Un Modelo Educativo
- José Alarcón Hernández
Las estadísticas, esto es, los resultados estadísticos, son como los que da el termómetro para medir la fiebre de las personas, expresan, en su caso salud o enfermedad y que el paciente se encuentra bien o que está o no grave.
Así, se concluye que ante ese signo vital se conoce el buen estado de salud o la causa de la enfermedad.
Este preámbulo lo escribo a propósito porque frecuentemente, con los datos estadísticos se aparenta o se concluye que todo está bien o que todo está mal y lo que es peor, con ellos se simula o se esconde la realidad.
Las estadísticas requieren un método de lectura y comprensión para conocer la verdad. Habrá que evitar su lectura como una imagen estática o como si la realidad se advirtiera en un espejo.
La educación de las personas es un camino seguro para el bienestar individual, familiar y de las naciones. No es el único factor, pero sí el más importante.
A principios del siglo XX, sabía leer y escribir no más del 5% de la población.
Por supuesto hay que tener presente que en las ciudades grandes y medianas como Puebla, existían algunas escuelas, pocas, muy pocas.
Para esas primeras décadas del siglo pasado, entre otras, estaba el ya famoso Instituto Normal del Estado, hoy Benemérito, El Colegio del Estado, la Escuela Libre de Medicina, La Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, la escuela Aquiles Serdán y dos o tres más.
El presidente Álvaro Obregón creó la Secretaría de Educación, cuyo primer secretario fue el oaxaqueño, José Vasconcelos, quien rigió la Secretaría de 1921 a 1924.
El trabajo fue titánico. En otra oportunidad aludiremos a las instituciones que creó para alfabetizar a la población y ofrecerle educación media y superior.
Con el triunfo del nuevo régimen, los primeros gobernadores se esforzaron en crear infraestructura educativa, pero no suficiente. El sistema fiscal era verdaderamente endeble; había pocos recursos hacendarios; independientemente de que aún los gobiernos atendían la compra de material bélico, para pacificar a los grupos.
Entre 1917 y 1927 la entidad había visto pasar 16 gobernadores, cuatro electos y el resto interinos y provisionales. Esto tuvo que ver con la atención oportuna y eficiente al sistema educativo.
Fue hasta 1933 con la elección del General José Mijares Palencia, que los asuntos del gobierno empezaron a normalizarse.
El General Maximino Ávila Camacho gobernó la entidad de 1937 a 1941. No puso especial atención al sistema educativo, lo que en cambio sí hizo Gonzalo Bautista Castillo. El gobernador Carlos I. Betancourt, impuesto por Maximino, gobernó la entidad entre 1945 y 1951.
Para ser objetivo y no injusto habrá que afirmar que estos gobernantes, sí construyeron escuelas, sí nombraron maestros, sí atendieron las directrices de los Secretarios de Educación Pública Federal como José Vasconcelos, José Manuel Puig Casauranc, Moisés Sáenz, el propio Plutarco Elías Calles, Joaquín Amaro, Aarón Sáenz, Narciso Bassols e Ignacio García Téllez, Gonzalo Vázquez Vela, Ignacio Beteta, Luis Sánchez Pontón, Octavio Véjar Vázquez y Jaime Torres Bodet.
El general Rafael Ávila Camacho gobernó Puebla de 1951 a 1957. Se le conoce como el gobernante educador. Durante su régimen se crearon los Centros Escolares. Eran un nuevo modelo educativo, comprendían diversos niveles de educación, desde maternal, jardín de niños, primaria y secundaria. Poco después se creó el nivel de preparatoria.
Así, en una sola institución se formaban los niños, los adolescentes y los aspirantes a la educación universitaria.
Este modelo no surgió de la nada. Don Rafael había sido director del Colegio Militar. No dudo que este hecho lo impulso junto con varios colaboradores, entre quienes hay que contar, de manera significativa a su Secretario de Gobierno, el General, Licenciado y Profesor, Roberto T. Bonilla Cortés, por cierto, originario de Tetela de Ocampo, que había sido subdirector de ese colegio militar.
En ese sexenio también colaboraron para fortalecer el sistema educativo, los directores de Educación Pública del Estado, profesores Rafael Águila Rojas, Javier Bonilla Cortés y Guillermo Bonilla Segura.
El Centro Escolar, Presidente Venustiano Carranza se inauguro en 1954. Anteriormente se habían inaugurado los Centros Escolares, Presidente Miguel Alemán de Cholula y Presidente General, Manuel Ávila Camacho de Teziutlán.
Los Centros Escolares ahora se están transformando, de acuerdo a la demanda educativa para impartir una educación de calidad.
El gobernador, Rafael Moreno Valle ha instaurado la educación a distancia, lo que significa un gran avance porque así los estudiantes podrán recibir educación universitaria, con las ventajas y beneficios consiguientes. Se ofrece educación superior y de alta calidad.
Previo a este hecho se rehabilita la infraestructura escolar y se crean nuevos edificios para conseguir los objetivos planteados.
Los gobernadores subsecuentes a don Rafael Ávila Camacho, convencidos por el modelo de los Centros Escolares, han construido más instituciones de esta clase. Ninguno ha osado desaparecer este acierto.
A propósito de los acontecimientos en Venezuela y en Ucrania, me permito transcribir esta cita de Bernardo Monteagudo “Cada siglo lleva en sí el germen de los sucesos que van a desenvolverse en el que sigue. Cada época extraordinaria, así en la naturaleza como en el orden social, anuncia una inmediata de fenómenos raros y de combinaciones prodigiosas. La revolución del mundo americano ha sido el desarrollo de las ideas del siglo XVIII y nuestro triunfo no es sino el eco de los rayos que han caído sobre los tronos que desde la Europa dominaban el resto de la tierra…”
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Lic. en economía, con mención honorífica. Diputado Local dos veces y diputado federal dos ocasiones. Subsecretario de Educación Superior de la Entidad y Subsecretario de gobernación del Estado. Autor de 8 libros publicados por la Editorial Porrúa. Delegado de la SEP Federal en el Estado. Actualmente Presidente del Colegio de Puebla. A.C.