Elevar la Productividad de beneficiarios del PROAGRO

  • Alberto Jiménez Merino

El PROAGRO Productivo es un programa federal que apoya a más de 3 millones de campesinos y agricultores, con 14 mil millones de pesos anuales. Fue creado hace 20 años como apoyo al ingreso y como mecanismo compensatorio contra la competencia generada por la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.

Es uno de los programas sociales más importantes de apoyo a los productores del campo, donde 80 de cada 100 producen sólo para el autoconsumo y no logran siquiera completar sus necesidades anuales de alimentos básicos. Más aún, han visto deteriorarse sus tierras, aumentar la pobreza que se quiere combatir y agotarse sus recursos naturales, sin la esperanza de que algún día sea diferente. No se pueden encontrar resultados diferentes si seguimos haciendo lo mismo.

La situación es así, porque hay sectores y gobernantes que consideran que es demasiado lo que se da a los campesinos y, por ser un programa federal que se paga directamente, nadie le pone un centavo de más. Y no dudo que hubiera quien quisiera reorientarlo a proyectos de mayor impacto, de mayor utilidad, porque los pobres siempre van a estar pobres.

El campo es la fuente de alimentos, materias primas, trabajo y tranquilidad para la sociedad. Del campo proviene el agua para los centros de población. El campo es todavía, a pesar de incomprensiones y abandono, la fuente más importante de riqueza social, pero sin apoyo es la fuente de todos los problemas.

Generar un empleo en el campo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cuesta seis veces menos que en las ciudades y mantener una familia en el campo es 22 veces más barato que en la ciudad.

Pero al no tener apoyos en el medio rural, la gente los busca en las ciudades y nuestros jóvenes, la fuerza más importante de trabajo, se va al extranjero. En 70 por ciento de los 31 mil 500 ejidos mexicanos, los jóvenes ya no están en el campo, según el último censo agropecuario.

El camino es elevar la productividad como lo establece el Plan Nacional de Desarrollo 2012-2018. Para el Presidente Reformador Enrique Peña Nieto, la productividad es fundamental para que la gente obtenga mejores beneficios, por lo que hace, con los recursos existentes y los apoyos básicos del gobierno.

Es instrucción del Secretario de Agricultura del Gobierno de la Republica, Enrique Martínez y Martínez, es buscar las acciones y estrategias que eleven la productividad del campo. Aquí en Puebla, mi estado, donde tengo el honor de ser Delegado de la SAGARPA, desde el inicio de la responsabilidad hemos puesto la mayor dedicación a ésta.

El PROAGRO beneficia a 150 mil campesinos con 525 millones de pesos en 2 mil 900 comunidades de 217 municipios, más de 90 por ciento son productores con menos de 5 hectáreas y más de la mitad tienen menos de 3 hectáreas.

Cumplimos y obtenemos estrellita si pagamos a tiempo, sin embargo eso sirve de muy poco, porque el monto del apoyo es muy reducido y hay una agravante: el programa no tiene capacitación ni asesoría técnica. Sí, sólo damos dinero para la producción sin ninguna orientación ni motivación.

Estudios de campo nos demuestran que sin capacitación ni asesoría, cada productor pierde en promedio mil pesos/ha/año en insumos demás y trabajo innecesario. Y el apoyo es de mil 500 pesos para los que están en municipios de la Cruzada Nacional contra el Hambre.

En sus mejores momentos, el gobierno del estado asignaba mil millones de pesos anuales y, por otro lado, los productores perdían casi 800 millones por lo dicho antes. Casi quedamostablas, en lenguaje popular.

Para elevar la productividad de los beneficiarios del PROAGRO, en SAGARPA hemos diseñado un Programa de Capacitación para cubrir 35 temáticas básicas, en lenguaje práctico, utilizando el video como apoyo didáctico, para poder atender a 150 mil campesinos beneficiarios, para que alcancen autosuficiencia familiar de alimentos básicos y luego, al menos, obtengan un peso por cada peso del apoyo recibido. Así, el PROAGRO puede convertirse en un beneficio de mil 50 millones de pesos cada año.

Además hemos convenido con la Unidad Responsable Nacional, poder acreditar el apoyo recibido a más de la mitad de los beneficiarios, los de menos de 3 hectáreas, con esta capacitación. Sin capacitación, ni asesoría técnica cualquier cantidad de apoyos materiales y económicos no tienen ningún beneficio. La capacitación es principio y fin del desarrollo humano.

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Alberto Jiménez Merino

Ingeniero Agrónomo. Exrector de la Universidad Chapingo. Trabajó como secretario en 3 administraciones estatales. Consultor FAO. Tiene 3 Doctorados Honoris Causa y 15 libros escritos. Candidato del PRI a la gubernatura 2019.