Al iniciar su gestión como presidente municipal, José Antonio Gali Fayad, asumió básicamente el compromiso, si no de superar la actividad realizada por su antecesor, sí por lo menos mantener aquel ritmo de trabajo, sin embargo asume los destinos del municipio un personaje que en el pasado proceso electoral dedicó parte de su tiempo al proselitismo por el partido que lo llevó al poder, no obstante lo anterior los resultados de dicha elección son del dominio público.

La ciudad se encuentra plagada de baches, con deficiencias en alumbrado y obras inconclusas por doquier. El tema de la seguridad pública es delicado no sólo en el centro histórico si no por demás en ese gran cinturón de miseria y pobreza que rodea la ciudad capital.

Mucho alarde se hizo en la restructuración de las Juntas Auxiliares, pero el problema es de grave delincuencia pues es más fácil encontrar una patrulla de seguridad pública y tránsito municipal en el periférico montando un retén o en la parte trasera del penal de San Miguel, que vigilando las colonias y fraccionamientos de la ciudad, el robo de vehículos y autopartes es una constante en un municipio donde se destinaron a este rubro tan sólo a diciembre de 2014, la módica cantidad de $340,033,725.04. ¿Increíble verdad?

Más aun a febrero de 2015, los poblanos pagamos por conducto del presidente municipal $22,948,933.56 por concepto de difusión de radio y televisión respecto de la “labor” del Ayuntamiento. Por si fuera poco lo anterior y no obstante de existir dependencias como la Secretaría de Infraestructura y Servicios Públicos a cargo de Javier Zúñiga Rosales, hay además una comisión integrada por seis Regidores cuya tarea ni usted ni yo amigo lector conocemos, ya que al caso hay regidoras como Myriam De Lourdes Arabian Couttolenc y Silvia Alejandra Arguello de Julián, que pertenecen a tres diversas comisiones, es decir son todólogas y obvio por ello perciben un jugoso salario.

En esta administración municipal se crearon delegaciones municipales con una estructura burocrática de no menos de diez personas, la pregunta clave a los vecinos de colonias como San Manuel es: ¿conocen el nombre de su delegado?, ¿cuál ha sido la gestión de su flamante delegado en favor de las colonias que enmarca esta delegación?

Hasta ahora no hay una colonia, barrio o fraccionamiento de la capital que haya visto en obras o actividades deportivas, donde están los $20, 103,134.95 que recibe el Instituto Municipal del Deporte a cargo de don Ignacio Basaguren, quien por cierto despacha en un fatigado horario de tres horas diarias.

La Dirección de Servicios Públicos a cargo de Alberto Vivas Arroyo, mantiene nula actividad bajo el argumento de falta de presupuesto no obstante los $53, 415,101.11 que recibió la Secretaría a la que pertenece esa dirección, misma que ahora tiene a su cargo también la subdirección de alumbrado público y servicios municipales, cuyo titular Eduardo Vergara López, es sorprendido en su escritorio con supuestos reportes de atención de servicios que en realidad nunca se realizan lo cual denota que la operatividad de CITELUM, en su momento fue más completa y diligente.

Incuestionablemente que el ciudadano Presidente Municipal a quien conforme a derecho le queda aún mucho tiempo al frente del cabildo poblano debe replantear y reordenar su gabinete de trabajo frente a la nula operatividad de diversos servidores públicos que si bien de acuerdo al portal de internet del ayuntamiento, tienen una vasta curricula vitae, sin embargo es claro que esta trayectoria de vida profesional no se refleja en las directas capacidades de operatividad.

El plantel de burócratas que despacha en Palacio Municipal, desde la secretaria particular de don Antonio Gali Fallad y su encargado de gestión ciudadana representan y crean al presidente el primer vínculo de enemistad con la ciudadanía poblana, esa misma que lo situó en la presidencia y que esperaba mejores resultados, pero a la que finalmente hasta ahora Antonio Gali le falló.

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