¿Dónde quedan mis impuestos?

  • Marcela Jiménez Avendaño

Con este artículo regreso a la entrega de mis colaboraciones semanales que había suspendido por exceso de trabajo y unas muy bien y largas merecidas vacaciones.

Lo cierto es que, de mi último artículo a esta fecha las cosas no han cambiado mucho. Nuestro país sigue tan desigual, su gente tan pobre, la corrupción tan marcada en todos los niveles, la impunidad a la par, y con una inseguridad pública del diablo con todo y las recientes detenciones y asesinatos de importantes criminales, incluyendo a los que se habían muerto.

Ah, pero algo si cambio y se siente. El sistema tributario e impositivo recientemente aprobado y ahora aplicado está tronando a un montonal de micro y pequeñas empresas, y si a ello sumamos la errática política económica seguida, los estragos que se están ocasionando en la clase trabajadora y en general en todos los ámbitos, es alarmante. Todos aquellos que se mantenían en una economía de subsistencia pasarán en el mejor de los casos a la economía informal y, en el peor, como calculo está sucediendo, se dedicarán a tomar lo ajeno o a emplearse en la exitosísima y lucrativa red del crimen organizado.

Observando esta realidad, me surgió la pregunta que estoy segura nos hacemos todos. ¿Para qué quiere el gobierno incrementar la recaudación fiscal y engrosar sus finanzas a partir de las dos últimas “Reformas Estructurales”?.

El artículo 31 de la Constitución establece que es obligación de los mexicanos contribuir con los gastos públicos, lo que en resumidas cuentas significa que TODOS debemos pagar impuestos para que el Estado pueda llevar a cabo las tareas que la propia Carta Magna le mandata. 

Y es entonces que decidí enumerar algunas de las obligaciones que tiene el Estado mexicano para con nosotros y así determinar si se justifica la siempre intención gubernamental de incrementarlos como se ha hecho y exponiéndonos a un caldo social altamente explosivo. Veamos:

1.       “Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado impartirá educación preescolar, primaria, secundaria y media superior….El Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria….., la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes…”. 
No necesitamos conocer los datos de las pruebas ENLACE o PISA -el 56% de nuestros niños no cuentan con las habilidades mínimas para enfrentar las demandas de un mundo globalizado-, para saber que estamos formando generaciones de mexicanos con niveles de conocimientos insuficientes que refuerzan la desigualdad y limitan drásticamente sus posibilidades de desarrollo. Solo algunas cifras: la escolaridad promedio es de 2do de secundaria;  43% de la población de 15 años no terminó la primaria; y, en total, 32 millones de mexicanos tienen un rezago educativo y 5 millones son analfabetas.

2.      “Toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad. El Estado lo garantizará.” 
De acuerdo con CEIDAS –Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social-, en nuestro país hay más muertes por hambre que por el crimen organizado. Casi la mitad de los mexicanos se encuentran en pobreza multidimensional y, de estos, cerca del 20% viven en pobreza extrema.

3.      “Toda persona tiene derecho a la protección de la salud”.
Para nadie es un secreto que nuestras políticas de salud están más encaminadas a la atención que a la prevención, de este modo no hay recurso que alcance. Aunado a ello, tenemos un sistema de salud pública deficiente, corrupta e insuficiente.

4.      “En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus derechos”. 
Si hay un grupo vulnerable en México es el de niños y jóvenes. Son quienes presentan mayores índices de pobreza y marginación (6 de cada 10 niños son pobres), maltrato, explotación e irrespeto por sus derechos. Alarmantes son los índices de robo, trata y explotación sexual. Es una verguenza que hoy nuestro país sea considerado paraíso de pornografía infantil y trata de personas. 

5.      “Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla….de manera pronta, completa e imparcial”. 
Casi el 60% de la población no confía en nuestro sistema de justicia, léase jueces, ministerios públicos, procuradurías a los que catalogan como ineficaces y corruptos. Para muestra un botón: solo 5% de los delitos denunciados derivan en sentencias.

6.      “La seguridad pública es una función a cargo de la Federación, el Distrito Federal, los Estados y los Municipios, que comprende la prevención de los delitos, la investigación y persecución para hacerla efectiva…..”. 
La mayor preocupación de la población es la inseguridad, y esto no es solo por percepción. En la realidad, según diferentes encuestas, 1 de cada 3 hogares ha sido afectado por algún tipo de delito y 1 de cada 4 ciudadanos lo ha sufrido.  Y siendo realistas tenemos ciudades y estados sin Estado y completamente rebasados por la delincuencia organizada.

7.      “Corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que éste sea integral y sustentable, que fortalezca la Soberanía de la Nación….y que, mediante la competitividad, el fomento del crecimiento económico y el empleo y una más justa distribución del ingreso y la riqueza permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos….”. 
Si hay algo en lo hoy que estamos verdaderamente mal es en materia económica. Habrá que cuestionar al Sr. Vicegaray que noticias nos tiene al respecto, y si con ello no quedamos conformes, basta con preguntar a la mayoría de los mexicanos como sienten sus bolsillos últimamente.

8.      “Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto se promoverán la creación de empleos…..”. 
Según el propio INEGI 2.7 millones de personas no tienen trabajo; 14 millones se emplean en el sector informal; alrededor de la mitad de la población con empleo o no percibe ingresos por el mismo o gana entre 1 y 2 salarios mínimos.

9.      “Los recursos económicos de que dispongan la Federación, los estados, los municipios y el Distrito Federal….., se administrarán con eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez para satisfacer los objetivos a los que estén destinados”. 
Supongo que aquí valdría la pena recordar algunos de nuestros más distinguidos animalitos políticos que recientemente (si me voy más atrás no terminamos) se han servido con la cuchara grande: Yarrington, Moreira, Marín, Granier, Calderón y compañía y casualmente los últimos escándalos afectan a dos de los presidenciables de la oposición a modo para el PRI: Marcelo Ebrard con su Linea 12 del Metro y Rafael Moreno Valle y sus relaciones con la fraudulenta Oceanografía.

No sé cómo vea Usted querido lector, pero yo no me siento muy conforme con el resultado que sale de equilibrar el pago de mis impuestos y los servicios que recibo del Estado. Lo más eficiente que veo en su uso se corresponde con el enriquecimiento bastante explicable de muchos, pero muchos, de nuestros políticos. 

Pero en tanto nos acabamos de deprimir o enojar ante esta realidad, nos leemos la próxima semana…

 
 
 

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Marcela Jiménez Avendaño

Licenciada en Relaciones Internacionales. En proceso de titulación para la Maestría en PNL e Inteligencia Emocional. Ocupó diversos cargos en el PRI (CEN) en las precampañas y campañas en 2000 y 2006