El Papa Francisco presidió este Domingo de Resurrección la tradicional Misa de Pascua, a pesar de que en días anteriores no pudo concretar las actividades eucarísticas de Semana Santa, debido a su estado de salud.

Además, insistió en la necesidad de declarar “un alto el fuego inmediato" por los enfrentamientos entre Israel y Hamas, al tiempo que pidió garantizar la ayuda humanitaria en Gaza y la "pronta liberación de los rehenes".

En su mensaje desde la Plaza de San Pedro, calificó la guerra como un “absurdo” por las consecuencias sociales y económicas que derivan de este tipo de conflictos, y confió en que ambas naciones puedan recapacitar.

En otro tema, llamó a apoyar a las personas que no tienen seguridad alimentaria y resaltó las consecuencias del cambio climático, por lo que le pidió a los presentes ser empáticos con el prójimo.

El Papa Francisco no presidió la tradicional procesión del Viernes Santo en el Coliseo de Roma, lo que aumentó las preocupaciones sobre su estado de salud, pues ha luchado en las últimas semanas contra un cuadro severo de gripe.

El Vaticano señaló que la renuncia de último minuto se realizó con la intención de salvaguardar la integridad del pontífice, por lo que sólo siguió las actividades litúrgicas desde su hogar. (JC)