Alejandra Fonseca

  • Alejandra Fonseca
Dicen que no es la mordida de una serpiente lo que mata…

La condición humana es especial. Un mecanismo “humano, demasiado humano” por el que podemos llegar al cielo o al infierno es mental. ¿Quién no se ha sentido incapaz, inadecuado, sórdido, no querido, rechazado, inepto, inhábil, resentido, culpable, rencoroso, rechazado, torpe… por decir lo menos? ¿Cuál es la condición que hace posible sentirnos así?

La mordida de una serpiente, por usarla como analogía, es cuando alguien nos señala algo negativo de nosotros mismos y nos hace sentir mal. Refiero algo “negativo” como algo que no queremos en nosotros mismos o en nuestra vida. Eso que nos dicen pueden hacerlo de manera consciente, con dolo y saña para causarnos daño, o de manera inconsciente, sin darse cuenta que lo dicho causa daño. Pero el efecto es el mismo: nos lastima… pero no morimos.

Tenemos los seres humanos un mecanismo mental por medio del cual nuestro interior hace eco o es un espejo de lo mismo que vemos o escuchamos de otras personas que son significativas en nuestras vidas. No en balde los problemas psicológicos más graves vienen pro nuestras relaciones más cercanas e importantes para nosotros. Y sentimos culpa, rencor, resentimiento y rechazo cuando ese eco nos acusa o nos señala, de lo mismo que esa voz significativa externa nos señaló de manera negativa. Pero el mecanismo, como la mordida, no matan…

¿Entonces qué mata? El veneno… 

¿Qué es el veneno? Que nos hagamos a nosotros mismos, una y otra vez, lo mismo que nos hicieron cuando nos hirieron. Que el espejo interior, el eco, nos diga y repita, y repita, y repita una y mil veces lo negativo que esa voz exterior significativa nos señaló. Cada vez que nos hacemos nosotros mismos eso, lo vivimos como si fuera la primera vez. Y cada repetición permite que el veneno entre más profundamente en nuestro organismo, nuestra mente, a la vez que, cada repetición nos ensordece implacablemente a otras voces contrarias. No es fácil salir de esa vorágine de repeticiones negativas instantáneas y mecánicas.

El mecanismo usado para la repetición de lo negativo, permite la entrada del veneno, pero no es el veneno mismo. El veneno son las repeticiones negativas y sí mata. Porque a través del mismo mecanismo podemos sanarnos.

Los seres humanos tenemos dos debilidades mayores: vergüenza y falta de perdón. Las repeticiones negativas que permite nuestro mecanismo mental, generan en cada ocasión, ambas. Son efectos del veneno… y cada vez morimos un poco más. Sólo es posible romper lo negativo a través del perdón de nosotros mismos y de los otros. Y sanamos nuestra vida, cuando después del perdón, usamos nuestro mecanismo mental para repetir una y mil veces lo positivo de lo que sí queremos ser y tener en nuestras vidas. No hay otra salida.    

 

 alefonse@hotmail.coms

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Alejandra Fonseca
Psicóloga, filósofa y luchadora social, egresada de la UDLAP y BUAP. Colaboradora en varias administraciones en el ayuntamiento de Puebla en causas sociales. Autora del espacio Entre panes