La historia nos juzgará

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A cada generación en la historia le ha tocado vivir un momento de relevancia donde su toma de decisiones necesariamente implica una afectación ya sea positiva o negativa a las generaciones subsecuentes.

Como ejemplo de esto fue el caso de la generación de los sesentas quien tuvo que decidir sobre el tema de las libertades políticas en México, las que se obtuvieron, con muchas deficiencias, 30 años después curiosamente no por las izquierdas, quienes aportaron los presos y los muertos,  sino por el de la derecha quien supo captar el interés de los jóvenes hacia el populismo "foxista" de quien se esperaba efectivamente pudiera generar un gobierno de transición y no solo de alternancia como finalmente lo fue.

Otro caso es el de la hoy llamada sociedad civil organizada que se gestó como consecuencia del trágico evento del terremoto del 85 como resultado de la acción del pueblo solidarizado que al salir en ayuda de las víctimas, sin esperar el apoyo del mediocre gobierno de Miguel de la Madrid, aprendió a trabajar en forma independiente sin esperar nada de los actos del gobierno; hecho que hoy permite observar a la ciudadanía trabajar ajena a partidos políticos e instituciones de gobierno.

Así como se dieron estos ejemplos de definición histórica es que a la actual generación de mexicanos nos toca decidir por la defensa de la soberanía nacional ante la grave intentona, que prepara la desprestigiada clase política mexicana y los dueños del gran capital, de poner en venta nuestros recursos naturales, como el petróleo, el aire, la minería, el agua, las selvas, etc.

Ante la apertura del llamado debate por la reforma energética que propone el gobierno priista de Peña Nieto, la actual generación de mexicanos tenemos la oportunidad histórica de definir claramente los conceptos de nacionalidad, soberanía y lealtad a la patria.

En los meses por venir quedarán claras las posiciones de los dos Méxicos existentes, el de aquellos que se han beneficiado directamente de la venta de los bienes nacionales y la de quienes hemos sufrido las consecuencias de este robo patrimonial.

Así que no solo se tratará de la discusión de conceptos técnicos, económicos o de mercado, como nos lo quieren hacer ver los promotores de esta reforma para que quedemos fuera del debate la mayoría de mexicanos, sino que todo esto deberá darse en el marco de una lucha ideológica que deje definida la ruta por la que debemos caminar los mexicanos en el siglo XXI, tal como lo hicieron los hombres de la independencia, la Reforma, y la Revolución... ¡estamos dispuestos!

Opinion para Interiores: