Ser madre en otro país

  • María Teresa Galicia Cordero
En Alemania se trata de política pública que favorecen enteramente a la madre y al hijo.

 

Querida Hija

“Quiero que sepas que nos llena de orgullo

                                                                el contemplar siempre tus esfuerzos por salir adelante.

 Cuentas ahora con una bendición impregnada de amor.

que te dará  la fuerza necesaria  para continuar  el rumbo”

 

Ser madre no es algo fácil, si bien es una etapa sin igual, confirmo lo que he  afirmado en repetidas ocasiones,  que si hay algo  que cambia tu vida,  es ser madre.

Visto a la distancia, mi proceso de ser madre estuvo impregnado del ensayo y del  error, aunque puse todo de mi parte para hacerlo bien,  necesité de mucho más asesoramiento  en esa etapa de mi vida en donde mis debilidades fueron muchas.  También me doy cuenta que la política relacionada con los servicios de maternidad  en México, está lejos de atender las verdaderas necesidades de las madres trabajadoras, podemos observar por lo menos en el día de las madres pasado, que los sindicatos en lugar de gestionar mejores prestaciones y servicios para ellas, conmemoran el  día  haciendo  festivales, regalos o rifas, pero nada en realidad que  permita vislumbrar una mejor política pública.

Para nosotros los mexicanos la familia es muy importante, pero en  Alemania,  país en el que he vivido de cerca el seguimiento del embarazo, el parto y el acompañamiento posterior a la maternidad de mi hija, la atención  a la familia es fundamental.

Se parte de la idea de que las mamás y los hijos requieren tiempo suficiente para estar juntos, además de una adecuada información y asesoramiento prenatal, durante   el parto y después del embarazo, brindándoles  la atención e información social y  legal necesaria.

Este  periodo se denomina  Mutterschutz y comienza seis semanas antes de dar a luz, para la preparación de la madre y ocho semanas después del nacimiento para su recuperación. Esta protección está regulada por el gobierno alemán y comprende la atención ginecológica para el seguimiento y evolución del  embarazo a través del libro del embarazo o  Mutterpass, en donde el ginecólogo va anotando de manera sistemática  los resultados de los análisis realizados, CTG, ultrasonidos y todo lo relacionado con el  estado de salud de la futura mamá.  Este libro, que puede considerarse como su  expediente médico,  les acompañará durante  todo el embarazo y será la guía para el momento de dar a luz.

Se establece además,  un  servicio profesionalizado y tradicional en este país,  el de las parteras Hebamme  en tu casa y de manera regular,  en un curso  de preparación al parto Vorbereitungkurs y  durante el desarrollo del parto en el hospital en donde le corresponda a cada madre  tener a su bebé.

Antes del parto, las parejas  pueden  hacer un recorrido de las salas de partos en los días de  la semana que están dedicados a las futuras mamás, para que conozcan el lugar,  cómo será el  futuro parto y en qué condiciones.

Si bien la infraestructura es sumamente moderna y con alta tecnología, lo que más me sorprendió fue la atención tan profesional, primero de las parteras, no sólo en términos técnicos, sino sobre todo en su don de gentes, la sonrisa presente, el trato amable y a veces hasta cariñoso; después de los doctores y doctoras y por último el  de las enfermeras de niños  y de ginecología, todos trabajando de común acuerdo en torno a la salud de las pacientes.

Si es parto normal, las madres pueden irse a su casa en tres días, si es cesárea en cinco días en los que las preparan para atender las necesidades de sus hijos, especialmente en lo relacionado con la lactancia; en esta región el amamantar a los bebés de manera natural es el propósito principal, dado que de él se desprenden las mejores condiciones de salud y una relación muy cercana entre madres e hijos.

Ya en casa, las nuevas mamás son visitadas por su partera por diez días seguidos, con el fin de revisar diariamente al bebé y a la mamá, monitoreando su salud, recabando información sobre el peso del bebé, sus horarios de comida, la mejor manera de asearlos etc. Ayudarles con consejos prácticos, medicina homeopática si se requiere  y acciones que les permitan fortalecer los lazos entre los padres y sus hijos, asegurando el bienestar de ambos.

Después de esos diez días, la partera les asistirá cuando se caiga el cordón umbilical del bebé, enseñando a los padres a bañarlo y a seguir satisfaciendo los requerimientos básicos del bebé según sus etapas de crecimiento, que  siempre son muy demandantes y complejas. Posterior a esos primeros diez días, tienen cita abierta con su partera y la conexión permanente para asesoramiento, complementada por las consultas mensuales del pediatra asignado y con el ginecólogo.

¿Será  posible implementar un servicio así en México? Podríamos empezar con el buen trato a los pacientes y la gestión de una mejor  política social para nuestras familias. No es ético prometer cosas en campaña que después no se cumplirán, si hay algo fundamental en el desarrollo de los habitantes de un país  es la salud de sus habitantes, situación  que en México, aún no  podemos asegurar.

 

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María Teresa Galicia Cordero

Doctora en Educación. Consultora internacional en proyectos formativos, investigadora social, formadora de docentes e impulsora permanente de procesos de construcción de ciudadanía con organizaciones sociales. Diseñadora y asesora de cursos, talleres y diplomados presenciales y en línea. Articulista en diferentes medios.