse en librería y espacio de encuentro y difusión de la literatura poblana. Más aún, debiera ser la sede de la Dirección de Literatura del Estado y procurar la promoción del encuentro amable y sostenido entre los escritores y el público; así como un sitio permanente de orientación y consulta –una biblioteca poblana sería ideal-, sobre el desarrollo de las letras y los escritores poblanos, nacionales y del mundo entero. Una especie de guía permanente sobre lo mínimo e indispensable que todo ser pensante debe leer durante su existencia.

Asimismo, el Patio de los azulejos debiera ser la sede permanente de una escuela taller para formar museógrafos y personal relacionado con las tareas y actividades sustantivas de este campo laboral; después de todo, e increíblemente, Puebla tiene 21 museos y solo 2 museógrafos.

A pesar de esta pequeña muestra de lo profundo que fue el desprecio hacia la cultura por el morenovallismo, no se compara con el mayor despojo que nos infringió durante los 8 años anteriores: la inconmensurable pérdida, de forma irreparable, del sustrato que mantenía firmes y actuantes los procesos y actividades culturales que identificaban al Estado, debido al desmantelamiento de cuerpos y grupos laborales especializados con que contaba. Todo aquel que haya vivido la negra jornada de los despidos dolorosos, inhumanos y masivos que perpetró Rafael Moreno Valle Rosas, debe coincidir en lo incomprensible, horroroso y desalmado de aquel cese multitudinario de hombres y mujeres, hasta ese momento, orgullosos y eficientes trabajadores de y por la cultura.

Ante ello, ¿cuál será la estrategia seguida por el nuevo gobierno para resarcir esta desmesurada falta de trabajadores especializados? Creo que solo hay una: la capacitación permanente de nuevos cuadros de personal cultural formado de acuerdo a las necesidades y realidades poblanas; mismas que abarcan la infinita gama de nuestro patrimonio cultural y la profusa distribución de este en todo el territorio estatal. Y para aquellos que pudieran rebatir esta aseveración mediante la invocación, por ejemplo, de la existencia ya de la Escuela Taller de Restauración, sépanse que esta se encuentra rebasada en sus alcances y anquilosada en su organización y desarrollo; porque, al igual que todo lo que mancilló el morenovallismo, esta institución también fue asiento de la grandilocuencia, testarudez y simulación que distinguieron las administraciones pasadas.

Esperemos que en el 2020, la realidad cultural poblana retome los cauces perdidos –ultrajados- en la década culturalmente perdida.

El Lago de los Chismes

1. Piano, piano, va lontano. Ha pasado el primer mes del nuevo gobierno y empieza a notarse el reverberar de las entrañas culturales poblanas. Comenzaron ya los movimientos y ajustes de los directivos de la cultura (por ejemplo en Museos de Puebla), a la par de otras acciones, como la labor de capacitar artesanos en las lides de habilidades empresariales, en base al programa de Tradición e Innovación 2019. En ese mismo ritmo piano, piano ha anunciado Julio Glockner que caminan los demás temas y rubros, por lo que es de esperar nuevos nombramientos y exposición de programas en los días siguientes. Esperemos que así sea.

2. Eppur si muove. En la titubeante administración municipal de Puebla, no todo son (muy) malas noticias. Debido, quizás, a que su nombre se barajó como uno de los posibles condenados a la horca y olvido, el titular del IMACP y sus secuaces dan muestras de vida y han anunciado actividades cuasi culturales y cuasi provechosas. Esperemos que esta “reactividad” no sea una golondrina pasajera producto del pánico de quedarse sin puesto y sueldo y continúen por ese camino. Lo cierto es que al menos en los días pasados el IMACP, más que moverse, temblequea, pero… algo es algo.

3. Honrar, honra. El 31 de agosto, la junta auxiliar de San Felipe Hueyotlipan llevará a cabo su 2ª Noche del Recuerdo. Esta tiene como loable finalidad reconocer a las mujeres y hombres de su comunidad que destacaron por su labor y presencia en ese territorio, durante el periodo 2018-2019. Ignoro cuántas más de las juntas auxiliares o municipios hagan algo similar, pero, sin duda, reconforta saber que entre los sanfelipenses, al agradecimiento a sus héroes actuales y cotidianos es motivo de regocijo y pachanga colectiva.

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Patricio Eufracio Solano

Es Licenciado en Lenguas y literaturas hispánicas por la UNAM.

Maestro en Letras (Literatura Iberoamericana) por la UNAM.

Y Doctor en Historia por la BUAP.