El respeto, la discriminación y la exclusión
- María Teresa Galicia Cordero
Las situaciones prevalecientes en el mundo y en México nos expresan las diferencias existentes en cuanto al concepto de respeto, el cual se vuelve fundamental cuando estamos ante escenarios cada vez más crecientes de discriminación y exclusión.
¿Por qué la brecha se está abriendo cada vez más?
Pienso que por la manera en que se enfrentan las problemáticas existentes.
La discriminación o exclusión está latente en muchos ámbitos de la vida cotidiana, producida por la desigualdad cultural, social, de oportunidades o de ingreso; también llega a manifestarse en el acceso a la salud, la educación, la vivienda, a los servicios o su calidad de vida.
La desigualdad en los ingresos y el incremento en los costos de la vida cotidiana está exasperando los ánimos de los ciudadanos. En un clima de incertidumbre, inseguridad, falsedades, desinformación y declaraciones sin fundamento, hay una falta de respeto al ciudadano.
La nota del día es que han disminuido los homicidios dolosos en México, ¿pero todo lo demás? Los secuestros, los robos, las amenazas y las extorsiones telefónicas están a la órden del día y no hay respuestas concretas sobre el tema. Existe un mundo de seguridad para los de “arriba” y otro muy distinto para los de “abajo”.
Ante la falta de igualdad en las condiciones de vida, poco se puede hacer para lograr una vida próspera, y esa frustración genera molestia, indignación y a veces, violencia.
Hace tiempo leía una colaboración en donde se comentaba que Humberto Maturana, al hablar de violencia, planteaba que las relaciones de violencia se deben a que no existe un respeto mutuo entre las personas, que no conversan sus problemas ni reconocen al otro como una persona con opiniones igualmente válidas que las suyas.
Este es el origen de la masacre en Gaza o el derribamiento del avión en Ucrania o la manera en que se tratan las manifestaciones en nuestro país, el de los migrantes en su paso por México, en la militarización de la frontera norte, la carencia de debate en el Congreso de la Unión o en los Estados etc.
La inclusión social es un gran desafío y debe ser enfrentado a partir de la decisión. Es decir, no puede lograrse automáticamente cuando las politicas sociales actuales no combaten en realidad la desigualdad social, solo aminoran sus consecuencias.
Si hay algo cierto en nuestra sistema social actual es que cada vez es mas difícil ascender la escala social y mucho muy fácil descenderla.
La exclusión y la discriminación ponen de manifiesto las relaciones de desigualdad entre el sujeto y el resto de la sociedad que empujan a las personas a vivir al día o a sobrevivir en los márgenes de la sociedad.
Estas reformas tan anunciadas y tan aprobadas por organismos internacionales deberían de apoyarse no solamente en el crecimiento económico, sino también en la distribución de los beneficios para la totalidad de los ciudadanos.
La igualdad no puede lograrse automáticamente mediante el funcionamiento desregulado de la economía, necesita de iniciativas éticas tanto privadas como públicas, individuales y colectivas.
Si existiera un clima de mutuo respeto en un contexto más amable con los individuos y sus vidas, sería posible entonces mitigar la discriminación y exclusión entre ciudadanos.
Opinion para Interiores:
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Doctora en Educación. Consultora internacional en proyectos formativos, investigadora social, formadora de docentes e impulsora permanente de procesos de construcción de ciudadanía con organizaciones sociales. Diseñadora y asesora de cursos, talleres y diplomados presenciales y en línea. Articulista en diferentes medios.