Las autoridades educativas de Puebla, pero especialmente los dirigentes de las secciones 23 y 51 del SNTE, Emilio Salgado Néstor y Jorge Luis Barrera de la Rosa, deben hacer un tejido fino, sin incendiar la pradera, para desactivar el movimiento magisterial poblano, que se gesta en favor de maestros disidentes de la Coordinadora. Las primeras manifestaciones ya se dieron el miércoles pasado con marchas y suspensión de clases en centros escolares de Puebla y varios municipios de la entidad.
En medio de toda esta parafernalia de protestas, por cerca de un mes, que han desquiciado el tráfico y vuelto locos a los capitalinos, aparentemente todo estaba bajo control en Puebla. Ilusamente, SEP y líderes magisteriales tenían la certeza de que mediante apapachos, estímulos y diversas canonjías, los profes estaban más que contentos, sin embargo, tal parece que los maestros, que no pertenecen a la CENTE, -son del SNTE-, pero comulgan con las expresiones de descontento por la aprobación de la Ley General de Servicio Profesional Docentes, están rebasando a sus dirigentes sindicales y autoridades estatales.
Jorge Luis Barrera de la Rosa de la Sección 51 y Emilio Salgado Néstor de la 23 del SNTE, calificados como agachones por un sector del magisterio, de manera cínica tratan de minimizar el problema, diciendo que todo está bajo control, excepto 400 maestros de los centros escolares de Puebla, Izúcar de Matamoros, Atlixco, San Pedro y San Andrés Cholula, Coronango, Teziutlán, Tepeaca, Huauchinango, Acatlán. Tepexi de Rodríguez, Amozoc y Cuetzalan, quienes abandonaron las aulas, afectando a un aproximado de 30 mil alumnos.
Los dirigentes sindicales de Puebla, comprometidos con la dirigencia nacional del SNTE y con las autoridades estatales, para mantener tranquilos a los maestros, están quedando mal. No fueron capaces de hacer abortar las decisiones tomadas por los profesores, quienes hicieron a un lado las indicaciones de sus líderes: suspendieron clases y se sumaron al paro nacional convocado por la CENTE para expresar su inconformidad.
Luego de consumadas las protestas, fue verdaderamente patética la incapacidad de los dirigentes magisteriales estatales para hacer una evaluación real sobre el número de maestros que se ausentaron de las aulas y la cantidad de alumnos que quedaron sin clases.
Las manifestaciones de protesta, la primera que se presenta en Puebla por esta situación, fueron condenadas por Jorge Alberto Lozoya, titular de la SEP estatal y como siempre, no dijo que se descontaría el salario a maestros paristas, pero sí se actuaría conforme a la normatividad. Este asunto es una alerta, son focos amarillos, que pudieran generar los conflictos como los que se viven en Oaxaca, Michoacán, Chiapas, Estado de México y otras entidades. Hay que desactivar a tiempo los brotes de inconformidad, si es que no se quiere tener un problema mayor.
Sin embargo, de manera irresponsable los lideres magisteriales dicen que es una minoría, que la gran mayoría de los maestros están en las aulas, pero por algo se empieza y sino que miren en los sótanos del magisterio donde ya se gestan nuevos movimientos de maestros descontentos, pero triste y lamentablemente para los líderes de las secciones 23 y 51 no pasa nada, todo está bajo control
La juventud estudiosa poblana no merece contaminarse con este tipo de movimientos. SALUCITA DE LA BUENA.
fomca_49@yahoo.com.mx
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