Los próximos 120 días serán decisivos para el futuro inmediato que sitúe al país en la antesala de esos cambios tan cacareados por un gobierno federal, que hoy ha puesto en manos de un Congreso de la Unión, la responsabilidad de concretar lo que ya ve “como sus medallas sexenales”.

En un escenario político-mediático, dos reformas concentran la atención nacional: Reforma Energética y Reforma Fiscal.

El show comenzó desde ahora, sin embargo, las verdaderas “actuaciones” se irán dando de manera paulatina, para revelar el nivel de “acuerdos en lo oscurito y cabildeos bajo la mesa” que se están dando a todo vapor, con tal de que el poder ejecutivo, tenga liberadas ambas propuestas.

Acostumbrados a este tipo de “montajes políticos”, hoy la inconformidad ciudadana no se hace esperar, junto con las críticas de los diferentes sectores del país, que ven con resquemor, estas rimbombantes propuestas que “los estrategas económicos del Presidente” han querido vender como Reformas, cuando en la realidad, distan mucho de serlo.

Este escenario de acuerdos, chanchullos y todo lo que se pacta fuera de las curules, no puede quedar exento de aquellos factores que serán pieza clave en los 120 días por venir.

Los nombramientos de los titulares de la Comisión Federal de Competencia, del Instituto Federal de Telecomunicaciones, los cambios que se contemplan para el IFAI y el IFE, no son asuntos menores, sino todo lo contrario.

Dicen que pensar mal a veces es un acierto, los enroques que habrán de definirse en organismos claves para la política Peñista están íntimamente ligados con esos acuerdos y votos que se esperan en las Cámaras Baja y Alta.

La llamada Reforma Política que también  se cocina, sin duda es otro referente que habrá de cocinarse para lograr la carambola prevista por el gobierno, y evitar un posible resquebrajamiento del Pacto por México.

Son muchos los actores involucrados en la tan ansiada transformación que se busca concretar para el país en los próximos meses.

La cruda realidad es que los amagues, acuerdos, pactos y convenios se darán en esos lugares donde usted y yo menos nos imaginamos……lo que sí es seguro, es que no serán en las curules.

En tanto ocurre esto, el país se mantiene como rehén  de las llamadas reformas que más allá de expectativas, lo que sí han logrado, es divisionismo y desconfianza entre una sociedad cansada de mirar cómo se reparten el pastel los mismos de siempre.

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