Impunidad y linchamientos

  • Xavier Gutiérrez
Están en la calle, gozan de libertad.

¿Qué tienen en común los siguientes personajes y sucesos?:

Emilio Lozoya
Rosario Robles
El expresidente municipal de San Andrés Cholula
Jorge Aguilar Chedrahui.
Un ladrón que ha robado 23 ocasiones en tiendas Oxxo
Un alcalde a quien lo asaltan y le roban la nómina.
Un comerciante a quien le han robado 7 camionetas en la zona huachicolera.
Jorge Stefan Chidiac
Un agricultor secuestrado en el Valle de Atlixco.
Una estudiante a quien le roban su celular en el centro histórico.
Un empresario a quien le arrebatan 40 mil pesos al salir de un banco.
 

El denominador común de todos estos casos es impunidad en la comisión de delitos.

Un empresario se preguntaba, este fin de semana: ¿Ya no se qué es más grave hoy en día en Puebla y el país, la impunidad o la corrupción…?

Atrás de todos estos casos, existe la presunción de que quienes robaron, malversaron el erario, hicieron fortunas al amparo del poder o despojaron de su patrimonio a un ciudadano común, están libres. 

Están en la calle, gozan de libertad, van por la vida impunes.

Sobre todo esto hay información. Se han hecho comentarios, publicado informes o noticias, se han revelado documentos, han circulado aseveraciones, hay evidencias, la ostentación de la riqueza mal habida y la impunidad se alardean.

El hombre común no conoce de leyes. Parte del principio de que percepción es realidad. De que lo que parece es. De que el silencio o el disimulo son hermanos protectores de quien delinque.

De que los famosos amparos, cuya naturaleza no alcanzan a explicar bien a bien y de modo convincente muchos abogados, para el hombre de la calle son  simples escaleras de escape de los delincuentes.

Con todo esto en los medios, en la información de boca a oído, en la comidilla de amigos, parientes, colegas o conocidos, brota  la espeluznante noticia de los linchamientos. La justicia por propia mano de las turbas enardecidas contra reales o supuestos delincuentes.

Ahí está el contraste.

El choque de las dos realidades es brutal.

Por un lado la justicia que no llega. Que nunca llega. La conclusión común y extendida de que “para qué denuncio si al rato ya están en la calle otra vez los rateros”. La ausencia de justicia que parece premiar a los ladrones que van por la calle con fortuna y boato.

El hartazgo popular por la inutilidad de leyes, jueces, órganos de vigilancia y sanción.

¿No explica esto de algún modo el ingratísimo primer lugar que Puebla tiene en linchamientos?

Por supuesto que no lo justifica. Nada justifica la barbarie que nos aproxima a la condición de pueblos sin ley. Nada ni nadie avala la salvaje fórmula de ojo por ojo y diente por diente.

Pero Juan Pueblo no entiende cómo pueden coexistir esas dos realidades y dormir tranquilos cada día como si viviéramos en el edén. 

En Puebla vivimos un sexenio más dos años con el mismo signo. El surgimiento de grandes fortunas al amparo del poder; la compra o tráfico de casonas, terrenos, erección de enormes edificios de origen sospechoso; las concesiones de obras, servicios o contratos, el lucro inaudito desde todos los niveles del gobierno. 

Después de todo esto, ¿quién le da lecciones de moral a la sociedad? En los pueblos, en cientos de municipios, los alcaldes dejan el cargo con las alforjas repletas de dinero y siempre gozaron de un solapamiento cómplice de arriba. 

Cuando los de abajo ven la delincuencia impune arriba, se sienten con licencia para tomar la ley en sus manos. No cuesta trabajo hacer esta lectura, sobre todo a partir del sentido común que priva en las comunidades rurales. 

Frente a este paisaje retador y deprimente, el nuevo gobierno muestra signos de tomar el toro por los cuernos. 

Hay pronunciamientos y acciones políticas para enfrentar el desafío.

Más nos vale que así sea…

xgt49@yahoo.com.mx

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Xavier Gutiérrez

Reportero y director de medios impresos, conductor en radio y televisión. Articulista, columnista, comentarista y caricaturista. Desempeñó cargos públicos en áreas de comunicación. Autor del libro “Ideas Para la Vida”. Conduce el programa “Te lo Digo Juan…Para que lo Escuches Pedro”.