‘Andrés Manuel tenía la oportunidad de dar un golpe decisivo. Yo creo que no lo dio’, dijo Alejandro Hope en el posdebate. Fue uno de los juicios más certeros por parte del representante de Margarita Zavala, durante el programa especial ‘La Fuerza de tu Voto’ con Andrés Roemer. López Obrador sabía que las cosas no le estaban saliendo como esperaba. Su imagen, cruzado de brazos y el rictus de su rostro, lo decían todo. ¿Cuánto afectará eso la intención del voto? Lo veremos en los siguientes 15 días. En sí mismo, un debate no cambia drásticamente las tendencias, salvo que al momento haya ocurrido algo fuera de lo común. No fue el caso. Pero el posdebate, las opiniones y el juego de las redes sociales, sí pueden lograrlo. Al menos los primeros comentarios, vertidos la noche misma, le son adversos a AMLO en su mayoría. De antemano se sabía que llegaba al Primer Debate Presidencial con flancos débiles y pesaron en su contra. No se preparó. También dijo que no iría al ensayo y lo cumplió. Confío en las encuestas y ahí están las consecuencias. En su búnker están conscientes de que fue un error…

En el ‘teje y maneje’ de la propaganda, algo se distorsiona. Todos minimizan sus fallas y magnifican sus aciertos. El problema viene cuando crees que esa imagen que se ha construido de ti es real del todo. Frente a las encuestas que registran entre 18 y 22 puntos de ventaja, hay otras que oscilan entre 8 y 11 puntos. Andrés Manuel sólo se fijó en la que hablaba de 22%. En tanto no haya un resultado, toda campaña electoral debe ser disputada como si fueses perdiendo o lo vas a lamentar. Tan no se preparó que habló de logros de su gobierno en la CdMx, sin considerar que se los han rebatido en lo que va del proceso. Pudo haber hecho algunas modificaciones para amortiguar los golpes, pero presentó los mismos datos…

López Obrador no acabó en un naufragio total, pero se está cumpliendo lo que tanto temía: la elección ya es entre dos, él y Ricardo Anaya. En la víspera, Tatiana Clouthier ‘denunció’ en redes sociales que el debate sería ‘todos contra AMLO’. Pienso que fue otro error: evidenció los temores al interior del ‘Cuarto de Guerra’…

“Anaya, el verdadero contrincante…”

El objetivo de Ricardo Anaya se cumplió: consolidarse como el verdadero competidor de AMLO. José Antonio Meade asestó golpes importantes a López Obrador, pero, una vez más, quedó demostrado que viene cargando dos losas muy pesada: Enrique Peña Nieto y el PRI. El voto antisistémico es lo que está hundiendo las posibilidades de Meade, que no logró desplazar a Anaya en el debate. El punto de partida de la estrategia de Anaya los dijo él mismo: López Obrador ha dicho cosas distintas a cada público, pero en el debate lo iban a estar viendo todos juntos. Los cuestionamientos de Ricardo a Andrés Manuel iban a dirigidos a provocar o que los respondiese, con riesgo de fracturar su base electoral, o que evitase responder, lo que le llevaría a autoexcluirse para no contestar. Y efectivamente, tratando de impedir que sus contradicciones saliesen a flote casi no usó su tiempo de réplicas…

¿Cuál es el temor de AMLO para los días que vendrán? Por un lado, que las encuestas registren una caída de su parte suficiente como para evidenciar que no tiene el triunfo en la bolsa. Por otro, que las gráficas den por hecho que Anaya lo podría alcanzar y vencer, atrayendo a los indecisos. Pero el punto más delicado estriba en que también atraiga a la ‘tropa’ de la alianza que impulsa a Meade, como vimos en la entrega anterior. Los ‘soldados’, sobre todo del PRI, están a punto desbordar a los ‘coroneles’ que, para no ser rebasados, se irían con la ‘tropa’. Los ‘generales’ de la Vieja Guardia del PRI presionan a Peña Nieto, a Videgaray y Meade para apoyar a Ricardo Anaya y derrotar a AMLO. Están en riesgo de quedarse sin ‘coroneles’ y sin ‘tropa’. No les van a quedar ni las ‘adelitas’…

El sistema implantado por el PRI se está cayendo a pedazos, víctima de la propia corrupción, de la violencia delictiva y de la impunidad. Los tres motores del hartazgo ciudadano expresado en las encuestas…

“La pesadilla de AMLO…”

Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa lo saben. El fin de semana, arreciaron los mensajes al presidente, en el sentido de que las cúpulas empresariales quieren un pacto a favor de Anaya. En otro plano, Alfonso Romo arremetió contra Slim, echando por tierra la idea de que la ruptura entre AMLO y Carlos Slim era a valores entendidos. Sin duda, Meade lució en el debate, pero no al mismo nivel de Anaya. Falló la doble maniobra para desarticular la estrategia de Ricardo para el debate: sumar a Ríos Piter y a Silvano Aureoles. De antemano, ambos quedaron fuera de combate ante la opinión pública. Uno, por el asunto de sus firmas. El otro, al dar a conocer México Analytics que Michoacán es el segundo estado con más denuncias de la ASF por desvío de recursos, tanto en el anterior gobierno priísta como en el actual. Marko Cortés adelantó que se modificarían las ‘pluris’. Cuando agregó que sus declaraciones eran a título personal y que no dejaría el PRD, la credibilidad de Silvano había sido hecha pedazos. Es verdad que Meade supo usar los 3 departamentos que le descubrieron a la esposa de AMLO, pero no le alcanzó para posicionarse…

El verdadero temor de AMLO es que sus opositores terminen coincidiendo en las urnas, haciendo triunfar a Anaya. Pasado el Primer Debate Presidencial y sobre todo de registrar las encuestas un repunte de Anaya o un descenso de AMLO, aumentarán las presiones para una alianza de poderes fácticos que apuntaría a vencer a Andrés Manuel. Asimismo, hacia fin de mes arrancarán las campañas concurrentes. La mayoría de las candidaturas de MORENA están ‘colgadas’ de AMLO y vienen ‘nadando de muertito’. Ahora o hacen campaña o hacen campaña. Un tropezón de López Obrador podría hundir al sistema de alianzas del tabasqueño, que ha aceptado de todo por al temor a perder. Fue uno de sus flancos más débiles al momento del debate. Además, en sus propias palabras del libro que publicó sobre el FOBAPROA. Varios de los que calificó como ’corruptos’, hoy son candidatos de MORENA. Especialmente dolió el caso de Alfonso Romo, anunciado como su jefe de gabinete en caso de ganar…

“AMLO-EPN: ¿Pacto de impunidad?...”

Peña Nieto vive sus horas bajas. Sabe que a Meade no le fue mal, pero ya no le alcanza para ganar. Hoy, el presidente experimenta la soledad y el profundo vacío de poder que acompaña a todo fin de sexenio. Con mayor razón al entregar resultados grises y al fallar la estrategia de su candidato. Anaya se acaba de adueñar de los planes inspirados en la obra de Santiago Posteguillo cuando, hacia finales del siglo III a. C., Roma estaba a punto de caer en manos del ejército cartaginés comandado por Aníbal. Un joven legionario, Publio Cornelio Escipión, llamado ‘El Africano’, logró unificar a las diferentes facciones y defender la ciudad en peligro de ser arrasada. Fueron las bases del Imperio Romano y Peña Nieto creyó poder recrear aquel momento histórico, lanzando a un candidato capaz de atraer a las fuerzas políticas adversas a AMLO, el ‘Aníbal antisistémico’ del momento. Quien se lo aconsejó, no calculó que la tendencia contra el ‘sistema’ sería más fuerte y que el candidato no iba a poder deslindarse de la mala imagen del presidente y de su partido…

El presidente se resiste a fincar una alianza favorable a Ricardo Anaya. Esto explica la advertencia: ‘De ganar, se investigará la corrupción y si Peña Nieto hizo algo malo irá a la cárcel’. Era un llamado al voto útil del PRI y sus aliados, especificando con quién era el problema. El desenlace del debate anticipa que Meade no remontará como para dar alcance al segundo lugar, mucho menos a López Obrador…

A partir de ahora, al interior del ‘sistema’ habrá un forcejeo entre dos tendencias: la que presionará por pactar con Anaya la nueva transición y la que prefiere hacerlo con AMLO. La columna vertebral del PRI está a punto de fracturarse. Sin duda, los empresarios meterán las manos tratando de hacer entrar en razón a Peña Nieto. Si las siguientes encuestas indicasen que Anaya estuviese en condiciones de disputarle el poder a Andrés Manuel, el tabasqueño será presa de la desesperación. Tendrá solo una carta a jugar: sellar un pacto de impunidad total con Peña Nieto. Sí, leyeron bien: con la ‘Mafia del poder’. En tal caso, será la señal de que AMLO es parte del ‘sistema’…

Llegado el momento, Ricardo Anaya tendrá también una sola carta: unificar la tendencia ciudadana que rechaza a AMLO y teme al populismo, con todas las fuerzas políticas que tampoco lo quieren. Convertirse en el Publio Cornelio Escipión que haga frente a Aníbal. Para ello, debe corregir el error conceptual cometido por su ‘Cuarto de Guerra’ y resolver una clara dicotomía en que México está metido, lo que en buena medida explica la fuerza ‘antisistémica’ y el éxito de Andrés Manuel. ¿Logrará Anaya su cometido? ¿Optará AMLO por un pacto de total impunidad? De cada lado, habrá un mediador. Estamos camino a escribir esa parte de nuestra propia historia…

Hasta entonces…