El hijo de Fulgencio Batista

  • Atilio Peralta Merino

El 11 de  junio del 2008,  un comando armado asaltó un autobús  que conducía a un grupo de 37 inmigrantes indocumentados de nacionalidad cubana mientras la referida unidad transitaba por las carreteras  del estado de  Chiapas, el destino originalmente establecido por los agentes migratorios para los detenidos de nacionalidad cubana , no habría sido otro sino  la estación migratoria de la Secretaría de Gobernación ubicada en Chetumal ,Quinta Roo ; en lugar del referido paradero, al menos 19 de ellos fueros detectados, localizados y  detenidos días después por las autoridades de migración del estado de Texas en los Estados Unidos.

La Procuraduría General de la República inició las indagatorias pertinentes al caso, indiciando  en primerísimo lugar a personal del  más alto nivel de  responsabilidad administrativa adscrito a la mencionada estación migratoria de Chetumal, y señalando  asimismo como presuntos implicados en el caso,  a  integrantes de la agrupación de desertores del ejército mexicanos liderados en esos momentos por Heriberto Lazcano y que habría sido fundada por el célebre “Z-1” Arturo Guzmán Decena.

La tregua signada por “El Lazca” con el mismísimo Joaquín Guzmán loera tiempo atrás, comenzaba por aquellas fechas a  desfallecer ; por un lado,  el 21 de enero de aquel año Alfredo Beltrán Leyva , “El Mochomo”, habría sido  detenido en el  número 123 de avenida Juan de la Barrera, colonia Burócrata, de Culiacán, Sinaloa; por otra parte , el 9 de mayo de ese mismo año,  habría sido asesinado en Culiacán, Edgar, el hijo en el que “El Chapo” tenía sus mayores afectos puestos.

Al fragor de la tregua en cuestión, Guzmán habría estrechado lazos  con  Osiel Cárdenas Guillen, heredero del poderío  que Juan García Ábrego y su tío Juan Nepomuceno Guerra habría forjado en la frontera tamaulipeca desde los lejanos días del asesinato de Kennedy; en tanto que sus primos, los Beltrán Leyva se habrían acercado cada vez más al “Lazca”.

Los Beltrán señalaron al “Chapo” como responsable de la detención del “Mochomo” y éste culpó a aquellos por el asesinato de Edgar, iniciándose con ello una Guerra total, de entre  cuyo episodios sería digno de destacarse en los días que corren la desaparición de Félix Batista, la cual habría tenido verificativo en la Ciudad de Saltillo, Coahuila el 10 de diciembre de 2008.

En  fechas recientes,  han surgido voces que señalan al agente de la C.I.A.  de origen cubano, Félix Ismael Rodríguez, de haber sido  un facilitador del Cártel de Guadalajara” para el trasiego de cocaína hacía los  Estados  Unidos, organización de la que la que actualmente  comanda Joaquín Guzmán Loera vendría a ser heredara directa  y   causahabiente natural.

 Lo anterior viene  a colación en virtud de que  el mismo agente del Departamento de Estado, otrora participante en la invasión de la “Bahía de Cochinos”, así como en  la celada en Valle Grande, en la región de Oruro y  en la que cayera  abatido  Ernesto Guevara de la Serna; habría sido, asimismo, participante activo y fundamental en el operativo clandestino de la C.I.A. y del Consejo de Seguridad Nacional  conocido con el nombre clave de  “Irán- Contras”.

Las  conexiones que la  C.I.A. habría establecido en México  en relación con la “Guerra de Nicaragua” ,  permitirían  explicarnos muchos de las enigmas  que se ciernen sobre el país, incluyéndose ,  por supuesto, tanto la trata de migrantes procedentes de la Isla de Cuba por una parte; así como la presencia en Coahuila como empresario en el giro de la  seguridad personal del hijo de Fulgencio Batista,  como su  respectiva desaparición ,  la cual,  a un lustro de distancia parece hundirse en el  más absoluto de los misterios, como si no se tratara de un integrante de una de las familias más poderosas del hemisferio a lo largo del último medio siglo.

No pocos tratantes de inmigrantes indocumentados en su peregrinar hacia los Estados Unidos  habrían  quedado atrapados en medio de un  fuego cruzado de enormes proporciones, cuando, ante la  escisión  de las bandas,  pretendieron seguir actuando como si estuviesen ante un solo grupo de trabajo, ya fuese por encontrarse desprevenidos ante una nueva situación que les fuese desconocida,  o bien, por el contrario,  por pretender hacer valer poderes con presencia de tiempo atrás en el país y cuyos tentáculos se extienden  más allá de las meras  adscripciones de índole delincuencial.

 

albertoperalta1963@gmail.com

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Atilio Peralta Merino

De formación jesuita, Abogado por la Escuela Libre de Derecho.

Compañero editorial de Pedro Angel Palou.
Colaborador cercano de José Ángel Conchello y Humberto Hernández Haddad y del constitucionalista Elisur Artega Nava