Acoso escolar y cyberbullying

  • María José Zapata Moreno Valle
Mirar con atención al afectado. Atender al agresor. Lo que pueden hacer los padres de uno y de otro.

El acoso escolar es un fenómeno que ha estado presente en muchas generaciones y que en la actualidad se da con mayor frecuencia, causando serias repercusiones en las víctimas que la padecen.  De acuerdo con Olweus (1998), un estudiante se convierte en víctima de agresión escolar, al estar expuesto repetidamente durante un tiempo prolongado, a constantes acciones negativas en su contra y que son llevadas a cabo por parte de otro alumno o grupo de estudiantes.

 

El bullying, (o acoso escolar), es un problema social que ha ido incrementando en nuestros días y que afecta a muchos niños desde una  edad cada vez más temprana. Este fenómeno se caracteriza principalmente por ser un comportamiento agresivo, repetitivo y no deseado entre niños, en donde tanto la víctima como el agresor pueden tener graves repercusiones. Asimismo, es importante hacer énfasis en que esta situación se da debido a un desequilibrio en el poder y fuerza, en donde el niño que ejerce la agresión usualmente posee estas características que lo colocan en una relación asimétrica con la víctima.

 

Hay diversas variantes del acoso escolar, las cuales se clasifican de acuerdo a la forma e intensidad con las que se presentan. El tipo más frecuente de acoso es el verbal o psicológico, que se caracteriza  principalmente por burlas, insultos, comentarios inapropiados, amenazas, chantaje, manipulación, entre otros, el cual daña el autoestima del niño que es agredido y le causa sentimientos de temor o culpabilidad.

 

Asimismo, otra manifestación del bullying es el acoso social, en donde lo que se afectan son las relaciones sociales de la víctima; en éste, destacan acciones como la exclusión, ignorar a propósito y el aislamiento del niño de los demás compañeros con la finalidad de que éste no tenga amigos.

 

Por otra parte, la variante del acoso que suele ser más visible, es el físico, el cual se refiere principalmente a toda acción que atente contra el cuerpo de la persona y sus pertenencias, como lo es: golpear, empujar, escupir, romper las cosas del agredido, etc; sin embargo, a pesar de que el acoso físico pueda ser la forma más reconocida, también existe una nueva modalidad que se ha ido presentando con mayor frecuencia en nuestros días, la cual es el  cyberbullying, que se produce por medio de la tecnología e incluye: mensajes con insultos, publicar en las redes sociales fotos vergonzosas de la víctima, escribir chismes o rumores, entre otras.

 

Existen diversos indicadores que nos pueden servir para saber si un niño es víctima de alguna de estas variantes del acoso escolar, las cuales se pueden observar en conductas como:

-- Dificultad para dormir.

-- Tener pesadillas constantes.

-- Frecuentes excusas para no ir a la escuela.

-- Mal humor o sensibilidad excesiva (llora sin causa y por cualquier cosa cuando antes no lo hacía).

-- Aislamiento.

-- Evita reuniones sociales, principalmente relacionadas con la escuela como las fiestas.

-- Descenso en el rendimiento escolar.

-- Quejas somáticas antes de ir a la escuela (dolor de estómago, náuseas, vómito, etc.).

A pesar de que los puntos abarcados anteriormente, pueden ser algunos de las manifestaciones más frecuentes en donde podemos observar que un niño está padeciendo bullying, hay que tomar en cuenta que cada niño es diferente y por lo tanto, la forma en la que expresan su situación puede variar dependiendo de su personalidad y edad.

 

¿Qué deben hacer los padres del agredido?

Una de las principales medidas que se deben de tomar en esta situación, es investigar qué es lo que está pasando; esto es, a través de platicar con el niño, amigos más cercanos a él, maestros o familiares a los que éste les tenga más confianza. Asimismo, es importante que siempre se propicie un ambiente de confianza para que el menor pueda platicar sobre la situación que está viviendo; además, es fundamental hacerle ver al agredido que nada de lo que le pasa es culpa suya y que tiene personas que lo apoyan y con las cuales puede contar, no está solo.

 

Por otra parte, nunca es recomendable pedirle al niño que se defienda con violencia o que tome venganza, dado que se le enseñaría una errónea y poco asertiva forma de resolver un conflicto. De la misma manera, es pertinente que se mantenga una constante comunicación con la escuela para que e tomen las medidas necesarias en el salón de clases.

 

¿Qué deben de hacer los padres de los niños “acosadores”?

 

-- Es fundamental que no se niegue la situación, la mejor forma de encausar la problemática hacia una solución es aceptándola.

-- Ser empático con su hijo y ver cómo se siente y qué es lo que le motiva a comportarse de esa manera.

-- Si se observa que el menor tiende a tener conductas agresivas, hay que encausarlo con actividades para que de esta forma la agresión pueda ser canalizada.

-- No pasar por alto las malas conductas de los hijos, es importante hacerles ver que cada acción conlleva una consecuencia.

-- Fomentar la tolerancia.

-- No utilizar violencia para reprender a sus hijos, evite a toda costa los insultos y humillaciones.

 

El acoso escolar es una problemática que se puede prevenir desde casa, dado que los padres son los principales formadores en donde los valores, normas, confianza y educación que se dé en el hogar serán decisivas para el desarrollo del menor; es por esto, que como padres se debe: procurar ser un buen ejemplo, establecer de forma clara reglas, promover el respeto y la tolerancia, crear un ambiente de tolerancia, entre otros factores que servirán para evitar tanto que el pequeño sea víctima de bullying como que lo ejerza.

 

Referencias:

 Olweus, D. (1998), Conductas de acoso y amenaza ente escolares. Madrid: Ediciones Morata.

Schwarz,S. (2012), El libro del Bullying, Ediciones SIC: Nueva York.

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María José Zapata Moreno Valle

Licenciada en Psicología, Máster en Pedagogía y Educación Especial. 

Docente de primaria, forma parte del departamento de Inclusión en el Colegio Humboldt; se ha desempeñado como terapeuta infantil.