Receta para un mitin cultural

  • Patricio Eufracio Solano
Les urge un salario quincenal.

Tres semanas… y nada; “o casi nada, que no es lo mismo pero es igual”, dijera Silvio.  Veintitantos días de campaña y solo dos breves menciones de un candidato: “(No más ruedas de la fortuna) y museos”; “(no la habitaré) será una Casa de Cultura”. Los otros dos aspirantes: silencio, ninguneo, desprecio total por la Cultura.

Y eso duele; después de todo, el gremio cultural poblano es –estoy cierto-, de los más actuantes, participativos, vociferantes a ratos (es verdad), pero, sin duda, comprometidos con su vocación y deseosos de respuestas (y promesas) sobre su futuro y el del sector. Y, desde luego que a estas alturas del Siglo XXI poblano, no aceptamos el mote de “ansiosos y precipitados” pues llevamos 8 años en ascuas; y, sí, es verdad que los pueblos originarios llevan más tiempo en ello, pero nosotros, los cultos, hemos sido sus defensores desde siempre; y, en cuanto a pobres, no los hay menos entre los artistas y creadores que en el “pueblo bueno”, de ahí que, de hecho y de derecho, nos merecemos atención y solución a nuestras demandas y problemas.

Por ello, “enmuina”, enchila, enerva, encanija y encabestra el silencio de los candidatos. Ninguna señal clara y concisa, ni desde de las campañas, ni de nadie; pero eso sí, cambios de personal cultural en el estado, soterrados y oscurecidos; reciclaje de antiguos y nuevos “operadores electorales” lo mismo del morenovallismo, que del marinismo, que del galismo y todos los demás ismos poblanos, favorecidos todos ellos con sendos puestos de dirección cultural (de a 40,000 morlacos mensuales o más); incomprensibles unos, desfasados otros, desconocedores de la impronta cultural los más. Lo inaudito es que estos “jefes” –los nuevos y los heredados- se comportan tan felices, campantes y despreocupados como si fueran a quedarse por siempre en esos puestos; como si no fuera a haber elecciones dentro de poco más de un mes y, por ello, un gobernador que triunfante, en teoría, designará a su equipo cercano (incluido el cultural) en agosto. ¿O será que ya lo hicieron y no nos hemos percatado aún?

En fin, que lo cierto es que la campaña electoral aún tiene 4 semanas de vida y es de esperar que los candidatos dediquen, al menos, una jornada, un evento o un acto a dialogar con los cultos poblanos. De tal suerte, me animo a sugerir los mínimos componentes que, a mi juicio, debe contener dicho acercamiento; una suerte de receta para un mitin cultural respetable y, acaso, provechoso para ambas partes: candidato y gremio de cultos.

1. Convocatoria. Utilice todos los canales de difusión a su alcance: radio, tv, facebook, twitter, Instagram, carteles publicitarios y rumor. Esto porque, si bien en general los cultos están conectados a casi todas estas redes sociales, la verdad es que no todos –sobre todo los maduritos, de 40 años en adelante-, revisan exhaustivamente cada una de ellas, y si la convocatoria no aparece en su “red favorita” (o la única que sabe manejar), no se enterará y podría sentirse menospreciado, dando como resultado que, a la primera oportunidad, se lo eche en cara y pretenda una disculpa pública o, al menos, la indemnización mediante una plaza en la SC de próximo renacimiento.

2. Precise tema y alcances del mitin. Las expectativas del gremio cultural rebasan, con mucho, las posibilidades concretas de un gobierno para cumplir sus demandas. Esto se debe a la infausta práctica ancestral mexicana de siempre ofrecer durante la campaña política incrementar los presupuestos y beneficios para el sector y, ya en la realidad administrativa de su gobierno, disminuirlos indefectiblemente. La consecuencia de ello es una sequía dolorosa e indignante de recursos para todos y cada uno de los proyectos que anidan en la mente y corazón de los cultos. De tal suerte, en un mitin cuyo tema y alcances no estén precisos, afloran las frustraciones de lo que no han podido lograr tal o cual grupo, colectivo, organización o artista y, por ende, aprovechan la que será, probablemente, única ocasión que les concedan la palabra en el sexenio. ¿La consecuencia?, que se descosen, tanto en reclamos como en peticiones, diluyéndose en la cascada de hechos y dichos el sentido final de la reunión, que es el de enterarnos lo que el candidato en cuestión quiere o puede hacer por la cultura poblana durante su mandato.

Una forma de evitar el acaparamiento de la voz por alguno de los asistentes, es precisar en la convocatoria que los proyectos, reclamos y mentadas se lleven por escrito en un cuadernillo o engargolado, mismos que recibirán los asistentes del candidato. Es importante que el candidato en cuestión prometa la lectura y análisis de cada uno de ellos, pero no así la respuesta puntual de los proyectos y peticiones que contenga, porque algunos –ya lo verá-, son irrealizables, utópicos o francamente descabellados. Con las propuestas viables y sensatas, haga un resumen y procuré mencionarlo en cada uno de los mítines subsecuentes, aunque no traten sobre cultura. Esa mención mantendrá ecuánimes a los cultos hasta que la realidad de lo irrealizable los alcance.

3. Prometa una sola acción y empréndala de inmediato. La catástrofe cultural en Puebla contabiliza ya 2,920 días con sus noches. Durante ese tiempo, la cultura ha sido degradada a entretenimiento turístico –en el mejor de los casos-, cuando no a invisible demanda de un vituperado grupo de locos dedicados al arte que, pudiendo ser emprendedores –como Pepe y Toño-, prefirieron la literatura, el teatro, la pintura o la música. Este dilatado y desértico deambular por los dos gobiernos anteriores, nos tiene un tanto urgidos de buenas señales y signos francos. Por ello, necesitamos, de inmediato, una belénica estrella a la cual aferrarnos para continuar esperanzados.

En este panorama, no hay duda, cualquier gesto, por insignificante que parezca, alivia; sin embargo, creo que de todas las posibles promesas que pueda expresar cualquiera de los candidatos, destaca el resurgimiento incuestionable de la Secretaría de Cultura poblana. Anunciar y signar públicamente este compromiso, es equiparable a una resurrección de la Tonantzin Coatlicue o la Pachamama. Estoy seguro que si cualesquiera de los candidatos centra lo sustancial de su intervención en el símbolo de la recreación de la SC y lo acompaña de un signo de verosímil certeza –firmar la petición formal al Poder Legislativo, colocar la primera piedra de la nueva SC o algo así-, se agenciará la consideración y beneficiosa duda del gremio cultural poblano. Ahora bien, pueden decidir alguna otra acción cultural que les parezca sustanciosa y ser ella el estandarte de su arenga en el mitin, pero lo importante es que la promesa se acompañe de un signo que evidencie la veracidad de su cumplimiento. Esto es importantísimo, no lo olvide.

4. Zarandee a la mafia del poder cultural. La Cultura también tiene su mafia. Lo sabemos y los candidatos deben saberlo (si no es que ya lo saben) y exhibirlo en sus arengas. Es una llaga que, aunque culta, también hiede y supura, y, por lo tanto, debe sanearse en público desde el templete. Investigue, consulte, revise estadísticas reales (no las amañadas), indague los resultados concretos (no los fantasiosos) y, sobre todo, no permita que lo engañen. En esto de la Cultura es común dar gato por liebre; hay mucho chambón (y chambona) que con un “cursito”  o dos “poemitas” publicados, adquiere ínfulas de erudito cultural. También hay muchos currículums inflados y “licenciados” sin título y cédula profesional; “promotores culturales” que no promueven más que sus intereses; y, demasiados “busca chambas” que no tienen ni la más remota idea del trabajo cultural serio y dedicado, pero que les urge un salario quincenal y mínimas prestaciones de ley.

En fin señores candidatos, que si en su agenda de campaña aún no tienen destinado un huequito para dar a conocer su proyecto cultural, es tiempo que la actualicen pues ya solo les queda, escasamente, un mes, y es el de mayo, que tiene más fiestas que San Garabato Cucuchán, pues conmemoramos el Día del Trabajo y festejamos a las Madres y a los Maestros, y las niñas le llevan flores a la Virgen... y los Playoffs de la Champions…  etcétera… etcétera… etcétera…

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Patricio Eufracio Solano

Es Licenciado en Lenguas y literaturas hispánicas por la UNAM.

Maestro en Letras (Literatura Iberoamericana) por la UNAM.

Y Doctor en Historia por la BUAP.