Los límites de la imaginación
- Nyx Diahann Sánchez Fierro
La imaginación representa una de las más grandes capacidades que posee el ser humano, permite proyectar ideas, descubrir deseos, vivir fantasías, vencer temores, concretar sueños, impulsar ideas; sin embargo, al no hacer uso de ella de un modo apropiado, también puede visualizarse como una limitante, entorpece momentos, frustra sueños, reprime sentimientos… el problema no es la imaginación, sino el enfoque que se le dé, y mucho depende del estímulo que se le haya trasmitido a nuestro pensamiento creativo y sobre todo la manera en el que promovemos que alguien más desarrolle su creatividad, es importante realizar una valoración que nos permita identificar como ponemos en práctica nuestro pensamiento crítico y creativo, es decir, ¿Cuál es la capacidad de análisis que se emplea para tomar una decisión? ¿Se hace una indagación práctica y precisa? ¿Es constructiva nuestra imaginación? Es difícil dar una respuesta válida a estas preguntas ya que cada persona hace lo que contempla apropiado según su criterio, y es que nadie de modo formal enseña a pensar, inicialmente se hace de modo instintivo cuando nos encontramos en una primera infancia y se comienza con las indagaciones propias de la edad, los adultos no dan respuesta a lo que se requiere, tal vez solo responden lo que conocen o saben, tratando de hacer lo mejor posible sin que esto sea garantía de ello.
Una práctica que facilita mejorar la calidad del pensamiento, es el cuestionamiento de cada situación o condición que nos rodea, ya que favorece para dar respuestas precisas, el hecho de saber plantear una pregunta nos permitirá ampliar la capacidad para encontrar o entender la respuesta o solución que se quiere. Si la imaginación fortalece o debilita, es necesario concentrarla en los aspectos que favorezcan a nuestra cotidianeidad, cambiemos el concepto que hasta el momento se tiene, cada día y cada niño es una posibilidad de aprender a pensar mejor, de hacer uso de la imaginación de manera satisfactoria, de estimular a otros para que no haya limites en su mente y que a favor del pensamiento se actúe y se decida de un modo sólido, generando un bien común, de manera independiente, autónoma y firme.
La imaginación contribuye a desarrollar y/o potencializar una buena autoestima y autoconcepto, basta con creerlo para que se pueda hacer realidad, ayuda a romper con dependencias, patrones, estigmas sociales o condicionamientos a los que inconscientemente estamos sometidos, permite pensar de manera libre, sin prejuicios, con ligereza y contundencia, usemos la imaginación de modo amigable a beneficio de la salud mental y contemplemos que los límites de la imaginación no existen.
Opinion para Interiores:
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Licenciada en Psicología Social UAT. De 2011 a la actualidad se ocupa en la labor docente en distintos niveles educativos, debido a esta trayectoria estudio la maestría en Pedagogía en la UPAEP