Los expertos en las estrategias de la lucha por el poder señalan que, los que aspiren a tenerlo, deben construir un escenario de traspaso anticipado del poder. Por lo tanto es algo distinto al golpe de Estado porque el que lo posee formalmente, sigue en su sitio. Más bien se trata de que la opinión pública te perciba como el que lo tiene de facto. Conforme nos hemos ido acercando al fin de año, los hechos confirman que esa es la ruta que está siguiendo don Máximo. El éxito dependerá, en buena medida, de que no ocurra un enfrentamiento directo con el Presidente y para lograr su cometido, el de Puebla ha recurrido a la estrategia de la “pegatina”. Es decir, se le “pega” a Peña Nieto en todas sus propuestas y de paso le disputa el liderazgo en la ejecución de esos objetivos. De tal modo que el mexiquense queda imposibilitado para reclamarle algo, porque finalmente se trata de propuestas del propio Presidente. De reprocharle algo, se arriesga a que los demás duden de su inteligencia, algo impensable en su caso…

Lo que se acaba de dar a conocer nos indica que don Máximo no busca oponerse a Peña Nieto, sino lograr algo muy distinto. Ahora hasta comparten asesor en materia de seguridad y combate a la delincuencia en la persona del general colombiano Oscar Naranjo Trujillo. No se trata de una idea para “maquillar” o generar una determinada percepción ciudadana sino que, al margen de que la gente lo vea bien, es una señal del escenario a resolver en Puebla…

Al dar a conocer la noticia, don Máximo anunció su viaje a Colombia en su calidad de presidente de la CONAGO. El momento no podía ser más propicio: además de ir a la firma de un acuerdo con el organismo homólogo de Colombia, tiene como objetivo promover las inversiones en México ante empresarios de aquel país. Digo que la ocasión es idónea porque, en razón de su responsabilidad en la CONAGO, aprovecha para posicionarse mediante un tema nacional: las inversiones extranjeras en todo el territorio nacional. No se trata de Puebla, que sería un aspecto, sino de todo México…

¿Podría el Presidente reclamarle algo? No sin antes exponerse frente la ciudadanía. Don Máximo recurre a temas que sabe resultan inatacables. Como lo abordamos en otra ocasión, es una competencia indirecta por el poder, lo que genera las condiciones óptimas para él y lo blindan ante cualquier reacción presidencial. En teoría de juegos se dice que el mejor escenario es aquel en el cual tu mejor decisión coincide con la mejor de tu competidor. Dado el caso, el adversario queda atado de manos para atacarte…

Asimismo, sobre la marcha don Máximo deja atrás el escenario puramente abocado a las inversiones provenientes de Europa Central. ¿Pero que busca realmente don Máximo? Es obvio que, de tener éxito su estrategia, Peña Nieto quedaría anulado y por lo tanto, está apuntando hacia otro objetivo…

“El juego de la inteligencia…”

Aunque para algunos de sus críticos parezca difícil de creer, don Máximo está dialogando con los ciudadanos a través del ámbito de la opinión pública. Sí por el simple hecho de funcionar su hoja de ruta, el Presidente quedaría impedido para responderle en el mismo plano, es válido pensar que en otro carril está montando un esquema distinto, aunque relacionado. El objetivo consiste en convencer al electorado de que él es la mejor y única opción para México en 2018. Don Máximo desea quedar posicionado como el candidato lógico de la ciudadanía, de tal manera que no escogerlo llevaría a la gente a dudar de la propia inteligencia…

Veamos: si el Presidente no puede criticarle sin arriesgarse a que los demás pongan en duda su capacidad, algo similar se pretende en el ámbito ciudadano. El mensaje es claro y directo: “serían muy tontos si no me escogiesen en 2018”…

“O tú o yo…”

Más claro: don Máximo le está “hablando” a esa misma ciudadanía que no confía en la capacidad del mexiquense y que a su vez tendrá que decidir quién va a quedar como tonto: ¿Él o la mayoría ciudadana? Por eso es que al Presidente le urge lograr buenos resultados en el transcurso del próximo año, pues el poblano desarrolla puntualmente sus planes y de manera implacable…

De tener éxito las reformas y sobre todo si los efectos fuesen benéficos y palpables para todos, se anularía el escenario que pone en duda el talento presidencial

Se trata de un planteo estratégico centrado en la inteligencia y no en la fuerza. En su momento, veremos que localmente está configurando un escenario similar, en el cual no necesariamente va a ganar el más fuerte, sino el más inteligente. Ese es el camino que está siguiendo para resolver la otra sucesión, la suya. Inatacable desde la Presidencia e inatacable al interior de sus dominios…

La presencia en Puebla del Secretario de la Defensa confirma y se suma a lo que estamos tratando: don Máximo ya arrancó con el traspaso anticipado del poder…

“Tensiones en el espectro ideológico…”

Quizá para muchos no sea importante, pero lo que está ocurriendo con motivo de las reformas es prueba de que hemos entrado de lleno en un México distinto. La realidad política y social tiende a ser cada vez más compleja, diversificada y plural, que estamos dejando en el pasado la era de los partidos encerrados en sí mismos. Cada vez resulta más difícil sacar adelante las cosas desde la perspectiva de un solo partido…

El funcionamiento y estabilidad de los gobiernos requieren de acuerdos y consensos transpartidistas. La situación no está fácil porque implica muchos aspectos, pero de entrada estamos superando el viejo espectro de las ideologías de la Modernidad. Sería un error pensar que no surgirán nuevas. Lo que sí podemos afirmar es la muerte técnica de las que fueron propias de la Modernidad. Ya no es posible distinguir con nitidez qué son la izquierda y la derecha, así como dónde termina una y empieza la otra. No hay que perder de vista cuál será el desenlace del resurgimiento de Cárdenas y las maniobras de López Obrador para saber el derrotero. No faltan los maliciosos que insisten en lo “conveniente” del infarto de AMLO…

“Me quiere, no me quiere…”

De un lado, don Máximo le planta lo que quizá es la estrategia más sencilla y difícil de desmontar. Del otro, el gobierno de Estados Unidos “no ha quitado el dedo del renglón”. Todavía no se resuelve el caso Caro Quintero y ahora van sobre Yarrington. Haciendo a un lado aspectos particulares, la posición de La Casa Blanca indica que quieren un deslinde de Peña Nieto: o da muestras claras de una buena relación con ellos o sería muy riesgoso el virtual abandono del combate al crimen organizado. En el intervalo, estuvo el escándalo del presunto contacto entre legisladores y la Familia Michoacana y la correspondencia de Caro Quintero con el Presidente y el Procurador, que dicho sea de paso: lo segundo no implica necesariamente delito…

En menos de un año las condiciones de la relación entre ambos países cambiaron. Con Fox y Calderón hubo reconocimiento a cada rato, mientras hoy la presión ha ido en aumento. El caso Yarrington apunta hacia las entrañas de los gobiernos emanados del PRI y el Presidente debe ser muy cuidadoso con las decisiones: su gobierno podría quedar manchado para siempre…

Hasta entonces…

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