Frida Sofía: Televisa y gobierno federal insultan a mexicanos

  • Oscar Barrera Sánchez
Las explicaciones de Nuño Mayer. El espectáculo mediático. La duda que carcome.

En 1997, el director estadounidense, Barry Levinson, llevaba a la pantalla grande el guion de Hilary Henkin y David Mamet (basado en la novela American Hero de Larry Beinhart), Wag the dog (Escándalo en la Casa Blanca, en México, o Cortina de humo, en otros países). La cinta narra cómo días antes de la elección presidencial norteamericana y ante un escándalo sexual del presidente estadounidense (semejante al de Bill Clinton), se construye una guerra mediática con Albania, que en la realidad jamás existió. El foco de atención de la sociedad norteamericana estaba fijo en la escena de una niña en medio de un bombardeo, con un gatito, ambos sobre un puente: todo ellos montado en un estudio y difundido por televisión. Levinson muestra cómo la sociedad sale a las calles para manifestarse contra la guerra y el rescate de la niña… y su gato.

Algo muy parecido ocurrió el 20 de septiembre en la Ciudad de México, donde no se inventó un terremoto, pero sí la figura de una niña, Frida Sofía, igualmente ficticia, que mantuvo por horas la transmisión televisiva del consorcio de Emilio Azcárraga Jean, Televisa. La cobertura del reality show por Carlos Loret de Mola, Paola Rojas, Joaquín López Doriga, Denise Maerker y Danielle Dithurbide, estuvo dramatizado, cronometrado, porque el puño cerrado de los rescatistas indicaba que habían visto a Frida Sofía, ella había hablado por su celular (número que habrá que rastrear, identificar y localizar) o había movido un dedo.

El montaje acaparó la tarde del miércoles, 20 de septiembre, un día posterior al sismo y al anuncio de emergencia nacional hecho por Peña Nieto, acompañado del almirante Vidal Francisco Soberón, secretario de Marina, Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional, Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación y Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno de la Ciudad de México. El foco de la atención durante horas se ubicaba en Frida Sofía y el Colegio Enrique Rébsamen.

Sin embargo, la entrevista que hizo Televisa a Aurelio Nuño Mayer, secretario de Educación Pública (SEP), por la noche, dejó las puertas a la sospecha. Nuño, quien se caracteriza por su poca inteligencia en actos públicos, hablaba que no había algún familiar de Frida Sofía esperándola afuera del Colegio Enrique Rébsamen y que no lograban comunicarse con alguno de sus padres o familiares. ¿Qué madre, padre, abuelo, hermano o amigo después de una tragedia de esa magnitud no estaría en el lugar día y noche? ¿Cómo los padres de la niña más famosa de México, tras el sismo de 7.1 grados, no estarían en el lugar? Quizá Nuño quiso desmarcarse de la acción televisiva, en aras de no comprometer su aspiración a la candidatura presidencial de 2018, por el Partido Revolucionario institucional (PRI).

Lejos de preguntarse por los dueños del Colegio Enrique Rébsamen, a quienes debe fincarse responsabilidades legales, y del personal de la SEP, quienes tienen la responsabilidad de vigilar la infraestructura de las escuelas constantemente y, sobre todo, después del sismo del 8 de septiembre, Nuño cometió la estupidez de su vida o se desligó del circo mediático. De cualquier manera, Nuño Mayer es uno de los principales responsables de la telenovela sin final feliz.

Frida Sofía se comunicaba, la habían visto y solo esperaban el momento para sacarla de los escombros. ¿Cómo fue eso posible si no existió? Otra vez, el gobierno priísta, tal y como ocurrió con la mística y esotérica, Francisca Zetina, La Paca, volvió a insultar la inteligencia de los mexicanos.

Pero, ¿por qué Enrique Peña Nieto, Aurelio Nuño, Miguel Ángel Osorio Chong, junto con el grupo Televisa, principalmente, quisieron desviar la atención de los otros lugares en ruinas y centrarla en la escuela Enrique Rébsamen? 

Nuevamente, bastaba con ver las calles y los lugares siniestrados el 19 de septiembre. Miles de voluntarios se movían por la Ciudad de México y serían testigos presenciales de cómo la corrupción, al igual que en 1985, fue, en gran medida, la causante de las muertes y los daños materiales y en el patrimonio de muchas familias pobres y de la incipiente clase media.

Las calles estaban tomadas por la sociedad y era importante que el Estado, rebasado nuevamente, por la desgracia y la reacción de la sociedad civil, retomara el control social. Mientras Frida Sofía centraba las miradas en los televisores, el gobierno de Peña Nieto, con el beneplácito del jefe de gobierno (otro aspirante a la presidencia en 2018) militarizarán la capital del país, no sólo en las partes donde había edificios colapsados, sino las calles.

Hoy, un día después del circo televisivo y de anunciar la noticia de una niña que se comunicaba, pero que no existió (contrario al caso Paulette, en el Estado de México, durante el gobierno de Peña Nieto en la entidad), los reporteros estrella de Televisa culpan a la Secretaría de Marina de haber falseado la información, mientras que la secretaría castrense del mar, no acepta las acusaciones y, enfáticamente, acusa a televisa del manejo de información de Frida Sofía.

Un año preelectoral, un sismo que muestra la incapacidad de los gobernantes del país y de la Ciudad de México y las mentiras televisivas que lesionan más la credibilidad en un sistema político corrupto, incapaz y mentiroso. Frida Sofía es una cortina de humo, como tantas que han realizado este gobierno y Televisa, como lo mostraba Levinson en 1997.

 

Picaporte

Los presidenciables, Miguel Ángel Osorio Chong, Aurelio Nuño Mayer y Miguel Ángel Mancera, llegaron al Colegio Enrique Rébsamen a la foto. Pero, ¿y los aspirantes a gobernar la capital, morenos, perredistas, priistas y panistas? ¿dónde andaban? Guardarse su estrategia, ¡ah qué buenos y buenas muchachas de izquierda y derecha! ¡Igual de asquerosos que los federales y el jefe de gobierno capitalino! 

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Oscar Barrera Sánchez

Doctor en Ciencias Sociales y Políticas por la UIA. Comunicador y filósofo por la UNAM y teólogo por la UCLG.