Relajase por un segundo, respire profundamente, inhale y exhale.  Recuerde uno de los momentos más divertidos de su vida, recuerde uno de los momentos más felices de su vida, un momento en el que Usted se sentía radiante, inmensamente radiante. ¿Lo tiene? Consérvelo por un segundo y disfrútelo.

Después de este bello viaje por los recuerdos,  ahora pido a Usted relajarse y tratar de recordar algún momento en el que se sintió inmensamente radiante  mirando algún spot, espectacular o en presencia de un candidato de cual fuere el partido. ¿Lo tiene?  Consérvelo por un segundo y disfrútelo.

Es probable, estimadísimo lector, que si Usted fue o es candidato, militante activo de algún partido, periodista serio, hacedor de imagen pública o hechicero de los mass media, haya tenido uno o más recuerdos afortunados (seguro también tiene malos pero esos no los evocaremos).

Es probable, estimadísimo lector, que si Usted es un ciudadano con profesión, oficio o actividad laboral que no corresponde al escenario político; tuvo nula evocación de recuerdos e incluso muy probablemente, evocó alguna sensación o emoción poco agradable de tal manera que,  si fue así, disculpe que no es la intención.

Trato de ejemplificar que existen  evidentemente, esferas públicas y privadas. Que mientras Usted está en su trabajo pensando en sus metas a corto o mediano plazo, existen otros (que no "Los Otros") que están sentados en su escritorio maquilando como extorsionar a algún político; estas extorsiones pueden darse de político a político, de político a funcionario público o viceversa, incluso de directores editoriales de algún medio a candidatos.

En fin, no imagine Usted una extorsión telefónica fingiendo secuestros o algo por el estilo, esto es más burdo o por lo menos las filtraciones de extorsiones son increíblemente burdas (quizá es porque los protagonistas de éstas historias no hacen de manera correcta y limpia "el trabajo").

En la esfera privada, cada quien hace lo suyo o lo que mejor puede, los ciudadanos se ocupan principalmente de mantener una base medianamente sólida que les permita cubrir sus necesidades básicas (comer, vestir, educación, entre otras); mientras tanto, en un escenario privado, figuras públicas o medianamente públicas hacen su mejor esfuerzo por mantener una comunicación en la que en términos generales, luchan por un seudo poder , amenazan, piden cantidades que hasta para los millonarios parecería una locura,  todo bajo un estricto protocolo de etiqueta. Es decir, uno a otro se amenazan para romperse en pedacitos pero se dicen amigos y jamás alzan la voz, todos muy educados.

Lo anterior en referencia a una acusación  de  presunta extorsión hecha por el  Director editorial del periódico Cambio, Arturo Rueda a quien lo acusa  el Priísta Jorge Estefan Chidiac. No es la intención de éste artículo verter una opinión personal respecto a este tema, la tengo pero es mía.

La filtración sólo la tomé como ejemplo  para intentar escribir sobre un mundo al revés, hay gente pero mucha gente en cada esquina pidiendo dinero para comer, hay gente que vive intensamente estresado porque debe trabajar para medio vivir, hay algunos que maquilan para hacerse millonarios de la noche a la mañana, hay otros que darían cualquier cosa por poder y dinero.

"No puedes evitar andar entre locos". Le dice a Alicia el gato de Cheshire. "Somos todos locos aquí". Pero para regocijo de muchos, hay extraordinarios periodistas, excelentes hacedores de imagen, profesionales del marketing político verdaderamente brillantes, reporteros que asumen su importantísimo papel como generadores no sólo de información sino de conciencia social; sí que los hay, son los menos pero son mucho pero mucho más.

Twitter:@AlesandraMartin

Correo electrónico: alesandramartingarcia@hotmail.com