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Crónica: el día que el aborto casi no se despenaliza en Puebla

  • Carlos Rocha
Los diputados planearon su estrategia para entrar en la Fonda Santa Clara, pero varios diputados no quisieron enfrentarse a los provida
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​La despenalización del aborto en Puebla estuvo cerca de no concretarse. Fueron horas de confrontación aguerrida en las calles, cuerpo a cuerpo, entre gritos, reproches, pasiones y estrategias. Los grupos provida defendieron con tesón las dos puertas del Congreso de Puebla, mientras las feministas les gritaban a la cara y los diputados buscaban la manera de entrar al recinto, en tanto que la escasa policía se mantenía indiferente, sin saber qué protegían.

Los católicos provida madrugaron, fueron los primeros en llegar y apostarse en las dos entradas del recinto legislativo. Eran jóvenes, mujeres y adultos mayores, religiosos todos; con ellos tenían los nombres de los diputados y la postura que tomarían cada uno, para que cuando los tuvieran de frente les preguntarán cuál era su postura respecto al aborto y determinar si los dejarían pasar o no.

La cita para los diputados fue a las 9:30 horas del lunes 15 de julio, aunque la sesión estaba pactada para iniciar a las 10. Desde las 8:30 los colectivos a favor y en contra del aborto ya estaban en la entrada principal del Congreso de Puebla.

Los religiosos colgaron pañuelos azul cielo, tenían lonas de defensa a la vida que bloqueaban la puerta. Las feministas, en su mayoría vestidas de verde y negro, pusieron un muro de madera de casi 6 metros de largo para pintar sus consignas.

Fue así que los diputados optaron por entrar por la puerta alterna de la 3 Poniente; sin embargo, los antiaborto rodearon la manzana para también sitiar esa entrada y evitar su ingreso para frenar la despenalización del aborto en Puebla.

Las diputadas de Morena Yolanda Gámez y Angélica Cervantes fueron las primeras bateadas por los derechistas. Era imposible entrar, el diálogo estuvo de más y los provida exigían retirar la modificación del Código Penal del orden del día, sólo así liberarían los accesos.

Diputados se congregan en restaurante  

Unos 26 diputados, atemorizados y sin saber qué hacer, se congregaron discretamente en el restaurante La Fonda de Santa Clara, sobre la 3 Poniente 307. La reunión que esperaban tener a las 9:30 en el Congreso de Puebla la tuvieron en un lugar improvisado.

Allí los diputados, pero más las diputadas, veían la forma de ingresar. Varios diputados hombres prefirieron no intentarlo. La diputada Silva Tanús fue clave para convencer y decir “vamos”, ella apoyó la insistencia que tenían Nora Merino, Mónica Silva, Daniela Mier, Angélica Cervantes, Yolanda Gámez, Carlos Evangelista e Iván Herrera. Los otros diputados se negaban a entrar.

Para las 10:30 horas los diputados salieron de la fonda, sin querer se alinearon en dos. La diputada federal Julieta Vences acompañó el momento y se agarró codo a codo con Daniela Mier. Así se perfilaron a entrar, pero se toparon con un primer bloqueo. Después de unos empujones lograron cruzar la calle 3 Sur y se dirigieron a la puerta alterna, que permanecía blindada por los católicos y elementos de la Policía Estatal Preventiva.

Con el ánimo que venían las diputadas que encabezaban el contingente intentaron entrar, pero fueron repelidas por los antiaborto que festejaron su primer logro.

Los diputados hombres no sólo se alejaron de la situación, sino que se resguardaron en la sombra: Eduardo Castillo, Roberto Solís, Jaime Natale, Edgar Garmendia, Eduardo Alcántara y César Enrique Hernández.

Ante la mirada expectativa de los diputados que preferían claudicar, las diputadas Merino, Silva, Mier y Vences se dieron un segundo encontronazo contra los católicos, quienes en su muralla intentaron resistir y ganaron una segunda embestida.

Después del segundo encontronazo el camión de la Policía Estatal Preventiva se alejó del lugar y pareció que dejaba a los grupos solos. El ánimo de las abortistas y los diputados hombres decayó y por unos minutos pareció que no habría más intentos.

Diputadas logran entrar con apoyo de feministas

Sin embargo, las diputadas, apoyadas por feministas, se pegaron a la pared y con empujones de uno y otro lado consiguieron entrar. Esto mermó a los católicos que cedieron un poco y los diputados expectantes también se animaron a ingresar.

Para las 11:30 horas un grupo de 32 diputados ya estaba dentro del salón de plenos y la sesión ordinaria inició. Había quórum y solo cabía esperar para llegar al punto del orden del día. Sin querer, el tema del aborto unió a los diputados, que se fragmentaron en dos bloques: a favor o en contra.

Para el mediodía se votó la modificación al Código Penal del Estado de Puebla y con esto se despenalizó el aborto. Afuera las feministas celebraron y los antiaborto rezaron para después retirarse, desanimados.

Así, el edificio del Congreso de Puebla se despidió de manera memorable. Su última sesión ordinaria en esta ubicación fue verdaderamente la casa del pueblo, las expresiones se vivieron plenamente y aunque en el pleno no hubo debate o confrontación de ideas de parte de los diputados, la rebatinga se vivió en la 3 y 5 Poniente. (MCJ)

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