• Cultura

Las grandes controversias que marcaron el mundo del arte en 2024

  • Lizzette Vela
De retratos polémicos a bananas millonarias, el arte sigue causando revuelo
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El 2024 ha sido un año lleno de polémicas y disputas en el mundo del arte, donde las grandes figuras, las obras de gran valor y las acciones inesperadas han protagonizado un sinfín de debates.

El arte, por su naturaleza disruptiva, sigue siendo un terreno fértil para los grandes egos, el dinero y, claro, las controversias. Desde un plátano de US$ 6,2 millones hasta las disputadas representaciones de la familia real británica, estas son algunas de las situaciones que han dado forma al panorama artístico este año.

Uno de los mayores escándalos ocurrió cuando el infame plátano de Maurizio Cattelan, conocido por su obra “Comedian”, volvió a hacer ruido. El plátano, pegado a una pared con cinta adhesiva, se subastó originalmente en 2019 por US$ 120,000.

Sin embargo, este año una nueva edición de la obra alcanzó la cifra de US$ 6,2 millones, cuando el multimillonario Justin Sun adquirió la pieza. El empresario no solo compró el plátano, sino que también lo comió ante las cámaras, buscando ser parte de la historia del arte, lo que generó aún más controversia.

En el ámbito de las representaciones artísticas de la realeza británica, los retratos del rey Carlos III y la princesa Catalina dividieron opiniones. El retrato de Carlos, pintado por Jonathan Yeo, fue calificado por algunos como una “agresión visual”, mientras que otros lo vieron como una representación realista del monarca.

En cuanto a Catalina, el retrato de la artista Hannah Uzor fue duramente criticado por no capturar la esencia de la princesa, lo que desató una ola de opiniones encontradas en las redes sociales y medios especializados.

El arte contemporáneo no ha estado exento de controversias más accidentales, como el caso de un técnico de ascensores que, por error, destruyó una obra en el Museo LAM de los Países Bajos.

La pieza, titulada "Todos los buenos momentos que pasamos juntos", se había colocado estratégicamente en un ascensor, pero las latas de cerveza que formaban parte de la instalación fueron accidentalmente arrojadas a la basura. Afortunadamente, los objetos fueron recuperados y expuestos nuevamente, aunque la situación generó una gran discusión sobre el valor y la fragilidad del arte moderno.

La protesta también ha tenido un papel importante en las polémicas de 2024. Activistas de grupos como Just Stop Oil han atacado famosas obras de arte como La joven de la perla de Vermeer y Los girasoles de Van Gogh. A pesar de las acciones de los manifestantes, las condenas judiciales han sido dispares, lo que sigue generando un intenso debate sobre el equilibrio entre el arte, el activismo y la protección del patrimonio cultural.

En otra esfera, la inteligencia artificial ha entrado al terreno artístico con una controversia que sacudió a la comunidad literaria y fotográfica. La autora japonesa Rie Kudan admitió que utilizó ChatGPT para redactar partes de su libro premiado La torre de simpatía de Tokio, lo que suscitó cuestionamientos sobre el futuro de la creatividad humana frente a la IA. Este debate se amplió con el fotógrafo Miles Astray, quien ganó un premio de fotografía utilizando una imagen tomada con su cámara, pero presentada en una categoría destinada a fotos generadas por inteligencia artificial, desafiando la noción de autoría.

Otro episodio que generó revuelo fue el caso de un niño que rompió accidentalmente una vasija de la Edad de Bronce en un museo israelí. Aunque el museo defendió su decisión de no poner vitrinas de protección, la situación dejó claro lo frágil que puede ser el arte antiguo, mientras que un incidente en Italia, en el que un hombre destrozó una escultura de Ai Weiwei, provocó una condena pública por parte del propio artista.

Finalmente, el “Salón de las Damas” del Museo de Arte Antiguo y Nuevo de Tasmania fue escenario de una polémica relacionada con la misoginia. El espacio, que solo permitía la entrada de mujeres, fue criticado y demandado por discriminación. La situación empeoró cuando la comisaria del museo admitió que había falsificado tres obras de Picasso. Aunque el tribunal desestimó la demanda de discriminación, el incidente puso en cuestión los límites del arte institucionalizado y su relación con la igualdad.

El arte de 2024 ha estado marcado por momentos de tensión, humor e incluso sorpresa, con polémicas que siguen alimentando las discusiones sobre el valor, la ética y la naturaleza del arte. Mientras las obras continúan siendo subastadas por millones y las protestas toman el centro de los museos, queda claro que el arte, como siempre, es una de las formas más poderosas de conversación, tanto para generar admiración como para provocar reacciones intensas. (JH) 

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