Uno de los sitios más llamativos de la ciudad de Puebla además de sus museos y zonas turísticas es la majestuosa Catedral o Basílica que se erige justo en la zona conocida como Centro Histórico; se trata de uno de los monumentos más destacados de la ciudad gracias a su impresionante arquitectura de estilo barroco.

La Catedral de Puebla es considerada uno de los recintos religiosos más bellos de México y el nombre completo de este sitio es la Catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción; su construcción inició en 1575 por órdenes del rey Felipe II de España y fue consagrada un 18 de abril de 1649 por el obispo Juan de Palafox y Mendoza.

De acuerdo con la historia compartida por la Mediateca del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la Catedral comenzó a construirse como parte de la iniciativa del obispo de Tlaxcala, Fray Julián Garcés, entre 1536 y 1539; posteriormente, en 1575, fue encomendada al arquitecto Francisco Becerra por las autoridades virreinales, pero debido a diversos cambios la obra fue detenida en 1626.

Tras varios años, el maestro mayor de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, Juan Gómez de Trasmonte, realizó una adecuación en 1634; seis años más tarde, mediante una cédula real, se encomendó al obispo Juan de Palafox y Mendoza para que llevará a cabo la construcción final del templo.

Luego de casi nueve años, se concluyó el levantamiento de este importante edificio, siendo dedicado a la Inmaculada Concepción y como se ha mencionado, fue consagrado el 18 de abril de 1649; posteriormente, se concluyeron portadas y fachadas como la llamada Puerta del Perdón que fue terminada en 1664 o la lateral de San Cristóbal que se finalizó en 1690.

La Catedral de Puebla es un edifico de estilo herreriano, en el que se pueden apreciar fachadas renacentistas, así como interiores de estilo barroco, es considerada una joya arquitectónica, pues destaca por su dos torres que flanquean la Puerta del Perdón; otros de sus aspectos esenciales es el suntuoso Baldaquino o Ciprés, el altar del Perdón, los tres órganos, las pinturas de Miguel Cabrera en el Viacrucis, la Sacristía y la Capilla del Espíritu Santo; además de los diversos tesoros de arte religioso que resguarda en su interior. (AD)