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Santo Tomás 'El incrédulo', ¿por qué se le celebra a este apóstol?

  • Jipsy Herrera
En diversas regiones de México y el mundo se festeja a este santo que, según la religión católica, dudó de la resurrección de Cristo
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En las tradiciones de muchas regiones mexicanas, celebrar a los santos forma parte de sus creencias, pues son estas misma las que son parte de su identidad; de esta manera, cada 3 de julio en distintas partes del país se festeja a Santo Tomás Apóstol, conocido como “El incrédulo” por la religión católica.

Seguramente has escuchado la frase “eres como Santo Tomás, hasta no ver, no creer”; y es que esta frase que quizá a muchos nos hayan dicho, hace referencia a la incredulidad de Santo Tomás, que, de acuerdo con un pasaje de la biblia, se negó a creer en la resurrección de Jesús, después de ser crucificado y sepultado.

¿Por qué se celebra a Santo Tomás?

De acuerdo con diversas fuentes sobre la religión católica, a Santo Tomás se le festeja el 3 de julio, ya que la historia dice que en esa misma fecha, pero del año 72, el apóstol cumplía su misión de evangelización en la India, donde fue martirizado y una lanza que atravesó su cuerpo fue la causante de su muerte.

Su historia cuenta que a él le tocó evangelizar Siria y la ciudad de Edesa, así como Babilonia, en Mesopotamia, donde debía fundar una comunidad cristiana; tras siete años, se trasladó a la India, donde en poco tiempo convirtió al cristianismo a una comunidad judía. Impulsado por el amor a la palabra de Jesús, viajó incluso a China.

Santo Tomás no creyó en la resurrección de Jesús

La religión católica y los creyentes recuerdan a Santo Tomás por no creer que Jesús había resucitado de la muerte, pues de acuerdo con el Evangelio de San Juan, se dice que él no se encontraba presente cuando el hijo de Dios hizo su primera aparición ante sus discípulos después de vencer a la muerte.

En este pasaje se dice que los apóstoles le dijeron a Santo Tomás que habían visto al Señor, pero este no les creyó argumentando “si no veo en sus manos los agujeros de los clavos, y si no meto mis dedos en los agujeros de sus clavos, y no meto mi mano en la herida de su costado, no creeré”.

La historia sobre este suceso nos dice que, a los ocho días, Jesús se apareció ante Santo Tomás diciéndole que acercara su dedo y tocara las heridas hechas por los clavos en sus manos, y que metiera su mano en la herida de su costado.

Ante este suceso, la biblia narra que Jesús le dijo a Tomás: “No seas incrédulo, sino creyente”, a lo que este respondió: “Señor mío y Dios mío”, recibiendo como contestación la frase: “Has creído porque me has visto. Dichosos los que creen sin ver”. (MIG)

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