Más que el terrible derribamiento de un avión
- Abel Pérez Rojas
“Mentes perversas diseñan
escenarios internacionales
que siempre sepultan la verdad”
El pasado 17 de julio fue derribado al este de Ucrania un avión de Malaysia Airlines con 298 pasajeros los cuales se dirigían de Ámsterdan a Kuala Lumpur. La tragedia aérea debe analizarse a la luz del conflicto político-bélico que se libra entre Rusia, Ucrania y los aliados europeos encabezados por los Estados Unidos.
Como usted recordará en febrero de este año Rusia tomó el control de la República Autónoma de Crimea, territorio que hasta ese entonces formaba parte de Ucrania; el argumento ruso consistió en que el parlamento de Crimea y la mayoría de sus habitantes manifestaron su decisión de unirse al territorio ruso.
Por supuesto las acciones rusas en Crimea y el surgimiento y posicionamiento de grupos pro rusos armados ha sido interpretado por el bloque europeo como una clara amenaza a su seguridad, por ello, encabezados por los Estados Unidos, se han decretado una serie de sanciones económicas, condenas y restricciones a Rusia, a algunos de sus altos funcionarios y a empresas ligadas con el poder en aquél país.
Como en territorio ucraniano se viven enfrentamientos entre el gobierno y los grupos pro rusos, algunas zonas del país han quedado bajo el control de dichos grupos, por ello los Estados Unidos sostienen que el misil que derribó el avión de Malaysia Airlines provino de una zona dominada por los grupos pro rusos.
Pero el señalamiento estadounidense de la culpabilidad de los grupos pro rusos ha ido escalando de intensidad y John Kerry, secretario de Estado estadounidense, afirmó en entrevista para CNN que el misil lanzado desde territorio ucraniano fue dotado por Rusia; además de las declaraciones de Barack Obama en el sentido de que “no se puede descartar la colaboración rusa en el incidente”.
Hay varios elementos que se han dejado pasar inadvertidos en el asunto del derribamiento.
Puede considerarse casualidad, pero al revisar la nacionalidad de los acaecidos - viajaban al menos 154 holandeses, 27 australianos, 23 malasios, 11 indonesios, 6 británicos, 4 alemanes, 4 belgas, 3 filipinos y un canadiense- nos percatamos que su origen es de países que hasta ahora se han mantenido como espectadores en el conflicto Ucrania-Rusia –por supuesto exceptuando a los alemanes-; lo que trato de decir es que ya hay al menos un motivo para que naciones que no han figurado en el escenario internacional contrario a Rusia ahora puedan levantar la voz apoyando el endurecimiento de sanciones contra el gigante ruso. ¿Acaso son tan ineptos los servicios de inteligencia rusos que no evaluaron lo que podría ocasionar un misil en manos de grupos pro Rusia? En lo personal no lo creo.
Llama también la atención que el derribamiento se efectuó en el contexto de la histórica visita de Vladímir Putin a Latinoamérica – el lebensraum o espacio vital norteamericano-, la gira que le llevó a cuatro países latinoamericanos: Cuba, Nicaragua, Argentina y Brasil. ¿Acaso la visita de Putin a Latinoamérica en tiempos de una “Preguerra Fría” no fue interpretada por los norteamericanos como un acto de provocación? ¿Tiene algún vínculo esta visita con los sucesos en la frontera entre Rusia y Ucrania?
Aunado a lo anterior y tomando en consideración las reservas y diferencias que vienen al caso, el derribamiento del avión en Ucrania evoca –por los efectos que podría provocar- el caso del vuelo comercial Korean Air 00, abatido por jets interceptores soviéticos el 1 de septiembre de 1983, por cruzar territorio soviético restringido. Los soviéticos adujeron que desconocían la naturaleza del vuelo, el cual – según ellos- realizó un recorrido que les llevó a pensar que se trataba de espías. En aquel entonces casi todas las naciones levantaron su voz de protesta y esto permitió a los Estados Unidos recrudecer sus posturas anticomunistas durante la “Guerra Fría”.
¿Será que el derribamiento del avión de Malaysia Airlines es otro capítulo previo al conflicto apocalíptico del cual le he venido hablando?
Ojalá y no.
(abelpr5@hotmail.com / @abelpr5 / facebook.com/PerezRojasAbel)
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Poeta, comunicador y gestor de espacios de educación. Estudió Derecho (BUAP), Maestría en Formación Permanente y Doctorado en Educación. Ha impartido conferencias y cursos de posgrado en instituciones públicas y privadas. Su obra poética consta de cinco poemarios. Es fundador de Sabersinfin.com.