Innovación frugal: enfocando a quienes más lo necesitan

  • Alexis Vera Sánchez
Un producto innovador como el último iPhone que cuesta más de $25,000 es accesible para muy pocos

La mayoría de las innovaciones en el mundo están destinadas a satisfacer las necesidades de los segmentos más pudientes (e.g. los que ganan más de $15,000 dólares al año), que desafortunadamente son una minoría en el mundo (aproximadamente una cuarta parte de la población global). Esta estrategia deja afuera a casi tres cuartas partes de la gente, que es básicamente pobre (o muy pobre). La innovación frugal busca, entre otras cosas, atender ese vacío.

Un producto innovador como el último iPhone que cuesta más de $25,000 pesos es accesible -sin sacrificios- para muy poca gente si se tiene en cuenta que no más del 10 % de la población global es de clase alta, es decir, que gana más de $100,000 dólares al año. De acuerdo con el Credit Suisse Global Wealth Databook 2018, alrededor del 90 % de la población mundial gana mucho menos que eso: el 63.9 % es pobre, percibiendo menos de $10,000 dólares al año (de los cuales millones viven con menos de $1,000). Así que la realidad es que vivimos en un mundo esencialmente pobre y a pesar de ello casi nadie hace productos para satisfacer las necesidades de esta mayoría.

Los emprendimientos de innovación nacen generalmente con el objetivo de servir a los estratos que tienen más dinero. La mayoría de ellos enfocan a la clase media, media alta y alta, aunque tales segmentos sean minoría mundial. Desde el punto de vista económico tiene su lógica diseñar productos cada vez más sofisticados para los que pueden pagar más por ellos. Sin embargo, desde el punto de vista social (y ambiental), eso es cuestionable.

El olvido empresarial de los mercados menos pudientes es debatible incluso desde la perspectiva financiera, porque las economías de escala que hoy puede lograr la tecnología pueden volver accesible a los pobres casi cualquier bien o servicio. Así, uno de los postulados fundamentales de la innovación frugal es diseñar y fabricar productos simplificados y eficaces que sean accesibles (económica y técnicamente) para quienes menos tienen. La innovación frugal puede ayudar a mejorar la vida de millones y, además, generar un impacto positivo en el medio ambiente, veamos porqué.

Se dice que si todos los habitantes del mundo tuvieran el estilo de vida de un estadounidense promedio se necesitarían cinco planetas Tierra para obtener los recursos naturales que tal demanda supondría. Estados Unidos le ha enseñado al mundo a abusar del consumo y el mundo está aprendiendo muy rápido. Por otro lado, la innovación frugal va a contracorriente: propone hacer más con menos para mejorar la vida de los marginados y también para cuidar mejor del medio ambiente. Por esta última razón lo frugal le ha interesado también a un creciente número de consumidores de clase media que es consciente del grave deterioro ecológico.

La innovación frugal propone que los productos sean diseñados para satisfacer con efectividad las necesidades humanas empleando un mínimo de recursos. Así, una comida frugal usa pocos insumos (alimentarios y de empaque, por ejemplo) pero nutre eficazmente a la persona; un teléfono celular frugal logra que alguien pueda comunicarse de manera rápida y clara con otro sin necesidad de demasiada tecnología y accesorios que, con frecuencia, poca gente realmente usa pero aumentan considerablemente el costo del aparato. Así, menos es más: menos utilización de recursos se traduce en mayor vida para el planeta; menos accesorios se traduce en mayor facilidad de uso y ahorro, por poner algunos ejemplos.

Al gramo es una pequeña empresa chilena que hizo innovación frugal para diseñar despachadores a granel de semillas. Emplearon baja tecnología y un diseño simple en dichas máquinas logrando reducir el costo de productos básicos como el frijol, el arroz y otros granos para las familias que menos tienen en las afueras de la ciudad de Santiago. Eliminaron, entre otras cosas, empaques que cuestan y dañan al medio ambiente; y así también aumentaron el margen de utilidad del dueño de la pequeña tienda que aloja los despachadores, lo que a su vez contribuye a una mejor distribución de la riqueza porque de alguna forma resta poder a las grandes compañías. Proyectos frugales como este no sólo sirven para construir un mundo mejor, sino que también pueden ser rentables desde el punto de vista financiero, es decir, logran ser negocio, pero con la noble cualidad de no depredar (como la mayoría de las multinacionales), servir a los que menos tienen y hacer más por la naturaleza.

El autor es profesor de la Universidad Iberoamericana Puebla.

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Credit Suisse Research Institute (2018). Global Wealth Databook 2018. Recuperado de http://publications.credit-suisse.com/tasks/render/file/index.cfm?fileid=777FDF0E-E060-F608-52DAF97E062CC35B

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