Navidad, tradición que perdura

  • Alejandro Armenta Mier
Las piñatas, posadas y pastorelas son sólo algunas tradiciones navideñas que han pasado de generación en generación durante años. Pero son pocos los que realmente conocen el significado de las mismas y la historia detrás de estas tradiciones que nos caracterizan como mexicanos.

Para los mexicanos la piñata, el nacimiento, las posadas, los reyes magos, las pastorelas, la cena de Navidad y los villancicos son sólo algunas de las costumbres que se implantaron en el periodo Virreinal. Las cuales, aunque pertenecen enteramente a la tradición cristiana, adoptaron rasgos y elementos indígenas que permanecen hasta nuestros días.

El término Navidad viene del latín Nativitas, que significa nacimiento, el nacimiento de Jesucristo. Siendo una de las festividades más importantes del cristianismo, esta solemnidad que -de acuerdo al calendario juliano que reformó el Papa Gregorio XIII- se celebra el 25 de diciembre en la Iglesia Católica, en la Iglesia Anglicana, en algunas comunidades protestantes y en la Iglesia Ortodoxa Rumana.

Las posadas, fueron la forma en que las órdenes religiosas aprovechan el fuerte potencial teatral de la cultura Náhuatl, para propagar en forma didáctica la religión cristiana. Y aunque al principio las pastorelas tuvieron una finalidad evangelizadora, se convirtieron en una costumbre que acogió el pueblo como parte de su cultura y costumbres.

Se dice que las posadas surgieron de las celebraciones de las iglesias para instalarse en las calles y plazas –al anochecer se acostumbra  orar-  donde se formaba la gente con cantos y velas detrás de los santos peregrinos José y María, continuando con letanías para luego pasar al patio a romper la piñata. La piñata como una costumbre que adquiere en México su propia simbología; personificando de la lira de David, la estrella de Belén o la rosa de Jericó, todo con vistosos colores representando la vanidad, la fe representada en la venda en los ojos  y el palo, la virtud que vence el mal.

Sin olvidar las pastorelas como escenificaciones que según historiadores datan de 1527, siendo los primeros títulos “La comedia de los Reyes” y “La batalla entre San Miguel y Lucifer” -obra escrita en náhuatl- han sido las mismas a lo largo más de cuatrocientos años, escritas por lo regular en verso, tienen la misma trama, sus personajes son ingenuos pastores, o varios demonios, arcángeles, ángeles, los reyes Magos y la Sagrada Familia. En nuestro país, la pastorela incorpora cantos y música tradicionales de cada región.

El nacimiento, representación de Jesús, María, José, los pastores, los ángeles, el burro, la vaca y el pesebre, se celebra desde la llegada de los primeros misioneros. Siendo la destreza artesanal la que proporciona el toque mexicano, al elaborar exquisitas obras de arte, tanto de tamaño natural como miniaturas o figuras de arte popular, en donde cada región tiene su muy particular forma de elaboración.

Los reyes magos, también de la época virreinal, se celebran en la víspera del 6 de enero y, a diferencia de Santa Claus que también obsequia regalos a los niños, se les celebra porque se consideran los visitantes que, tras el nacimiento de Jesús de Nazaret, acudieron desde países extranjeros para rendirle homenaje y entregarle regalos de gran riqueza simbólica: oro, incienso y mirra; acompañados de otra costumbre que es la rosca de Reyes.

La rosca sugiere una corona real con ornamentos que simbolizan las joyas de la misma y que en su interior se encuentra un muñequito que representa al niño Jesús. Cada uno de sus componentes tiene un significado: el higo representa la posteridad, el dátil la alegría, el durazno la cordialidad, la pera la fertilidad, la manzana la amistad y la cereza la paz. Quien obtiene el muñequito, deberá - según la costumbre - invitar a los comensales de ese día, unos tamales el 2 de febrero, fiesta de la Candelaria o de la presentación del niño Jesús al Templo.

Es así que, la piñata, la posada, las pastorelas, los alimentos; son todas costumbres que nos traen recuerdos de tiempos no tan pasados; tradiciones que forman parte de nuestro país, cultura e historia, y que tienen características distintivas a las de otros países, ya que tienen un fuerte componente prehispánico que nace con la fusión de dos culturas: la indígena y la española.

Por lo que compartirlas con nuestra comunidad y en especial con la familia, refuerza nuestros lazos y nos da un sentido de pertenencia.

México es un lugar de hermosas tradiciones  y costumbres, seamos parte de ellas y celebremos esta navidad en paz, amor, esperanza y compromiso en seguir trabajando por el México que todos queremos. Felices fiestas y próspero año nuevo para todos.

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Alejandro Armenta Mier

Maestro en Administración Pública, presidente del Senado de la República y presidente de la Comisión de Hacienda. Más de 34 años de su vida dedicado al servicio público. Mis principios: ser útil, agradecido y acomedido.