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Edil se autovendió predio, hizo un panteón y hoy es basurero clandestino
La basura que generan diario los 50 mil pobladores de Palmar de Bravo va a parar a un panteón de tres hectáreas. El terreno está bardeado y en la entrada principal tiene una gigantesca cruz de diseño arquitectónico que termina en el cielo.
Al lugar no entran carrozas o procesiones con sus difuntos, sino camiones y camionetas repletas de los desechos que produce el municipio poblano.
Se trata de un basurero clandestino. Un tiradero improvisado en un panteón color verde, tono del Partido Verde Ecologista de México que gobierna Palmar de Bravo con Adán Galdino Silva Valeriano, quien busco la reelección sin conseguirla.
El basurero está en la junta auxiliar de Cuacnopalan, que encabeza el edil subalterno Eric Silva Valeriano, hermano de Adán Galdino.
Versiones de vecinos entrevistados al borde de la autopista Puebla—Veracruz aseguran que el predio no tenía un dueño claro y posiblemente la familia Silva Valeriano se lo habría apropiado, después el Ayuntamiento de Adán Galdino Silva Valeriano lo compró y lo escrituró.
Las afirmaciones no pudieron documentarse, pero Fernando Silva López, director de Planeación Urbana y Desarrollo Municipal del Ayuntamiento de Palmar de Bravo, no quiso decir a quién se le compró el predio.
En entrevista con e-consulta, Silva López aseguró que se trata de un terreno que el municipio compró en 2022 de manera legal y que ya está escriturado.
El basurero clandestino de Palmar de Bravo
El panteón que implementó el gobierno de Palmar de Bravo como relleno sanitario es único: tiene una inmensa cruz y está bien delimitado por una barda perimetral verde. El acceso es por una malla ciclónica que abre y cierra una persona que omitió dar su nombre y cualquier tipo de información. Como si supiera que el tiradero no es legal.
Apenas al cruzar la puerta está una pileta, clásica de panteones para verter agua y regar las flores de los difuntos. Sin embargo, en el basuero cementerio de Palmar, está repleta de desechos.
Van al menos ocho meses desde que el Ayuntamiento tira su basura al lugar que prácticamente está saturado. En una de las esquinas del relleno trabaja una máquina retroexcavadora, que según Fernando Silva es para separar la basura, pero desde un vuelo con dron pareciera que entierra los desechos.
El basurero clandestino de Palmar de Bravo no se encuentra dentro del Programa Estatal para la Prevención y Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos y de Manejo Especial del Estado de Puebla.
Tampoco existe registro de su formalidad en la página de internet de la Secretaría de Medio Ambiente Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial (SMADSOT), pues en la región donde se encuentra Palmar de Bravo sólo se reconocen dos Sitios de Disposición Final de Desechos: Quecholac y Ciudad Serdán. No aparece el basurero del cementerio.
Cuestionado sobre si el Gobierno del estado, a través de la Secretaría del Medio Ambiente, sabe de la existencia de este basurero, el director de Planeación Urbana contestó brevemente: “tiene conocimiento”.
“De momento tenemos ese espacio, es un espacio municipal, en algún momento se construyó como un panteón, pero es el terreno con el cual el Ayuntamiento cuenta con papeles (…) De momento es el lugar”, admitió Fernando Silva López.
El funcionario municipal aseguró que se trabaja en un proyecto para realizar un relleno sanitario con el objetivo de trasladar la basura que ahora se encuentra en el panteón; según Fernando Silva, al Ayuntamiento sí le dará tiempo, aunque le queden menos de dos meses de gestión.
“Después de que saquen la basura se le va a dar un tratamiento al lugar y después de darle mantenimiento, será un panteón otra vez”, dijo el 15 de agosto en entrevista, en la sala de Cabildos de la presidencia municipal de Palmar, que tendrán que entregar el 14 de septiembre. (MCJ)